Hoy me apetece contar un curioso fenómeno, que me ha provocado más de una consulta al mail. Voy a resumirlo.
Chica conoce a chico o chico conoce a chica, les une fantasía en común, conectan y dan el paso a ser "compañeros de juegos" durante un tiempo esa es la base de su relación, los juegos que comparten, pero se van conociendo, comparten más cosas y dan un paso más, digamos que formalizan una relación, que es continua. Entonces la frecuencia de juegos se reduce, esto no es nada anormal. Una cosa es quedar el fin de semana para algo muy concreto y otra empezar una relación, donde entran muchos más factores en liza. Es lógico y absolutamente normal que llegados a este punto la frecuencia de juegos se estabilice y reduzca. El problema es que en más de un caso me han confesado que llega un momento en el que desaparece del todo y una pareja que se conoció y los unió una fantasía deja de llevarla a cabo, cuando más fácil lo tiene y más posibilidades tiempo y conocimiento mutuo existe.
Y para añadir un dato más, este es un fenómeno más propio en el hombre y en el hombre spanker. Suele ser el quién va abandonando el juego. Intentando analizar un poco este tema y conociendo el funcionamiento de la mente masculina, creo que la historia va de la diferencia entre objeto y sujeto. Al hombre le cuesta es más propenso a establecer una frontera entre sujeto y objeto. Cuándo la vinculación emocional es leve, le resulta más sencillo, ver el objeto por encima del sujeto y en especial en determinados momentos de alta excitación a medida que la vinculación emocional se hace más profunda e intensa aparece el sujeto y con el, el debate interno del bien y el mal. En la mente humana, la feminidad tiene muchas caras y su vínculo emocional con ellas es muy diverso, maternidad, virginidad, adoración, misterio, pero también dominancia, deseo, uso y objeto. La mujer es para el hombre puta y virgen, madre y esclava según contexto y vínculo.
La prostitución tiene mucho que ver con esto, para muchos hombres es más sencillo pagar sin vincularse y dejarse ir, que contar a sus parejas sus deseos más perversos.
Es una pena, pero pasa más de lo podemos pensar, parejas que comparten fantasía y dejan de practicarla y la mayoría de veces la excusa es una falsa "piedad" y una confusión de términos; "no quiero hacer daño a quien quiero" cuando en realidad es " tengo miedo a ver sexualmente fuera de control a quien quiero".
Curiosamente he conocido alguna pareja de juegos formada por dos mujeres y esto nunca pasa, pasa exactamente lo contrario, a medida que progresa la relación, está se vuelve más experimentativa, más intensa y más marcada está esa separación entre objeto circunstancial y sujeto.
Y es que la mujer, cuando realmente se deja ir sexualmente, es cuando puede liberarse del sujeto y ser sólo objeto. Temporal pero objeto y eso no tiene nada que ver con minusvalorar, o faltar al respeto. Todo lo contrario, es amar y respetar.
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