Una vez alguien me contó, que estaba de tertulia tomando algo con amigos y de repente escuchó un sonido que le resultó familiar, y que en ese momento, perdió todo el hilo de la conversación absolutamente perturbada.
El día que la naturaleza nos convirtió en bípedos, empezamos a ver el mundo desde las alturas y eso hizo que la vista pasará a ser el sentido dominante. Pero aún así conservamos atavismos, que tienen sobre todo la capacidad de inducirnos estados de ánimo, el olor a tu comida preferida al entrar a casa, o a café recién hecho por la mañana. Si os digo que penséis un momento en la película, el Bueno, el Feo y el Malo, estoy convencido que antes de visualizar cualquier escena, lo primero que os va a venir a la mente es la banda sonora de Ennio Morricone, si os hablo de Apocalipsis Now casi seguro que en vuestra cabeza sonará Jim Morrison, cantando This The end, my Only friend, The end...
¿Y si os digo spanking? Puede ser que os pase por la mente un fotograma, de una escena, pero estoy seguro también que de inmediato os vendrá a la mente un sonido, un sonido especial y que para todos nosotros es muy reconocible: el sonido del impacto o mejor dicho, el sonido constante y repetitivo de una azotaina y en concreto de una azotaina a mano. Los instrumentos pueden tener su sonido particular y para mucha gente el silbido de la vara, esa especie de chasquido del cuero o incluso el ruido sordo de la madera, pueden ser excitantes, pero nada suena tan adentro cómo la mano.
Este particular y característico sonido es reconocible para todos aquellos que ya lo han escuchado y sentido. Tiene su ritmo particular, a veces lento, apagado y a veces rápido y rotundo.
Tengo un gusto que igual es muy particular, no me gusta hablar durante los azotes, lo justo en imprescindible, creo que es mejor decir antes y después pero no durante y el principal motivo es precisamente ese, disfrutar de esa banda sonora única.
Estoy convencido que todos nosotros si escucharamos un audio sin ninguna imagen del sonido de una azotaina, nos pertubaria y mucho.
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