sábado, 27 de enero de 2024

No hay excusa para llegar tarde

 



Se me había complicado el día, así que la llamé para avisarla que llegaría tarde.

- Hola nena!!!! ¿Que tal?

- Pfffff ya te contaré en casa...

- Por eso te llamo, se me ha complicado el dia y volveré tarde.

- Tranquilo, igual llegas antes que yo

- ¿Tú también día complicado?

- No te lo imaginas y encima me cae la bronca esta mañana.

- ¿Y eso?

- Por llegar tarde....

- Será que no te he avisado veces, esta mañana, que era tarde...

- Yaaaa, pero estoy agotada y todo lo que sea descansar unos minutos más...

- ¿A qué hora viniste a la cama ayer? Porque yo ni me enteré

- Sobre las 12 y media...

- ¿Y que estabas haciendo a esa hora?

- Nada ver un rato la serie y leer un poco.

- Vamos, ocio

- Joder Santi, también necesito desconectar un rato, no va a ser todo trabajo.

- Desde que acabamos de cenar, tuviste tiempo de sobra, lo que no puede ser es que te acuestes tarde, se te peguen las sábanas y me vengas con excusas. Entiendo que estés cansada, que necesites descansar, pero si te vas a dormir tarde y por gusto ya sabes lo que toca.

- No necesito más regaños hoy...ya he tenido bastantes. Nos vemos en casa.

Me colgó el teléfono y de inmediato le puse un mensaje.

- En cuanto llegue a casa ya hablaremos. 

Sabía perfectamente cómo entendería esa frase y es que esa frase, equivale a decir: tu culo está en problemas. 

Al final salí mucho más tarde de lo habitual, cansado y harto del día. Pero fue montarme en el coche y olvidarlo todo, tenía una "misión" más importante al llegar a casa. 

De camino pensé que igual ella aún no había llegado, pero al entrar había luz así que estaba allí. Me fui para el comedor y allí estaba, en el sofá y aún con ropa de calle.

- Hola...

Me dijo, ya poniendo cara de niña buena. 

- Hola ¿Acabas de llegar verdad?

- Hace 10 minutos ¿Y tú muy largo el día?

- Imagina...

Me quité la chaqueta, la dejé sobre el respaldo de una de las sillas y la miré, me sonrió...

- Va....no te enfades, los dos hemos tenido un mal día.

- No estoy enfadado, eso sí, ni se te ocurra colgarme el teléfono más ¿Me has entendido?

- Valeee...lo siento.

- Y para continuar, a partir de hoy y los días laborables a las 11 en la cama ¿Está claro?

- Pero ¿Por qué?!!!!!

- ¿Lo preguntas en serio?

- Santi, necesito desconectar un rato, no puedo irme a la cama tan pronto, así es imposible relajarme y descansar.

- Pues te aseguro, que cómo algún día pases el límite, te vas a ir muy relajada.

- Estás siendo muy injusto y no me escuchas

- No hay nada que escuchar y o negociar. Y no tengo las más mínimas ganas de oír más excusas de adolescente. Si quieres acostarte tarde me parece muy bien, eso si, siempre y cuando luego te levantes cuando toca ¿No te da vergüenza que a tu edad te tengan que regañar por llegar tarde?

- Bahhh...es inútil razonar contigo.

- Segunda y ultima salida de tono de hoy.

Me fui a por ella, la levanté a la fuerza del sofá, cogí una silla,  la puse en el centro del sofá, me senté en ella y la puse sobre una de mis piernas, con la otra sujeté las suyas. 

- ¿Sabes? Hay días que sé que no vas a parar hasta acabar con el culo cómo un tomate, hoy es uno de esos días, así que cuanto antes mejor. 

Llevaba unos vaqueros y siento una especial atracción por empezar a azotarla con los vaqueros puestos, cuando los lleva. 

Mientras mi mano caía sin compasión sobre su culo, le iba recordando, que mientras no fuera los suficientemente responsable para llegar a su hora al trabajo, tendría una hora determinada por mi, para acostarse, como una niña. En un determinado momento, puse mi mano izquierda en la parte baja de su espalda levantandole un poco el jersey, y vi algo raro, paré en seco.

- Levántate.

Resopló y se levantó.

Nada más hacerlo, le desabroché los vaqueros sin darle tiempo a reaccionar, cuando quiso ya los tenía por encima de las rodillas.

- ¿Y esto? - le dije señalando unas gruesas medias de lana, que llevaba bajo los vaqueros -

- Unas medias...

- Eso ya lo sé ¿desde cunado llevas medias de lana bajo los vaqueros? 

- Hace frío...

- ¿Tú debes pensar que soy tonto?

- Que no!!!! Hace frío!!!!

- Desde que nos conocemos es la primera vez que llevas medias bajo los vaqueros, que curioso y más cuando te avisé que íbamos a hablar muy en serio está noche. Te voy a quitar la tontería rápido hoy.

De un tirón, le bajé las medias y las braguitas, todo a la vez, con firmeza 

- Tráeme la zapatilla, que vas a dormir muy relajada hoy...

- Pfffff sólo era una pequeña broma y se me ocurren mejores cosas para relajarnos....

Me levanté, la cogí del brazo la encaré hacia la puerta, le di media docena de azotes bien fuertes con la mano.

- Tienes 10 segundos, para traerme la zapatilla, y volver a ponerte presentando bien el culo... uno...

Al decir diez, ya estaba allí otra vez con la zapatilla en la mano, se la cogí y la miré, dos segundos después estaba sobre mis rodillas otra vez, esta vez sin protección alguna y con la amenazante y vigorosa zapatilla en mi mano. 

- Por hoy se han terminado los juegos, las malas contestaciones, el malhumor, las quejas y las excusas de niña caprichosa.

El único sonido que siguió fue el de la suela de la zapatilla castigando metódicamente su culo, eso y sus suspiros intentando soportar estoicamente el escozor de la azotaina, que fue larga, lo suficiente para retornar a la absoluta calma y seguro que el picor del castigo, la habia hecho desconectar. 

Cuando decidí que era suficiente, le dije 

- Ahora te vas a levantar vas a guardar la zapatilla, vas a coger el portátil, te vas a sentar y vas a escribir un mail, disculpándote por llegar tarde, cuando estés me lo lees y si me gusta lo envías y si no lo repites hasta que me guste ¿Está claro?

Un rato después, desde la mesa sentada en la silla con la piel castigada directamente en el asiento, me leyó el mail, me pareció correcto y se lo hice enviar. Al terminar le hice recoger y la envié a ponerse el pijama. 

Cuando volvió ya con el pijama, le había preparado un vaso de leche y unas galletas, la hice venir frente a mí, le hice poner las manos sobre la cabeza, le bajé de nuevo pantalón de pijama y braguitas y le dije 

- Tómate la leche y cuando termines, te preparas, te vas a la cama y me esperas.

Esperé a que hiciera todo, al terminar, yo también cené algo rápido y me fui para la habitación con la crema hidratante. Me esperaba tumbada boca abajo, con el pantalón y las braguitas en los tobillos. Lo primero que hice fue quitárselos del todo. Después le hice un largo masaje con mucha crema y sin prisa, para calmar un poco el ardor de su culo. 

Al terminar, me desnudé, me subí a la cama por detrás separando sus piernas, no hubo necesidad de muchos preeliminares, en cuanto empecé a pasar mi polla entre sus labios, noté un calor mojado en su sexo y así boca abajo con el culo en llamas, me la follé, hasta corrernos los dos y a las 11 relajados los dos estábamos ya durmiendo.



2 comentarios:

  1. Qué historia más bonita!!! Una buena forma de relajarse antes de dormir, de forma eficaz!!! Pero un peligro intentar engañar y hacer travesuras!!!

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