Acababa de comer cuando me sonó el teléfono.
- Hola!!! ¿Que tal?
- Bien ¿Y tú?
- Acabo de acabar de comer
- Ya imagino por eso te llamo ahora. Nada es para decirte que al salir voy a ir al centro a por el reloj.
- Vale, pero no me dijiste que lo veías un capricho.
- Si, pero he cambiado de idea, es muy cómodo.
- Muy bien ¿Vendrás muy tarde?
- No, que va antes de cenar ya he vuelto.
- Perfecto te espero en casa entonces, un beso.
- Un beso.
Terminé la tarde sin más y me fui para casa, me di una ducha, me puse cómodo y esperé su regreso. No tardó mucho en llegar, yo estaba apalancado en el sofá, cuando la escuché entrar, llegó cargada con algunas bolsas, que dejó encima de la mesa.
- ¿Ya tienes reloj Samsung?
- Si!!! Y este no lo meto en el agua jajajaja
- ¿Y esas bolsas?
- Pues ya que estaba me he comprado alguna cosita de ropa.
- Mmmmmm y no me lo vas a enseñar ¿Que te has comprado?
- Un par de vestidos de verano, un par de camisetas y una mini cortita pero que me queda genial
- Y no me vas a enseñar cómo te queda
- Pffff estoy cansada, ni tan siquiera me he probado los vestidos allí... sólo la mini
- ¿Y no me vas a enseñar al menos como te queda la mini?
- Vale pesado....
Cogió las bolsas y se fue para la habitación.
Poco después apareció con la minifalda puesta y se puso a hacer el payasete delante de mi.
- Ven acércate.
Se acercó.
- ¿Te gusta?
- Te queda genial
- ¿No te parece muy corta?
- Es corta pero me gusta...
En ese momento metí las manos bajo su falda y empecé a acariciarle el culo, debajo llevaba unas braguitas tipo brasileña.
- ¿ Estás juguetón?
- Un poco...
En ese momento hice un movimiento rápido y la tumbé a la fuerza en mis rodillas, rápidamente puse mi pierna encima de las suya y con la mano izquierda le sujeté las manos en la espalda.
- Que haces!!!!!
- Comprobar si es fácil de levantar la minifalda.
Se la levanté sin problemas y puse mi mano derecha sobre una de sus nalgas.
- Señorita, señorita, lo del reloj pasa, aunque habíamos hablado que era un capricho, pero encima vienes con medio centro comercial y ya hablamos de reducir gastos y más en caprichos, tienes más ropa de la que usas.
Empezó a poner excusas que ni escuché y menos aún cuando mi mano empezó a caer sobre su culo, intentó moverse o liberarse, pero lo único que conseguía cada intento, es que las palmadas cayeran con más fuerza, y así seguí hasta que se quedó quieta, entonces paré, con la mano izquierda la agarré las braguitas y tiré de ellas hacia arriba haciendo que le quedasen cómo un tanga.
- Ya sabes que las normas o se cumplen o hay consecuencias y más aún si tú me pides "control".
Sin decir nada más continué azotandola un rato más, hasta que sus nalgas empezaron a coger un bonito color rosado entonces paré, quité mi pierna de encima de las suyas y le bajé las braguitas hasta los tobillos.
- Levanta
Se levantó.
- Dame tus tarjetas, a partir de ahora las guardo yo y si las necesitas me las pides.
- Son mis tarjetas!!! Es mi dinero, lo ganó yo, no te he pedido nada a ti!!!
En ese momento le di un par de cachetes fuertes en el muslo.
- No contestes!!!! Si tienes capacidad de autocontrol, alguien tendrá que hacerlo. Las tarjetas ahora!!!!
Se cruzó de brazos poniendo morros y sin darme las tarjetas. Me levanté la cogí del brazo y la llevé hasta el rincón a base de azotes en el culo por el camino.
- Ya veo, que hasta que no te pongo el culo ardiendo no entras en razón. Pon las manos sobre la cabeza !!!
Cuando la puso le levanté la falda por detrás enrollándola sobre su cintura.
- Vas a tener un buen estreno de minifalda.
La dejé y fui a la cocina, a por la cuchara de madera. La dejé sobre la mesa, cogí una silla, la puse entre la tele y el sofá y me senté.
- Ven aquí
Salió del rincón y caminó despacio hacia mi.
- Dame las tarjetas.
- Pero ¿Por qué? Al menos déjame una por si tengo una urgencia.
Negué con la cabeza, la cogí de la muñeca di un tirón y a mis rodillas de nuevo. Sin darle tiempo a reaccionar empecé a zurrarle el culo con ganas, con la cuchara.
- No me gusta repetir, las cosas, si te digo que me des las tarjetas, me las das, por qué si no las das por las buenas, me las darás por las malas y con el culo morado. Cuando decidas dármelas avisa y paro.
Ya no dije nada más, ahora ya era una cuestión de quien podía más , si su orgullo o su culo. Unos minutos después empezaba a suspirar y retorcerse, y ya tenía el culo cómo un tomate maduro.
- Vale, vale ya voy....
Paré sin decir nada se levantó fue hasta el bolso, cogió el monedero y me dió las tarjetas.
- Ves que fácil que era y te hubieras ahorrado dormir boca abajo hoy.
Cogí las tarjetas, me las metí en el bolsillo y volví a tumbarla en mis rodillas.
- Y esto, es para que aprendas que es mejor hacer las cosas de primeras.
Entonces volví a usar la mano para volver a darle una azotaina, cuándo paré la dejé sobre mis rodillas un rato mientras le acariciaba suavemente la piel caliente y sensible.
- A partir de ahora, si quieres comprar algo primero lo vas a consultar y decidimos si lo necesitas realmente o no. Por una temporada se han acabado los caprichos y si se repite, no sólo te voy a poner el culo ardiendo, además vas a ir a devolver las cosas ¿Está claro?
La verdad es que aquella falda me había gustado mucho. En ese momento le separé las piernas para tener buen acceso a toda su intimidad y llevé mis dedos a su sexo, que estaba empapado, y no pude evitar la tentación de masturbarla sobre mis rodillas con el culo rojo, hasta hacer que se corriera en la misma posición que la había castigado como a una niña traviesa.
Un rato después ella estaba castigada mirando la pared, con la faldita enrollada, el culo rojo y el sexo mojado, quieta, tranquila y relajada.
Exquisito como siempre, anhelo con todas mis fuerzas encontrar a mi Santy
ResponderEliminarQué relato!!! Muy bueno!!! Debería haber un Santi en todas partes
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