La burla

 

Hoy me ha dado por escribir una entradas de las normales. Y es que me ha dado por pensar en un tema que igual no había tocado nunca y tiene su interés.

En el juego hay un determinado momento donde las cosas se ponen muy serias, aunque todos sepamos que no deja de ser un juego , una simulación, las sensaciones son reales, tanto las físicas cómo las mentales. 

En ese momento, es cuando se produce la cesión de control o al asumicion del mismo, eso implica que se establece una relación jerárquica en la que uno de los toma el control y las decisiones. Este proceso es una de las partes más divertidas del juego, ya que esa entrega de control, no se suele dar sin algún tipo de lucha.

Por raro que pueda parecer, un desenlace deseado, no sé suele dar de primeras y esto es parte también del proceso de excitación de ambas partes. A más resistencia, más estás empujando a la "autoridad" a ejercer de tal y eso es algo que creo que nos excita a los dos lados.

Y ahí precisamente entra la burla. La burla históricamente no deja de ser una forma de desacreditar a la autoridad ¿Quién de niño no ha imitado los gestos de o voces de sus padres cuando les regañan? ¿Quién no le ha puesto un mote a un maestro? Y así ejemplos mil. 

Así que todo parece indicar que ya desde niños, tenemos una tendencia natural a probar los limites de la autoridad, parece que hay algo de excitante en conocer hasta donde podemos llegar en ese tira y afloja con la autoridad, aunque eso implique riesgos o consecuencias.

De todas las formas que existen de desafío a la autoridad, podríamos decir que la burla o sátira es de las inteligentes, ya que puede desactivar a la autoridad a través del humor y eso siempre descoloca. Reconozco que a mí me ha pasado, que me han hecho reír en ese momento de asumir el control y si eso pasa ya lo has pedido, perdida la credibilidad, perdida la autoridad. Pero también tiene sus riesgos y de alguna manera, la burla también puede empeorar las cosas y también es un forma ingeniosa de doblar la apuesta , de aumentar el reto. Ya que ante una escena de regaño típico, se supone que previamente ha habido algún tipo de falta, tirar de la burla cómo estrategia puede resultar o por el contrarío, puede empeorar el desenlace y yo creo que precisamente ahí está parte de esa irresistible y a veces casi suicida búsqueda de los límites.

A modo personal os voy a contar una anécdota. En una ocasión alguien, que estaba sentenciada a dormir boca abajo, me ganó a través de la burla y acabamos riendo los dos, lo cual de vez en cuando es bueno que pase, la intentó una segunda vez y además en público, en un momento de soledad y en un lugar al aire libre, le di un par de azotes, obviamente en la intimidad, aquel dia si durmió boca abajo. 

Aquella fue la segunda vez y última vez que usó aquella estrategia, hablándolo un día más tarde, me confesó que lo que realmente le había impactado habían sido aquel par de azotes en la calle, que la azotaina posterior, la tenía asumida desde que había empezado a provocarme.

Así que al final empatamos, ella me descolocó aquel día a través de la burla y yo se la devolví en el segundo intento.