El último vídeo de Jillian Keenan, plantea una cuestión interesante ¿Somos los spankos neurodivergentes?
Por neurodivergencia entendemos una particularidad que tienen algunas personas. Su cerebro aprende, funciona y procesa de forma distinta a la mayoría. Visto así, podríamos pensar que algo de eso hay. El cerebro de un spanko funciona y procesa de manera distinta estímulos o emociones a la forma en que lo hace la mayoría. El dolor es el ejemplo más claro, pero hay otros cómo la vergüenza o el pudor, que en teoría son diques de contención a la sexualidad, que aparecen en el spanking cómo erotizados y son estímulo en vez de dique.
Además se consideran cómo neurodivergentes un serie de trastornos, más o menos graves, entre los que se incluyen los trastornos del espectro autista, el trastorno de hiperactividad y déficit de atención, la dislexia, la discalculia o el sindrome de Tourette.
Si pienso en mi propia experiencia, pues la realidad es que algunas personas tenían alguno de estos trastornos. Aunque aseverar que sean comunes a partir de una experiencia personal y limitada sería poco real.
A veces creo, que la no aceptación de la fantasía a veces muy totalizadora y limitante, muchas veces nos lleva a buscar una justificación, es cómo si pensar que tenemos una "tara" nos hiciera más llevadero tener un gusto distinto.
Personalmente creo que sí bien la forma de interpretar según que estímulos y emociones es distinta a la mayoría, sólo tiene efecto puesta en contexto. Los spankos sentimos vergüenzas, pudor o dolor y lo vivimos cómo el resto del mundo, o sea como una experiencia desagradable. Es el contexto, el momento y la persona lo que hace que en un momento determinado podamos invertir la forma de procesar esas emociones o sensaciones, por lo tanto no creo que dentro del spanking haya más personas neurodivergentes, mi sensación es que hay el mismo número, que entre los aficionados al fútbol o cualquier otro colectivo.
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