sábado, 21 de octubre de 2023

El portátil

 





Estaba en la cocina, recién duchado y saboreando una cervecita, después de trabajar, cuando empecé a escuchar, unos extraños ruidos que venían del salón y algo más

-No, joder no!!!!!

Me fui a ver qué pasaba y al llegar me la encontré en el sofá con el portátil en la piernas aporreando teclas y moviendo el ratón cómo una loca.

- Que pasa nena?

- Que no sé qué he tocado pero acabo de perder todo el puto trabajo.

- Y no tienes copia de seguridad?

- Si la tuviera crees que estaría preocupada.

- Pues vamos es básico, cuando haces algo importante.

- Puffff sólo me faltas tú con el ya te lo dije 

Con esa respuesta ya empezó a picarme la mano, pero intenté contenerme y ayudar. 

- Déjame el portátil a ver si hay alguna revisión temporal que quede registrada.

- Va da igual, a tomar por saco la tarde ya mañana volveré a empezar

Y cerró el portátil de golpe.

- Mira que eres tozuda y orgullosa dame el portátil.

- Que no joder!!!! Ya perderé otra vez la tarde mañana, ya me lo tengo merecido según tu, por no hacer copia de seguridad.

- Mira nena, cálmate vale? Además es que no sé cómo puedes trabajar así, la tele puesta, el móvil en el brazo del sofá...normal que no te concentres.

- Vale¡!!!!! Yo no soy un autista cómo tú qué necesita aislarse en un despachos puedo hacer varias cosas a la vez, sabes?

Le cogí el portátil y le dije.

- No quiero ni verte en un rato y luego ya hablaremos.

- Pues si no quieres ni verme ya sabes dónde está el despacho.

- Mira nena, te lo voy a decir claro, me está empezando a picar mucho la mano, lo captas? Pues ahora coge el portátil, lo pones en la mesa lo abres y te vas un ratito a la habitación a calmarte o prefieres al rincón del despacho?

Ella sabía perfectamente que el rincón del despacho, no pintaba muy bien para su culo, pero estaba en ese punto, que sólo con el culo rojo se calma.

- Que no me pienso mover de aquí, haber si voy a tener la culpa que se haya colgado el puto portátil.

- Vigila esa boca 

- Uyyy si....ni que fuera una cría, que te den a tiz al portátil y al trabajo.

- Que has dicho?

- Nada

Me fui para ella, la levanté del sofá de un tirón, frente a frente la cogí del brazo por la cintura, puse mi pierna delante de las suyas a modo bloqueo, la obligué a inclinarse hacia delante y le di una veintena de azotes así de pie bajo mi brazo. 

- Es que hay días que lo necesitas como respirar, pero un día de estos te vas a arrepentir de verdad de tanto tensar la cuerda e igual es hoy.

La cogí de debajo de la axila y la llevé hasta la habitación despacho, allí la puse en el rincón, los codos apoyados uno en cada pared. 

- Voy a por el portátil a ver si puedo hacer algo y así de paso te vigilo y prepárate que vas a dormir boca abajo hoy.

Fui a buscar el portátil, me senté en la mesa lo abrí y empecé a intentar recuperar algo, de vez en cuando levantaba la vista y en una de esas vi que levantaba un pie. Me levanté me fui hacia ella sin decir nada, pasé mi brazo izquierdo por su cintura con la mano derecha le bajé de un tirón el pantalón del pijama, debajo no llevaba nada, la piel algo rosada de cuando la había azotado bajo mi brazo y si mediar palabra empecé a darle palmadas continuas en la piel desnuda. Yo sabía que si odiaba una posición es que la azotase de pie, a mí me era más incómodo pero quería que lo sintiera como un castigo.

- Si te pongo en el rincón no quiero que te muevas ni un centímetro.

Y continuaban cayendo las palmadas.

- Y esto es sólo el principio, está pataleta de niña consentida y maleducada, se merece un recuerdo.

Le estuve dando así de pie en la esquina hasta que me cansé y tenía ya el culo como un tomate. Entonces le dije.

- Vete a buscar la regla de madera de 60cm

- Pufff vale lo siento, no tenía que haberme puesto así.

- Tienes 30 segundos para ir a buscarla y dejarla encima de la mesa y por cada segundo que pase, un azote extra, uno , dos....

Empecé a contar en voz alta. Tenía tiempo pero con el pantalón en los tobillos, más le valía que no desperdiciase segundos.

- 22, 23, 24, 25, 26...

Y apareció con la regla, la dejó encima de la mesa cuando yo contaba el 28. Nada más dejarla la cogí y marcando con la regla la mesa, le dije:

- Codos apoyados manos planas sobre la mesa ahora!!!

Suspiró y lo hizo, la espalda arqueada un poco, las piernas rectas y el culo rojo bien expuesto.

En posición empecé a pasarle la regla plana por las nalgas rojas y los muslos, tras un rato la giré y le di unos golpecitos en la cara interna de los muslos para que separase las piernas un poco y entonces empecé a jugar con el canto de la regla entre sus piernas, luego pasé a "acariciarle" el sexo pero con la regla plana, hasta que se le escapó un gemido...

- Si crees que esto es un juego, te equivocas de mucho.

Levanté el brazo y dejé caer la regla plana sobre su culo expuesto, ahí hubo otro gemido, pero diferente. Dejé pasar un rato y le dije.

- Cuantos azotes crees que merece tu actitud?

Su respuesta fue un resoplido.

- Bueno pues decidiré yo, tres series de una docena y contados. Está claro?

Tampoco tuve respuesta.

- Ahhhh y el primero no cuenta.

Entonces empecé con la primera serie, una vez la regla impactaba en su culo, dejaba pasar unos segundos, hasta el siguiente. Así hasta completar los doce de la primera serie.

Al terminar volví a jugar con la regla por toda la piel castigada y también otra vez entre sus piernas, hasta que la volví a notar dejándose llevar y empecé la segunda serie, estos algo más seguidos sin tanto espacio entre azote y azote, lo justo para escuchar de su voz el número. Y al llegar al 24 vuelta a jugar un poco, su piel estaba cada vez más castigada. Pero esta vez jugué menos.

- En la última docena además de contar, quiero escucharte dar las gracias en cada azote, si no habrá una docena extra.

Levanté el brazo y esperé la reacción. Un suspiro, un instante de silencio y con la voz entrecortada escuché.

- 25, gracias por castigarme.

Eso hizo que esta última serie fuera especialmente lenta. Pero completada. 

Al terminar la hice ponerse de pie frente a la mesa con las manos extendidas hacia delante sujetando la regla con la que acababa de castigarla. Mientras yo volvía a sentarme y a ponerme con su portátil. Al tener que sujetar la regla, no podía tocarse, no frotarse y sentiría bien el efecto del castigo en su culo, además de la vergüenza de estar allí de pie expuesta frente a mí en esa posición estática.

Minutos después, le di la vuelta al portátil.

- Has tenido suerte, hay un revisión cada 5 minutos que se puede recuperar, he recuperado la última en el historial de revisiones, así que sólo has perdido los últimos 5 minutos.

Me levanté cogí el taburete de madera, lo puse frente a la mesa, le cogí la regla, al quitárselas suspiró y estiró los brazos.

- Ahora siéntate y termina, cuando hayas terminado, te espero en el salón.

Me quedé a ver cómo se sentaba, el duro y áspero taburete de madera vieja no debía ser el lugar más cómodo para el estado de su culo en aquel momento. De hecho estuvo un rato intentando encontrar la posición menos molesta. Al salir cerré la puerta.

Unos 20 minutos más tarde, se abrió la puerta del despacho y salió caminó torpemente con el pantalón del pijama enredado en sus tobillos y el portátil bajo el brazo.

- Lo has podido terminar?

- Si, gracias...

En el brazo del sofá había un bote de crema hidratante de aloe vera natural.

- Deja el portátil y ven aquí -le dije señalando mi regazo- 

En cuanto la tuve en mi regazo, miré bien las marcas de un rojo más intenso que el fondo...marcas que mañana serían moratones seguro. Le eché una buena cantidad de crema y empecé a masajearle el culo, sin prisa, me encanta sobar un culo rendido en mis rodillas. Pero claro, también fui a parar eso que hay entre sus piernas, a esos pliegues, que se abren, estaban mojados e hinchados, la tentación era muy grande, yo también estaba excitado, pero aquel día no tocaba y se lo dije, al menos de momento.

- Ahora cenaremos y luego en la cama te pondré crema otra vez.


Eso dejaba la puerta abierta al "premio" o no. 













1 comentario:

  1. A menudo, el orgullo, la molestia y la boca desagradable provocan una severa corrección como si el cerebro no estuviera de acuerdo con el culo, pero al final se calma y da sabor cuando estás “enderezado”, así que gracias por la historia conmovedora y emocionante que me da muchas ideas feas... ^^

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