Habíamos tenido una de esas comidas familiares de compromiso en casa de mi hermano, que por momentos la situación había sido tensa e incómoda, aunque al final se calmó la cosa y pudimos acabar la fiesta en paz.
Ya de vuelta a casa, volvimos dando un tranquilo paseo y sin venir a cuento ella me soltó.
- Siento mucho haberme puesto así...pero es que tú cuñada es superior a mi.
- Si, ya sabes cómo es y no la vamos a cambiar, pero bueno no le demos más vueltas, ya hemos cumplido por una temporada.
No quise seguir con el tema, aunque en realidad estaba enfadado con ella, pero no era el momento. Así que nos fuimos tranquilamente para casa a terminar de pasar el domingo.
Durante un par de días le estuve dando vueltas a lo sucedido y el martes la llamé antes de salir de trabajar.
- Hola Nena!!! ¿Estás en casa?
- Si...he llegado hace media hora más o menos ¿Por?
- ¿Vas a salir más tarde?
- En principio no...
- Perfecto, porque ahora cuando llegue, quiero hablar contigo.
- ¿Pasa algo?
- Bueno, necesito hablar contigo, venga va que recojo y voy.
En una relación convencional, un "quiero o necesito hablar contigo" ya suena serio de por si, en una relación de disciplina doméstica, cuando es el spanker el que expresa ese deseo....suele significar que está rondando una azotaina.
Llegué a casa media hora después de llamarla, ella estaba en el sofá , con las persianas bajadas, hacía calor y llevaba puesto un camisón cortito y fresco. Nos saludamos y le dije que iba a ponerme cómodo y a buscar algo fresco de beber. Me quite la ropa de trabajo y me puse algo de estar por casa, fui a la cocina a por una Coca Cola y de vuelta me senté en el sofá, abrí la lata y le di un trago largo, cuando la volví a dejar me miraba..
- ¿Que es eso sobre lo que querías hablar?
La miré y le dije.
- Levántate y te lo cuento.
Hacer que se levantase era otra pista clara.
Se levantó y se quedó frente a mis rodillas.
- ¿Es por lo del otro día?
- Tonta no eres...Si, es por lo del otro día
- Ya te pedí perdón!!!
- Escúchame bien, a partir de este momento solo vas a hablar cuando te dé la palabra ¿Está claro?
Suspiró....
- El otro día estaba realmente furioso contigo y no era momento de "hablar", pero ahora ya en frío, creo que debemos hablar muy seriamente sobre lo que pasó y sobre todo vamos a hacer que no vuelva a ocurrir ¿Te parece mínimamente normal tú actitud del domingo?
- Es que no soporto a tu cuñada, la forma que tiene de tratar a tu hermano, esa soberbia...Pfffff
- ¿Y crees que yo si? Pero Nena, al final mi hermano es ya grandecito y si eso es lo que quiere es su problema. Y nosotros a tragarnos la bilis o no ir. Lo que no puede ser es que montéis un numerito, porque al final te estás poniendo a su misma altura y ella es problema de mi hermano y ya se espabilará con él, pero a ti no te voy a permitir eso, nunca más ¿Te ha quedado claro?
La miré y su cara era un poema , sabía que tenía razón.
- Imagina que es al revés, que yo monto un número con tu familia ¿Cómo te sentirías? Además, tal y como salimos por la puerta a ellos ya se les había pasado seguro, es más encima la mala serás tú y de eso que no quepa duda que los conozco mejor tú. Lo que no puede ser, es que primero muerdas y después pidas perdón, cuando ya has dado el mordisco. Primero se piensa y después se actúa y te sirvo como ejemplo, si yo el domingo actuó en caliente, ahora mismo dos días después tendrías el culo morado. Y no descartes aún y eso que ya estoy frío, que acabes así aún.
Ya no dije nada más, la cogí con fuerza de la muñeca y estiré de ella hasta colocarla sobre mi muslo izquierdo a horcajadas. Le levanté el camisón y empecé a azotarla con fuerza desde el primer azote, mientras con la mano izquierda sujetaba las suyas con firmeza contra su espalda. Llevaba una de aquellas braguitas cómodas de algodón que se había comprado para estar por casa, pero poco debían amortiguar las palmadas, porque me estaba aplicando bien, con ganas y sin pausa. Entonces empecé a notar unas pequeñas sorpresas, la primera fue la humedad caliente en mi muslo descubierto, la segunda que en un determinado momento se empezó a frotar contra el, no me lo podía creer, estaba castigándola de verdad y movía las caderas contra mi muslo cómo una gata en celo. Me detuve al momento.
- ¿Se puede saber que haces desvergonzada? Levanta ahora mismo.
Suspiró y se levantó. Nada más hacerlo metí las manos bajo el camisón y le bajé las braguitas a medio muslo, en la entrepierna había un circulo de humedad.
- Eres una sinvergüenza, cochina!!!! Crees que estoy de jueguecitos? Te vas a enterar que no estoy de juegos.
Me levanté la cogí la brazo y la lleva a rastras casi hasta la habitación con las bragas a medio muslo. Nada más entrar, sin soltarla, saqué las almohadas y las puse en el centro de la cama.
- Colócate a-ho-ra!!!
Se subió en la cama, se tumbó boca abajo sobre las almohadas que le levantaban el culo ya bastante rojo. Al hacerlo le levanté el camisón , terminé de quitarle las braguitas y agarrándola de los tobillos, le separé las piernas, a parte del culo rojo, también podía ver su sexo hinchado y brillante.
Abrí el armario y cogí de el algo escondido que no solía usar. El tawse de cuero marrón de dos lenguas. Lo puse sobre su piel desnuda , para que sintiera el tacto áspero del cuero.
- A que te mojes cuando te zurro el culo, ya me he acostumbrado, pero que te pongas a refregarte como una gata en celo no y no va a volver a pasar. Un castigo es un castigo, no un preeliminar erótico.
Cogí el tawse lo dejé caer por detrás de mi hombro y golpe seco hacia delante , que cruzó su piel, dibujando una franja rectangular roja al momento. No le dije número, ni yo tampoco conté, el cuero cayó sobre su piel desnuda hasta que creí que era suficiente y que al menos un par de días se acordaría de aquello. Dejé el tawse en la mesita de noche y me incliné sobre la cama, empecé a pasarle la mano por ambas nalgas muy suave, estaban caliente, rojas y la piel un poco hinchada, aquella visión me excito mucho, así que enseguida me desnudé, me subí de rodillas a la cama , entre sus piernas y sin más calentamiento la penetré desde atrás, me quedé un momento pegado a su culo, para notarlo caliente y palpitante sobre mi piel y entonces la agarré de la cintura y empecé a follarmela con furia, duro, rápido y sin tregua, mis embestidas sonaban casi como azotes y ya no paré hasta correrme, y allí dentro de ella me quedé un rato a recuperar el aliento, y sin que ella se hubiera corrido.
Cuando la saqué, fui a darme una ducha rápida de vuelta ella seguía allí, en la misma posición, con el culo bien rojo .
Fui al cajón, cogí unas braguitas y le dije.
- Ve a darte una ducha y ponte esto sólo hoy.
Se levantó obedientemente y así estuvo el resto de la tarde noche. Menos para cenar que le hice bajárselas y que la piel le tocará directamente la silla. Al terminar de cenar , mientras yo recogía, la hice ponerse en el rincón con las braguitas en los tobillos.
De vuelta cogí una silla, me senté y la llamé, la hice tumbarse en mis rodillas y empecé a acariciarle el culo, estaba menos rojo ya, al menos uniformemente, lo que se marcaban eran las franjas del tawse que hacían un pequeño relieve en la piel, no le puse crema, simplemente caricias, caricias que se fueron extendiendo a la cara interna de los muslos y que acabaron por visitar su coño, primero frotándolo suave y haciendo movimientos circulares por fuera, hasta que se inundó, entonces le metí dos dedos...
- Pfff así estás? ¿Eres una zorrita cochina...que vamos a hacer contigo?
Las palabras surgieron efecto y empezó a jadear y moverse y yo a masturbarla con más ganas...pero en un momento paré.
- Que sepas, que hoy voy a dejar que te corras, pero está semana, cada día al llegar haremos revisión de marcas y cuando no tengas, tendrás los días que falten una azotaina a mano de recuerdo ¿Está claro?
- Me parece justo, he sido una niña mala...
Y ahí ya seguí hasta hacer que se corriera tumbada sobre mis rodillas...
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