domingo, 24 de diciembre de 2023

Noche de Paz

 



Feliz Navidad!!!


Este año se habían compenetrado frío y Navidad, ya en los días previos habían bajado mucho las temperaturas y lo que apetecía era quedarse en casa. Pero son fechas de compromisos a pesar de que no había muchas ganas.

Y en eso estábamos el primer día grande de fiestas, el 24 por la tarde apalancados en pijama esperando para vestirnos e ir a la cena de Nochebuena. 

Ella se fue a dar una ducha y volvió al poco rato.

- ¿Te has vuelto a poner el pijama?

- Pffff si, si está genial y aún falta mucho rato, la verdad es que hoy me quedaría en casa, los dos a gusto, preparamos algo de cenar , así si tener que vestirnos...

- Calla, no me lo digas dos veces, que a mí también me parece el mejor plan.

- ¿Verdad?...Pero...es lo que hay

- Pues si, yo voy a hacer lo mismo que tú, me voy a dar una ducha y me vuelvo a poner el pijama un rato.

- Venga...

Me fui para la ducha, aún teníamos más de 3 horas por delante antes de tener que empezar a vestirnos. Y una sorpresa que no esperaba.

Poco rato después salía de la ducha y me la encontré en el pasillo.

- Voy a hacer café ¿Quieres?

- Venga...

- Yo me voy a cambiar de pijama.

Fui a la habitación y me vestí, de vuelta al salón apagué las luces, dejando solo la iluminación del árbol, enseguida escuché sus pasos cargada con la bandeja y cómo con el codo encendía la luz. Dejó la bandeja en la mesita y allí se dio cuenta.

- Jajajajajaa pues si te ha dado fuerte la Navidad, Papá Noel...

- Bueno no es exactamente Papá Noel

- Pues Santa Claus o cómo se llame.

- Tampoco, pero ven y siéntate en mi regazo, que te lo cuento, mientras tomamos el café.

No tuve que repetirlo, al instante estaba sentada en mi regazo, cómo una niña que espera un regalo. Y yo empecé a hablar.

- No ibas equivocada del todo, el disfraz que llevo es también una tradición francesa, digamos que es el opuesto a Papá Noel, un poco como aquí el carbonero es el opuesto a los Reyes Magos. Aquí si un niño ha sido bueno, recibe sus regalos, de los tres Reyes, pero si se ha portado mal, recibe sólo carbón. En Francia, es parecido sólo que en vez de carbonero, el opuesto a Papá Noel es el Pere Fouettard...y su función es castigar a los niños que se han portado mal, pero al igual que aquí, les da un margen de mejora, aquí el carbón es dulce y allí después de castigarlos les da dulces y golosinas, para que tengan motivación de cara a mejorar el año nuevo...

- Interesante....-me dijo mientras me miraba y sonreía con picardía -

- Mucho, es una tradición muy interesante y que creo que vamos a hacer nuestra ¿Te has terminado el café?

- Si....

- Pues levántate, que el Pere Fouettard tiene que hacerte unas preguntas.

Se levantó de mi regazo, sonriendo, en plan juguetón

- ¿Y que quiere saber?

- Si, te has portado bien...

- Yo creo....

- Un momento...no respondas aún. Además vamos a hacer el ritual bien y eso empieza por qué te bajes el pantalón del pijama y las braguitas, cómo será siempre a partir de ahora cuando hablemos de tu comportamiento. 

La miré y su rostro estaba tan rojo, como mi disfraz de Papá Noel. 

- No conviene hacer esperar al Pere Fouettard...

Cogió aire y metió los dedos por la cintura del pantalón del pijama, que descendió despacio hasta sus tobillos, la miré cómo diciendo "falta algo" lo entiendió a la primera y las braguitas siguieron el camino del pantalón. 

- ¿Algo más Pere Fouettard?

- Si, que antes de contestar reflexiones un poco, así que  vete junto al árbol, las manos en la espalda y piensa bien en tu actitud de todo el año y si crees que debes rendir cuentas ante mi.

Se dió media vuelta y caminó hasta el árbol, allí se plantó de pie junto a el, con el pantalón del pijama y las braguitas por los tobillos. 

Un cuarto de hora más tarde, la llamé. Pidiéndole que al venir, cogiera dos bolsas de tela que había a los pies del árbol.

Se acercó y me las dió, las cogí y las dejé a mis pies. 

- Y bien señorita, que has reflexionado, cuál es la conclusión a la que has llegado de tu comportamiento general este año...

- Bueno...yo diría que no ha sido malo del todo...

- Un segundo, ponte en posición correcta para hablar frente a mí en estos casos, vamos manos en la espalda y piernas separadas. 

Conseguí que se pusiera roja otra vez.

- Continúa, por favor.

- Pues cómo iba diciendo, en general creo que me he portado bastante bien, con alguna cosilla a mejorar, cómo mayor disciplina de sueño, procrastinar menos o controlar más la lengua y las contestaciones..

- Bien, está bien que admitas que puedes mejorar cosas, nadie es perfecto, pero déjame puntualizar alguna más. Por ejemplo, aprender a decir que no o al menos a valorar pros y contras de determinadas decisiones y si a pesar de eso, sigues adelante apechugar con las consecuencias y evitar salpicar a quien tienes cerca...

- Pfffff pero es que si no te lo cuento a ti, a quien se lo cuento!!!

- Si yo estoy encantado en que me lo cuentes y si puedo en ayudarte, ahora bien una cosa es contar y otra tener que aguantar, malhumor, malas contestaciones, impertinencias, actitudes infantiles o caprichosas...

A medida que iba enumerando actitudes, se volvía a ruborizar, a la vez que su sexo empezaba a estar hinchadito, en ese extraño binomio: pudor y excitación. 

- En resumen ¿Crees que el Pere Fouettard puede dejar pasar todo esto o tal vez deba recordarte que les pasa a las niñas malas?

- Pues yo creo que el Pere Fouettard, tiene tomada ya una decisión ¿Me equivoco?

- Tienes razón, ya ha tomado una decisión, pero aún así, te da la oportunidad de que seas tú quien reconozca sus pecados...

Aspiró aire con fuerza y al soltarlo dijo entrelabios...

- Un recordatorio...

- ¿Cómo?

- Que un recordatorio sería justo, teniendo en cuenta mi comportamiento de este año.

- Yo cómo Pere Fouettard plenipotenciario de esta casa, estoy totalmente de acuerdo, así que no hace falta que te diga, cuál es el siguiente paso ¿Verdad?

Volvió a coger aire y despacio y serena se tumbó cruzada en mi regazo, ofreciéndome su culo desnudo y blanco, como un regalo de Navidad. 

Mi mano empezó a acariciárselo suavemente, muy suavemente, la piel se le erizó y le dije.

- Aunque esto es un ritual que tiene la intención de ser divertido, ya sabes que en esta casa, los azotes se dan con sentido y para que eso ocurra, deben picar.

Ya no dije nada más, mi mano empezó a caer rítmicamente sobre sus nalgas desnudas, sin prisa, cubriendo bien cada centímetro cuadrado de piel. De vez en cuando hacía una pausa y la volvía a acariciar, a cada nueva pausa tenía la piel mas caliente y más roja, pero a diferencia de otras veces, estaba mucho más relajada y receptiva a la sensación de los azotes. Eso hizo que alargara bastante la azotaina a mano y que cuando decidiera parar, tuviera el culo rojo como mi disfraz de Papá Noel. 

- Ahora puedes quedarte un rato aquí en mi regazo si quieres, pero cuando estés lista, te levantarás y te volverás a colocar junto al árbol un rato, y ya sabes que nada de frotarse o aliviarse.

Se estuvo unos cinco minutos en silencio eni regazo, mientras yo le acarciaba los muslos, pero no el culo. Entonces se levantó y caminó hasta el árbol de Navidad y allí estuvo otro 5 minutos, quieta en silencio y sin frotarse hasta que la llamé. Se acercó y yo tenía algo en mi mano.

- ¿Sabes que es?

Negó con la cabeza.

- Es el instrumento que usa el Pere Fouettard para castigar a los niños que se han portado mal durante el año. Es un martinet. Cómo ves tiene un mango de madera y de el salen una docena de tiras de cuero finas, escuece pero nada más, mañana tendrás el culo lleno de puntitos rojos, eso sí y tiene una sensación especial, aunque no es peor que el cepillo.

Me levanté, puse un par de cojines sobre el brazo del sofá y le dije, que se colocara sobre el, los cojones aún aumentaban más la elevación del culo, le di otro cojín para que lo abrazara. 

- Doce meses, serán doce azotes,habremos terminado y podremos pasar a la parte dulce, pero quiero que los cuentes en voz alta, des las gracias y prometas mejorar el año que viene ¿Está claro?

No contestó, las tiras de cuero silbaron en el aire y se estrellaron en su piel, un instante después seguro que sentía como un montón f pequeñas picaduras en su piel.

- Uno, gracias Pere Fouettard, primero esforzarme en mejorar mi comportamiento el próximo año.

Despacio y sin prisa le cayeron los 12 azotes, que tal y cómo imaginé, grabaron el fondo rojo de su piel, toda una constelación de puntos más rojos. Pasé un instante mis dedos sobre su piel y le dije. 

- Ahora mientras yo recojo,  te vas a la habitación y me esperas, desnuda y boca abajo en la cama.

Cogí la bandeja y me fui para la cocina, de vuelta ya no estaba, así que cogí la otra bolsa y me fui para la habitación. Al entrar allí estaba tumbada boca abajo, totalmente desnuda y evidentemente llamaba la atención el color de sus nalgas en comparación con el resto de la piel.

Me senté en la cama a su lado, saqué las dos almohadas, le hice levantar las caderas y las puse entre su vientre y su pubis, después le separé bien las piernas.

Lo primero que hice fue coger de la bolsa, un bote de loción hidratante y refrescante y aliviarle el escozor del castigo, un largo rato masajeándole las nalgas, con abundante crema, ella no decía nada, sólo suspiros y algún gemido. Seguí el masaje por los muslos, hasta las rodillas, subiendo y bajando, luego cogí otro bote de un liquido menos denso pero más deslizante, le eché un generoso chorro, entre las nalgas, y empecé a masajearle la parte interna de las nalgas y alrededor del ano, en ese momento paré, cogí de nuevo el bote de lubricante y ahí si apunté al lugar exacto y con la yema del dedo índice empecé a recorrer toda esa piel rugosa y sensible que se contrajo al instante.

- Relaja...señorita

Empecé a hacer un poco de presión con el dedo y poco a poco fue cediendo y entrando a la cueva, jugué un rato con el dedo, entrando y saliendo, hasta que lo saqué, fui de nuevo a la bolsa y cogí un juguete, era un plug normal de acero, sólo que en vez de ser liso, tenía unas rugosidades, cómo anillas unidas en un mismo cuerpo, lo lubriqué bien y con mucho mimo, terminó colocado en su sitio. Le di un beso en cada nalga y le susurré que iba a lavarme las manos antes de pasar a otras cosas.

De vuelta mi mano fue directamente a su sexo, hinchado, rojo y tan mojado que no tuve que usar lubricante alguno, empecé a jugar con los labios mayores, en una especie de masaje a dos dedos, y ahí empezaron los gemidos y los movimientos rítmicos de pelvis, aumentados, cuando mis dedos pasaron a jugar con los labios internos y el clítoris duro, y tal vez incluso demasiado sensible, sólo rozarlo la hacia retorcerse y suplicar que parase... así que mis dedos entraron en su sexo, dos de ellos, podia notar el pequeño bulto del plug en su culo, entonces meti mi mano derecha entre las almohadas y su pubis, haciendo una ligera presión hacia dentro a la vez que mis dedos entraban y salían de su sexo, haciendo presión hacia fuera...Un par de minutos más tarde las contracciones del orgasmo aplastaban mis dedos y en la cama se hizo un charco. 

Allí me quedé dándole besos en las nalgas mientras recuperaba el aliento...

Cuando volvió en si, me dijo:

- Pffff antes tenía pocas ganas de ir , pero ahora...

- No te preocupes, antes llamé y le dije que no me encontraba bien, que me dolia mucho la cabeza y que ya iríamos a la comida mañana...

Se giró y me sonrió...y yo empecé de nuevo a darle besos por todas las nalgas. Y aquella NocheBuena, nos cenamos a nosotros mismos. 



4 comentarios:

  1. Historia picante que da ganas de estar con el padre fouettard y su martinet de cerca !! ¡Feliz Navidad y buenas nalgadas! ;-)

    ResponderEliminar
  2. Ufff 🔥 Fabriqué un martinet justo esta semana. 👀 Gracias por el relato. Feliz Navidad! Y lo mejor para el próximo año 😊

    ResponderEliminar
  3. Qué historia tan fascinante.
    Es un lujo leer tan bellas historias
    Muchas gracias y Feliz Navidad

    ResponderEliminar
  4. Una siempre aprende algo nuevo aquí!!! Y cómo se disfruta la historia!!!

    ResponderEliminar

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>