Se tenía que haber celebrado en 2020, tenía ya las entradas, pero la puñetera pandemia, nos trastocó la vida y no hubo concierto. 3 años más tarde me podía desquitar, se había vuelto a programar y de nuevo con meses de antelación ya tenía las entradas. Eso sí, había que desplazarse y no era cuestión de conducir, así que lo mejor era hacer noche allí.
Una semana antes del concierto, empecé a buscar hotel, una tarde en un rato muerto en el trabajo, encontré uno que estaba a apenas dos calles de la sala y además tenía parking para clientes, así que copié el enlace, se lo envié y la llamé.
- Hola ¿Y eso que me has enviado?
- El hotel, hazme un favor reserva, que paso de hacerlo desde aquí.
- Vale, como algo que acabo de llegar y hago la reserva.
- Genial, yo llegaré sobre las 6 más o menos.
- Ok aquí te espero, no trabajes mucho.
Pocos conciertos me hacían más ilusión que ese, era un grupo americano que no se prodiga mucho por Europa y era un oportunidad única. Nada más llegar a casa, lo primero que dije fue:
- ¿Has hecho la reserva?
- Hola ¿No? ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido el día? Pues no...¿Has hecho la reserva? -dijo imitando mi tono de voz -
- Jajaja, la siento ya sabes que me hace mucha ilusión...
- No te preocupes.
Le di un beso y me puse cómodo.
Una semana pasa rápido y llegó el día, salimos temprano, para aprovechar un poco el día. Estuvimos dando un paseo por la coidady, comimos algo y después de comer fuimos para el hotel, a dejar las cosas. Aparqué delante, para hacer el check-in y que me dieran la tarjeta para acceder al parking. Entramos y nos fuimos directos a recepción. Yo estaba comprobando que todo estuviera en orden en el teléfono, el código QR de las entradas y demás, de repente escuché una frase.
- No nos costa ninguna reserva a ese nombre.
- ¿Cómo que no? Si reservé el lunes!!!!
- ¿Me permite comprobar el e-mail de confirmación ?
- Pues entonces es que no hizo la reserva correctamente, siempre se envía un e-mail de confirmación con un código...
A partir de ahí una conversación tensa, en la que ella le explicaba al recepcionista que veníamos de otra ciudad etc, etc.
- Discúlpeme un momento, voy a hablar con el director -dijo el recepcionista-
Cuando me miró, yo estaba muy serio y mirándola fijamente, se puso roja al instante.
- No sé que pasa
Me dijo con vocecita de niña buena. Entonces apareció el director del hotel y más o menos se repetió la conversación, que si no constaba reserva, que no había e-mail de confirmación de reserva...el director se puso a mirar la pantalla del ordenador y finalmente dijo.
- Bueno, pues han tenido mucha suerte, acaban de cancelar una reserva y nos queda la habitación libre, eso sí el precio no es el mismo ¿La quieren?
- Si por supuesto
- De acuerdo ¿me dejan los DNI?
Ella empezó a protestar, pero una mirada y se quedó callada. Realizamos el trámite y nos dio las tarjetas de la habitación. Al cogerlas nos fuimos para el ascensor, la habitación estaba en la sexta planta. Nada más entrar y cerrarse la puerta, le dije:
- Ya me estás explicando que ha pasado
- No lo sé!!!! Yo hice la reserva.
- Nena...
- Pffffff se me olvidó, empecé a hacerla, pero me llamaron y la dejé a medias, pensaba que no habría problema...
- Barcelona, sábado, hotel...sin reserva, justo al lado de la sala de conciertos...
- Yo que sé...
- Mira, tengo muchas ganas de pasarlo bien y has tenido suerte, pero ya hablaremos.
En ese momento el ascensor se detuvo en el piso 6 y fuimos hacia la habitación. Entramos nos cambiamos y empezaba a ser tarde así que bajamos, que por los menos nos diera tiempo de tomar unas cervezas antes de entrar. Al pasar por recepción, hablé con el recepcionista y me permitió dejar el coche aparcado en la zona de carga y descarga del hotel, para después del concierto dejarlo en el parking.
Salimos y buscamos un bar cerca de la sala, calentamos motores y ya no mencioné más el incidente. Y de allí al concierto, apoteósico, dos horas y media muy intensas y divertidas que se nos hicieron cortas.
Al salir ella me propuso, ir a tomar algo para culminar la noche, no era tarde, sobre medianoche, pero tenía que entrar el coche en el parking, así que nos fuimos para el hotel.
- Te espero y vamos a tomar algo ¿No?
Me dijo cuando me montaba en el coche.
- Sube
- Para qué ¿Te vas a perder en el parking?
- Sube -le repetí con el tono de voz más firme-
Subió, arranqué y descendí la rampa del parking, puse la tarjeta y se abrió la barrera había bastante sitio libre pero busqué el más apartado. Metí el coche entre dos columnas y paré el motor. La miré, se hizo el silencio un instante.
- Vamos a jugar a las adivinanzas. El lunes no reservaste, pensaste ya reservaré mañana y al día siguiente volviste a pensar, ya reservaré mañana y así fueron pasando los días, hasta que llegó el día y pensaste, no creo que el Hotel esté lleno ¿Me equivoco?
No respondió, pero se puso roja y eso dice mucho.
- Responde
- Pffff he pensado cada día pero después de me olvidaba...pero bueno tampoco ha sido tan grave, tenemos habitación.
- De milagro, me veía durmiendo en el coche o teniendo que volver y créeme cero ganas de conducir ahora, además nos va a salir tu procrastinación por un pico y lo peor, si me dices "Santi no me he acordado de reservar" ya lo hubiera hecho yo, en cambio me dices que no me preocupe y no contenta con eso montas un teatro en recepción ¿Te parece un comportamiento propio?
Aún se puso más roja.
- ¿Sabes? no me apetece ir a dormir, con el subidón del concierto, vamos a ir a tomar algo, baja del coche.
Abrí la puerta y me bajé, ella hizo lo mismo, le di la vuelta al coche, y la cogí del brazo. A la vez que abría la puerta trasera. Sin soltarla me metí , me senté en el asiento trasero y tiré de ella, para hacer que se tumbara boca abajo sobre mis rodillas, con las piernas fuera del coche.
- Ahora, vas a tener un entrante, luego nos iremos a tomar algo y después en la habitación terminaremos de ajustar cuentas.
Metí mi mano izquierda en la cintura de los vaqueros estirando de ellos hacia arriba, el parking estaba absolutamente silencioso, pero por poco tiempo, enseguida empezó otro concierto, el de mi mano percutiendo sobre los vaqueros bien tensados.
- Me ha generado mucha tensión, tu "despiste" y te prometo que voy a relajarme.
Durante un buen rato mi mano cayó inflexible en su culo, paré al escuchar el ruido del motor de un coche y el destello de las luces. Los dos aguantamos la respiración, el coche aparcó bastante lejos, esperé a que se apagaran las luces y escuchar los pasos camino del ascensor. Cuando se hizo el silencio de nuevo...
- Levanta.
Se levantó, y nada más hacerlo busqué con mis manos el botón de los vaqueros...
- Santi... aquí no, pueden venir más coches...
No le hice caso, desabroché el botón y la cremallera descendió, los vaqueros siguieron el mismo camino, y el tanga también, otro tirón y de nuevo a mis rodillas, y otra vez el silencio del parking roto por las aún más sonoras palmadas de piel contra piel. Ahora aún más rápido y más fuerte. Durante varios minutos seguidos sin ser interrumpidos por ninguna visita al parking. Cuando me quemaba la mano, paré.
- Levanta.
Se levantó y yo detrás, la cogí del brazo y la llevé hasta la columna que cubría el coche. Con los vaqueros por las rodillas y el culo rojo.
- ¿Dónde tienes el teléfono?
- En el bolso.
Fui a buscar su teléfono y se lo di.
- Son las 00:11 a las 00:21, te adecentas y subes, te espero en la puerta.
- Pffff¿y si hay cámaras y si baja alguien?
Le di media docena extra de palmadas.
- No es mi problema.
Y allí la dejé, mirando a la columna, en el parking del hotel.
Subí y me encendí un cigarrito esperando e imaginado que podía pasar por su cabeza y en lo largos que se le iban a hacer aquellos diez minutos, en cambio a mi se me hicieron cortos. Diez minutos más tarde salía, llegó a mi sonreí y nos fuimos a terminar la noche, nos tomamos un par de cervezas más, no estaba incómoda sentada, pero sabía que debía notar el calor y el hormigueo en el culo, que seguro se irradiaba a más zonas.
Y ya decidimos irnos para el hotel. Subimos a la habitación y nada más cerrar la puerta me besó.
- Muy rápido vas tú -le dije - Ponte el pijama...
- ¿Y si nos damos una ducha antes?
- Ya habrá tiempo, ponte el pijama, ahora.
Me senté en la cama y esperé.
- ¿Contento? - me dijo con cierta ironía - al terminar.
- De rodillas encima de la cama mirando la pared.
- Pffff...
Un par de azotes y se acabaron los soplidos.
Se subió en la cama de rodillas y se puso mirando el cabezal, nada más hacerlo, le hice poner las manos sobre la cabeza y le bajé el pantalón del pijama, aún tenía el culo bastante rojo y no pude estarme de acariciarlo un poco y entre esas caricias, también alguna visita entre sus piernas que me hizo sonreír al descubrir lo mojada que estaba. Entonces fui al pequeño armario, abrí mi bolsa y saqué de ella el temible cepillo de ducha redondo. Empecé a pasárselo por la piel, por ambas caras, la lisa de madera y la áspera de las cerdas.
- Apoya las manos en la pared y presenta bien el culo.
Suspiró antes, pero apoyó las manos en la pared y arqueó la espalda.
- Tu procrastinación, nos va a salir por 60 euros de más, pero lo vamos a dejar en la mitad o vas a tener que volver tumbada en el asiento de atrás.
Ya no dije más el cepillo impacto en su nalg izquierda dejando de inmediato un círculo rojo en su piel. Y así alternando nalga y nalga le cayeron los 30 azotes, 15 y 15 con el temible cepillo de ducha. Al terminar lo dejé sobre la mesilla. Y le dije que no se moviera.
Fui a por la crema hidratante y empecé a refrescar el fuego, hasta que la piel absorbió toda la crema y entonces mis dedos fueron de visita otra vez a su sexo, receptivo, hinchado, caliente y mojado y empecé a masturbarla sin miramientos, a esas alturas ya no son necesarios, hasta hacerla retorcerse de placer. Y entonces si nos fuimos a la ducha, antes de irnos a dormir.
Al día siguiente, nos levantamos bastante tarde, recogimos y bajamos a desayunar, teníamos hambre y ella alguna pequeña incomodidad al sentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario