Estamos en época de tradiciones, aunque muchas de ellas han trascendido a nuestros tiempos, como tradición religiosas, cómo en muchos otros casos, la religiosidad viene heredada y transformada de antiguas tradiciones paganas, y en este tiempo, en el que la vida renace después del invierno, muchos de esos ritos religiosos, guardan relación con el atávico culto a la fertilidad o fecundidad.
El Lunes Santo tiene lugar la celebración de la "pomlazka" principalmente en la República Checa, aunque también en partes de Eslovaquia y Polonia.
La "pomlazka" consiste básicamente en que los hombres, jóvenes principalmente, trenzan varas de sauce y las decoran y con ellas recorren las calles azotando los traseros de las chicas, en un ritual ancestral que promueve la fertilidad, la buena salud y mantiene la belleza de las chicas durante todo el año.
La cosa se completa con cánticos y ellas entregan a los chicos, huevos pintados o decorados.
Si entregan uno rojo, la cosa puede terminar en romance, porque eso simbolizaría que hay sentimientos por medio.
Es curiosa la mezcla de distintos conceptos que tiene la celebración. Y sus simbolismos, los azotes cómo ritual de purificación, pero también de erotismo, también está presente el color rojo, cómo señal de atracción y el hecho también atávico que es la mujer quien elige, por más que se nos intente convencer de lo contrario. Puede parecer una tradición machista, pero nada que ver, no existe obligación alguna de participar y por lo que parece, se divierte bastante.
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