Había tenido una de esas dias eternos en el trabajo, total que eran más de las 8 cuando llegué a casa y agotado. Entré y ella estaba aún vestida de trabajo eso sí descalza y medio tumbada en el sofá.
- Hola ¿que tal?
- Cansado ¿y tú?
- Pues igual...
- Ya veo ya, voy a ponerme cómodo.
Fui a ponerme el pijama y regresé.
- ¿Vas a hacer algo de cenar?
- Ya pedimos algo en el trabajo cuando se retrasaba ¿y tu has cenado?
- Pfffff no y cero ganas
- Pues bien que has preguntado
- Era por si hacías algo.
- ¿Entonces si hago algo cenas?
- No, es igual
- Pues algo deberías cenar y ponte el pijama para estar por casa
- Ya voy gruñón, es que me he apalancado y estoy cansada.
- Ya, y ese es el bote de las chuches ¿No? Ahora empiezo a entender...
- Joder tío que borde, no es mi culpa si has tenido mal día.
- Señorita vigila esa boca y esa forma de contestar
La miré de inmediato con esa mirada que significa: "vale" y la captó porque se levantó y se fue a la habitación, al poco rato apareció con el pijama, el del pantalocito corto rosa y la camiseta blanca . Vino hacía el sofá decidida y volvió a estirarse
- Entonces ¿no vas a cenar nada?
- No tengo hambre...
- Cómete un yogurt aunque sea
- Que pesadito eres, que te he dicho que no tengo hambre.
- Y yo te digo, que a la cama no te vas con el estómago vacío.
- Pero tú no eres yo.
Aquello me empezó a sonar a vacile y provocación y no tenía yo mucha paciencia.
- Nena, cena algo y no lo voy a repetir.
- Que te he dicho que no tengo hambre.
-Nena....
- ¿Que?
- Que vayas a la cocina a por algo...
No me dejó terminar la frase contestó levantando la voz.
- Que me olvides joder!!!!
Sin pensarlo me levanté y la cogí del brazo.
- No te vas a ir a la cama sin cenar, te he dicho y si tienes que cenar con el culo rojo lo harás.
La llevé hasta la habitación entre quejas y peticiones de soltarla, pero inflexible la llevé hasta la pared y allí la solté.
- Pon las manos en la espalda.
Las puso.
- La nariz pegada a la pared y no te muevas, ya vendré a buscarte.
Me fui cerrando la puerta, hasta la cocina preparé un yogurt y una pieza de fruta, las puse en un plato y las dejé en la mesa del comedor. Acto seguido me fui a la habitación.
Entré me senté en un lateral de la cama y la llamé.
- Ven aquí
Salió del rincón y se acercó despacio.
- Aquí
Le dije señalando mis piernas.
Y terminó por ponerse dónde le había dicho. Con mucha calma y sin alzar la voz le dije.
- En está casa se cena algo, lo que quieras pero se cena ¿está claro?
- Pues tú no has cenado nada!!!!
- He cenado en el trabajo, pero bueno ya veo que lo único que vas a entender es una cosa.
La cogí de la muñeca la llevé al lado derecho de mis piernas y a mis rodillas. Pasé mi pierna por encima de las suyas para evitar pateleos.
- Es injusto, a ver si no voy a poder no tener hambre!!!
En ese momento empecé a azotarle el culo, protegido aún por el pantaloncito del pijama, aunque no era precisamente grueso ni creo qué amortigüara mucho, la ráfaga de palmadas que le di, con ganas. Fueron un par de minutos de azotaina.
- Levanta y las manos en la espalda.
Se levantó y nada más hacerlo le cogí la cintura del pantaloncito, deshice el nudo del cordel y este cayó por gravedad hasta sus tobillos, las braguitas se las bajé de un tirón seco
- Debería darte vergüenza a tu edad, que lo único que entiendas sea esto, pero tú lo has querido y no será que no estás avisada. Así que quiero ver ese culo denudo en mis rodillas, bien levantado,y ni se te ocurra esconderlo.
Esperé un instante a intuir un movimiento y cuando se produjo, mi mano empezó a caer rítmicamente en sus nalgas desnudas.
- Ya te he avisado que ibas a cenar algo, tú has elegido que sea con el culo como un tomate, pues así será.
Yo iba repetiendo frases, para ahondar en la vergüenza, sin dejar de "trabajar" su culo, que poco a poco iba cogiendo colorcito, del rosado pasó a un rojo pálido y aumenté el ritmo en ese momento, hasta ponérselo de un rojo intenso. Entonces paré. La dejé un rato aún en mis rodillas, escuchándola respirar profundamente. Entonces retiré mi pierna de encima de las suyas.
- Levanta.
Se levantó y yo detrás, la cogí del brazo y la llevé hasta el comedor. La solté junto a la mesa dónde había preparado el plato.
- Ahora señorita te vas a sentar y no te vas a levantar, hasta que te lo termines todo, cómo escuche la mínima queja, voy a por el cepillo, está claro?
Se sentó sin decir nada. Con pantalón del pijama y las braguitas en los tobillos o lo que es lo mismo, con el culo caliente recién azotado directamente en la silla. Yo me senté en el sofá a esperar. Un rato después me dijo.
- Ya estoy.
- Muy bien pues recoge y ven.
Se levantó, recogió, se fue a llevarlo a la cocina, en todo momento mostrando el culo bien rojo y cuando volvió la esperaba en el sofá.
- ¿Has visto que fácil era?
- Ya...
- Pues ahora vamos a por lo demás.
- ¿Y ahora que pasa?
- ¿Me lo estás preguntando en serio?
- Ya he cenado es lo que quería ¿No?
- Has cenado si, pero sólo cuando te he calentado el culo, además me has contestado mal varias veces y no creo que tenga que recordarte lo que hablamos del tema chuches ¿Verdad?
Y es que recientemente me había pedido que le racionara, el tema de las chuches.
- ¿No dices nada? ¿Se te ha comido la lengua el gato?
- Si quedaban cuatro...
- Señorita, no empeores las cosas mintiendo, que se que quedaban bastantes más. Dame las braguitas y el pantalón, que aún te vas a tropezar.
Lo hizo y dejé la ropa en el brazo del sofá.
- Ahora, vuelve a la cocina, me traes las chuches que quedan y ya que estás la cuchara, ya sabes cuál.
-Suspiró y se dió media vuelta ahora ya totalmente desnuda de cintura para abajo, con el culo que aún tenía un bonito color rosado.
De vuelta venía con la cuchara de madera para cocinar traseros traviesos y me la alargó.
- ¿Y las chuches?
-....no quedan...
- ¿Y eso? ¿no me acabas de decir que habían sido 4 sólo? Me parece que voy a contar los azotes que te voy a dar, cómo cuentas tú.
Me di unas palmadas en las piernas. Resopló, la miré y volvió a ponerse en mis rodillas, esta vez no pasé mi pierna por encima de las suyas. Dejé la cuchara sobre su espalda y le separé las piernas. Volví a coger la cuchara y empecé a pasársela rozando toda la piel.
- Cómo está noche te duela la barriga, mañana te volveré a poner el culo como un tomate. Y ya que digo que una buena temporada no van a entrar chuches a esta casa.
Le di un par de azotes con la cuchara al terminar de decirlo, uno en cada mejilla. Instintivamente al sentirlos contrajo los glúteos.
- Levanta.
Se levantó extrañada, dejé la cuchara un el brazo del sofá. La cogí del antebrazo y la tumbé sobre mi pierna izquierda sólo, haciendo que quedara a horcajadas, es decir con su entrepierna apoyada en mi pierna y una pierna por cada lado.
- Ya sabes que cuando te castigo, quiero que presentes bien el culo y si no lo haces por ti cuenta, tengo maneras de hacerlo, levanté un poco mi pierna izquierda para elevarla, cogí la cuchara y empecé a cocinarle bien el culo. En principio repartiendo bien las picaduras de la cucharada por todo el culo, hasta que me centré en "cocinar" más a fondo la parte baja del culo, ahí donde se funden muslos y nalgas, que es dónde más pica. Tras un rato de azotaina, paré. Puse el mango de la cuchara entre sus nalgas. Mientras le recordaba los motivos de estar en aquella situación y en ese momento noté su húmeda mojando el pantalón del pijama. Le quité la cuchara y la hice levantarse.
- ¿Has visto como me has puesto el pijama, cochina? Cada vez que te tengo que castigar, acabas chorreando...pero ya te digo que no va a haber premio hoy. Le di la cuchara y la ropa
- Ahora vete a lavar los dientes, te secas y a la cama.
En ese momento su cara estaba casi tan roja cómo su culo.
- Nena ¿que se dice?
Más roja aún y con voz aniñada me dijo.
- Buenas noches
Y me dio un beso. La seguí con la mirada como caminaba frotándose el culo al aire.
Poco después me fui a la cama, al entrar estaba tumbada boca abajo aún con el culo destapado. Al meterme en la cama, le di un beso en cada nalga, que estaban muy calientes, seguí un rato dándole besitos en ma piel castigada, hasta que le dije.
-Seguro que vuelves a estar empapada, pero tu comportamiento ha sido infantil y no proceden hoy juegos de adultos.
Le di otro par de besos en el culito y apagué la luz
Amo... 😍😍 de amar a mi crush Santy
ResponderEliminarExcitante cada relato, me imagino toda la escena y es como si lo viviera.
Gran arte de escribir... nadie como tú
Un relato donde una se mete de lleno. Mil gracias!!!
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