miércoles, 8 de mayo de 2024

Es por tu buen

 






Que tal


-Hola guapa, ¿como ha ido en el dentista?

-Nada....

-¿Como que nada?

-Pues que no me querido tocar, dice que aun tengo inflamación....así que nada.

-Vaya, pero me dijiste que no te dolía

-Y no me duele, vamos de normal, cuando me tocado si me ha hecho daño

-Pues vaya lo siento  ¿y entonces que?

-A esperar una semana más y me ha cambiado el antibiótico

-Que pasa ese no te hacía nada

-No, es el mismo pero más fuerte

-En fin paciencia..

-Que remedio

-¿Has ido a la farmacia ya?

-No iré mañana, hoy no tenía ganas y era tarde ya

-Pues yo de ti, me pillaría un probiótico, porque es fuerte.

-Bueno ya veré

-Hazme caso, es por tu bien

-Si te hago siempre, no se de que te quejas.

-No me hagas hablar

-Que siiii que te haré pesado


Seguimos charlando un rato, ya por otros temas, llevaba  unos días fastidiada con  una muela y por lo que me contaba, aun la cosa iba para unos cuantos días más. Al día siguiente por la noche la llamé otra vez.


-¿Hola que tal?

-Hola!!! bien aquí ya de relax.

-Y la muela?

-Bien ahí está sin molestar

-Genial compraste el antibiótico

-Si claro

-Y lo otro

-También pesado, por cierto está malísimo

-Que manía con "probar" los medicamentos, se tragan y punto

-Ya joder, pero algo de sabor te queda

-Como una niña pequeña jajajajajja

-Idiota

-Es verdad...

-Aunque reconozco que me ha ido bien, si ya el otro me revolvía el estómago, este que es más fuerte....no te acostumbres pero tenías razón

-Como siempre otra cosa es que tu orgullo, te impida dármela

-Mejor cambiamos de tema, porque empieza a picarme la nariz

-Jajajajajajaja..si será mejor, que estas cosas suelen tener un final repetitivo

-Pues eso


En unos días iba a verla así que no insistí más de hecho pensé que por una vez se había fiado de mis recomendaciones. El día en cuestión me fui para allí a pasar el fin de semana. Llegué de noche ya, como solía ser habitual en esta época del año. Aparqué cogí mis cosas y subí, ya tenía llaves por lo que no me hacía falta ni llamar, entré, solo luz en el comedor, me fui hacía allí en su encuentro, estaba en el sofá con ropa de estar por casa, descalza con los pies encima del sofá, un beso de bienvenida y me fui a dejar mis cosas en la habitación, de vuelta después del viaje me apetecía una cervecita así que fui a la cocina, abrí la nevera y cogí un par de ellas, de vuelta al comedor con las dos las dejé sobre la mesilla y abrí la mia. Ella no le hizo caso a la suya, la miré y me dijo


-Gracias, pero no me apetece, tengo la tripa  un poco revuelta con el puñetero antibiótico

-¿Y eso?

-Joder pues ya sabes el antibiótico y este es muy fuerte

-¿Ya tomas el probiótico?

-Pufff no tengo ganas de hablar de eso la verdad...


Tiene un pequeño problema conmigo, que no puede escapar, porque se ruboriza al instante y aquel día aunque no había mucha luz no fue una excepción.


-Te he hecho una pregunta

-Bueno a medias

-¿A medias que significa?

-Que lo tomé un par de días,  pero está malísimo además tampoco me hacía nada.

-Pero me dijiste que te había ido genial el primer día

-Ya, pero después ya no, para que tomarlo si no me hace nada

-Mírame a los ojos que me esquivas la mirada


Ahí ya optó por la técnica "no he roto un plato"


-Joooo, no te pongas tan serio ademas estoy malita.

-Malita para lo que te interesa

-Puffff ya veo que se te ha metido en la cabeza el tema

-Es que, es tan fácil como decirme "Santi paso de tomarlo" en su momento, vamos lo que sería  una actitud adulta, no andar aquí en plan excusitas de niña caprichosa ¿no crees?


En ese momento estaba encendida como un semáforo.


-¿Sabes? lo que me molesta no es que tomes o que no tomes, a fin de cuentas es problema tuyo, es la actitud y sobre todo que me mientas.

-No te he mentido

-Pero si me has omitido información y para el caso es lo mismo.

-Joder no montes un drama no hay para tanto. Ya soy mayorcita, ya se cuidar de mi

-Pues tu actitud no es precisamente adulta, ademas ni estoy negociando, ni estoy debatiendo nada, hace ya un rato que tengo la decisión tomada.

-¿La decisión?

-Si


Me la quedé mirando fijamente, suspiró y se giró para evitar mi mirada.


-Vete al rincón

-No, paso es  injusto

-¿Te lo tengo que decir de otra manera?

-Dilo como quieras, no pienso ir, no estoy jugando

-Ni yo


Todo fue muy rápido, me levanté, la levanté pequeño forcejeo, ahí tuvo un error porque se le escapo la risa mientras forcejeábamos y eso es una señal  muy clara, en un determinado momento, la consigo rodear con el brazo de la cintura, pongo mi pierna izquierda a modo obstáculo apoyada en la mesilla y hago que se incline ligeramente hacía delante sobre mi pierna se mi doblada. Acto seguido le caen  una docena de azotes rápidos, sonoros y fuertes en el culo, cuando paro ella jadea, la aprieto con más fuerza de la cintura y le dijo.


-Te voy a soltar y en cuanto lo haga te vas a ir directa y sin rechistar al rincón ¿esta claro?


No responde pero aflojo despacio ese abrazo tan especial, cuando por fin la suelto se da la vuelta y enfila el camino de rincón con cara de enfado y frotándose el culo.


-Las manos detrás de la espalda, quiero verlas quietas!!!!!


Lo hace, pero con cierta actitud altiva y desafiante. Yo pensé en ese momento a ver cuanto tardaba en bajarle los humos. Mientras me terminaba la cerveza tranquilamente, hasta que empecé a notarla algo inquieta, es cierto que hacía un rato que estaba allí.


-Ven aquí.


Se dio la vuelta y se acercó no noté mucho cambio de actitud, incluso la postura frente a mi era brazos cruzados, mirada perdida y una pierna delante de la otra, en plan paso de todo. La miré.


-Veo que sigues en plan pataleta, muy bien, manos encima de la cabeza, piernas juntas y bien rectita.

-Pufffff

-¿Me levanto?


Me hizo caso, pero sin mucho afán, la miré la idea era soltarle un discurso sobre su actitud y demás, pero todo su lenguaje corporal me parecía desafiante y pensé que lo mejor era otra clase de diálogo el de mi mano con su piel. Le agarré por la parte de delante de la cintura del pantalón la acerqué y directa a mis rodillas, conmigo sentado en el sofá quedaba cómodamente tumbada boca abajo en el, la cogí de nuevo de la cintura para dejarle bien presentada, osea con el culo en el sitio exacto para recibir. En ese momento le di un palmada y le dije


-Levanta el culo


Rechistó pero lo hizo, metí los dedos en la cintura del pantalón, y empecé a bajarlo despacio enrollándolo a la vez, en varias veces  hasta dejarlo por la mitad de los muslos. Debajo llevaba un tanga morado con una especie de margaritas. Con la mano izquierda le sujeté las manos y con la derecha empecé a acarciarle las nalgas, sedosas, carnosas, blancas de momento y reactivas al roce de la yema de mis dedos que erizaba su piel, aquellas caricias hicieron que se relajara o que empezara la rendición hasta que le dije.


-Si en el fondo es por tu bien.


Y empecé las primeras palmadas fueron más bien caricias intensas que otra cosa y poco a poco fui subiendo despacio la intensidad cada vez un poco más fuertes, hasta llegar a ese punto donde pican sin necesidad de aplicar mucha fuerza, esto no es tocar un tambor cada vez más fuerte, es encontrar el punto donde fuerza, intensidad, velocidad y ese último golpe de muñeca sean efectivos sin dar a lo loco. Lo notas enseguida, la respiración, el cuerpo medio tenso, la piel que coge un tono rosado uniforme si continuas como hice a los pocos minutos el rosa se transforma en un rojo vivo y uniforme. Ahí me detuve, otra vez me puse a acariciarle el culo, ahora ya desprendía calor, lo que significaba que la azotaina empezaba a surgir efecto. entonces inicié un momento especial muy despacio también el tanga descendió hasta medio muslo y le dije.


-Si te portas bien, solo voy a usar la mano hoy...


Tampoco eso significaba mucha compasión, una larga y bien aplicada azotaina a mano puede ser tan efectiva como usando algún instrumento, pero si tiene el plus del contacto directo y que el efecto mental es más contudente con un instrumento aunque luego en términos generales, puede ser más dolorosa una larga y constante zurra a mano.


Dicho esto continué una nueva tanda de azotes incesantes sobre su culo ya desnudo del todo, estando ya rojo como estaba a cada nueva palmada, durante un instante mi mano quedaba grabada en blanco en su piel, para enseguida enrojecerse más, seguí sin parar, quería escuchar alguna queja salir de su boca, algo que me demostrase que el orgullo se había retirado, lo conseguí, eso si cuando pasó la mano me picaba y su culo tenía un color rojo carmín ya....Paré en cuanto escuché la primera queja, y no pude evitar pasar los dedos por todas las nalgas encendidas, ella estaba apoyada sobre los codos, pero tras unos instantes de caricias se dejó caer de nuevo como relajada, yo seguí un rato, la visión de su culo rojo en mis rodillas entregada a mi, me resulta tan excitante que me recree un rato en ella, hasta que un momento dado, le dije:


-Tienes dos opciones. Una es dejar de portarte como una niña y aceptar tu castigo, la segunda es seguir con ese comportamiento desafiante y tener que conseguirlo a la fuerza tu eliges. De momento vete al rincón un rato, mientras yo preparo las diferentes opciones que dependen de ti.


La primera sensación fue buena, se levantó sin quejarse y enfiló camino de su rincón ni tan siquiera tuve que decirle que pusiera las manos sobre la cabeza, lo hizo sola. Yo me levanté, y fui a buscar lo necesario para las distintas opciones: el cepillo, la agenda ,un boli y la crema. De vuelta me senté, me la quedé mirando unos minutos, allí tan quieta, la llamé, se acercó, ya con una actitud muy distinta.


-De momento vamos bien a mis rodillas otra vez.


Lo hizo sin quejarse, sin rechistar, ni cuando le dije que pusiera bien el culo. La volví a acariciar un instante y le dije.


-Ahora te voy a dar la que espero sea la última tanda, de ti depende, que no haya que seguir con el cepillo.


Automáticamente empecé a azotarla con la mano otra vez, esta vez fijando los azotes en la articulación entre nalgas y muslos, no fue muy larga un par de minutos eso si, continuo y rápido, como ya llevaba bastante acumulado, enseguida empezó a moverse un poco, no le di importancia, era normal, cuando paré suspiró, esta vez no hubo caricias, aproveché ese momento para quitarle pantalón y tanga del todo y separarle un poco las piernas. Me quedé un momento mirando su culo incandescente, entonces cogí el bote de crema. Un chorrito en cada nalga, al sentir la crema fria se estremeció, pero enseguida empecé a extenderla despacio y con mucha suavidad, mientras lo hacía notaba mi polla aprisionada en el pantalón dura como una piedra. Estuve un buen rato extendiendo bien la crema cuando tuve la mano seca, cogí la agenda y el boli, le di ambas cosas y le dije.


-Mientras sigo con la crema, empieza a copiar: "Mi actitud de hoy ha sido la de una niña caprichosa y eso me ha costado acabar con el culo rojo".


Ahí se se quejó algo, pero le recordé que tenía el cepillo a mano, con lo que empezó a copiar mientras yo volví a ponerle crema y a extenderla ahora ya de forma menos cuidadosa y más pasional, masajeando, apretando, en un momento dado bajé mis dedos a comprobar como estaba su coño, mientras copiaba, no me hacía falta, notaba el pantalón húmedo, pero pasé mis dedos entre sus labios que goteaban, le metí un dedo y dejó de copiar a la vez que me ofrecía más su intimidad levantando un poco el culo rojísimo aun.


-Señorita sigue copiando.


Lo hizo saqué el dedo de su coño y empecé a pasarlo por el perineo, hasta llegar al estrecho y rugoso agujero de su culo, donde empecé a reseguir el contorno con el dedo, de vez en cuando paraba de copiar entre suspiros, hasta que un azote con la mano izquierda le recordaba que siguiera, muy despacio el dedo fue entrando en su culo hasta el tope, entonces empecé a jugar con el entrando y saliendo, ella empezó a mover la cadera como siguiendo el ritmo, entonces alargué la otra mano cerré la agenda y sin dejar de jugar con mi dedo en su culo, llevé la otra mano a su coño, le metí el pulgar tiene la medida exacta para llegar a ese punto especial dentro de su coño, mientras con los otros dedos jugaba a estimular por fuera, ella movía sus caderas cada vez más rápido y eso me hacía a mi también aumentar el juego de mis dedos.


-Los orgasmos con el culo rojo son más orgasmos ¿verdad traviesa? Si al final lo hago por tu bien


Su respuesta fue un gemido y ya no paré hasta que se corrió en mis rodillas con el culo rojo como  un tomate...














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