En esta nueva entrega, vamos a entrar ya en materia directa. En las anteriores hemos visto que es la Disciplina Doméstica, que la diferencia de otros tipos de juegos, que peculiaridades tiene o que problema nos puede dar. Es el momento de entrar directamente en el juego.
Para mí hay dos puntos imprescindibles, que debemos tener siempre presentes.
1. Hay en cesión de control, pactada y libre pero que implica , que una de las partes acepta la autoridad de la otra y poder ser tratada como persona inmadura, por educar o adiestrar.
2. Los juegos tienen una raíz real, no estamos fingiendo escenarios, estamos actuando sobre cosas que han pasado, provocadas o no.
La palabra clave es control. Los niños tienden a vivir el aquí y el ahora, su racionalidad y lógica aunque aplastante está muy presionada por el principio del placer, por lo que no se paran a esperar a que los adultos resuelvan sus dudas, de hecho llevan muy mal la ambigüedad y los mensajes contradictorios. Y un adulto no consigue el respeto de un niño en base al miedo, conseguirá obediencia, pero no respeto. En el control está la clave y el control empieza por un juego de límites claros y consecuencias previsibles.
Vivir en una sociedad hiperjerquizada y organizada, cómo las sociedades humanas, han hecho desaparecer casi por completo el instinto de lucha o esa lucha es de forma sublimal o también puede provocar por conductas de huida o evitación. En todo caso, tanto la lucha largada, cómo la huida son agotadoras y puede que haya quien encuentre en esto una forma de exorcisar todos esos males de la cultura, cediendo la autoridad y el control.
Pero tener el control no es gratis, no se trata de una prenda de ropa que te regalan, el control es como huerto, si quieres que te de fruto te va a exigir trabajarlo duro, cada día.
Hay otra palabra, que también empieza por C, que es coherencia. La coherencia es básica para obtener el control y en la coherencia no hay sitio para los términos medios. Es sencillo en un juego de Disciplina Doméstica, eres o no eres el "jefe" no hay más opciones.
Y la mejor manera de entender la coherencia aplicada al control y al juego es a través del ejemplo.
Si ella, empieza a protestar, tiene una pataleta, se encierra en la habitación o en le baño dondo un portazo, esa noche dormirá boca abajo, con el culo caliente y tranquilita. Si estamos los dos haciendo la cena juntos y tonteando, pero en un determinado momento coge nata de montar y me la pone en la nariz, le daré un azote o dos, para que vea que aunque estemos en un ambiente distendido, sigue existiendo una jerarquía que debe respetar.
Son dos respuestas distintas, en situaciones distintas, pero coherentes con el juego acordado.
En próximas entregas trataremos otras palabras, que tienen mucho que decir.
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