Calor y color.

 

Os voy a compartir un pequeño texto que firma "KJ" y sobre el voy a hacer un pequeño análisis. 

"Castigo corporal (me gusta esa palabra, para mí puede ir desde unas palmadas en el regazo de alguien, hasta un juego largo con muchas variantes): podría escribir un libro sobre las alegrías de " castigo corporal", " la disciplina" o cualquiera de los muchos nombres que le damos al juego de impacto. Todo un capítulo estaría dedicado a elogiar las texturas, cómo se sienten sobre la piel desnuda. Una caña suave pica como diez avispas, a la vez que silba en el aire. Un cinturón de buen cuerpo también silba, pero su mordedura es más abrasiva, casi como una pequeña quemadura. En cambio la madera rígida suena sorda, aplasta y engaña, durante unas pocas décimas de segundos no duele y unas décimas después puedes sentir tu piel palpitar. ¡Tantos matices para experimentar! La mayoría de las personas encuentran sus sensaciones favoritas, escozor o picadura.

El dolor puede liberar la mente y darle descanso del incesante latir de los pensamientos. Cada azote limpia el alma, el dolor te ayuda a rendirte, mientras luchas contigo misma por soportar estoicamente el castigo.  Sus reacciones alimentan mi sádico interior. Pero el dolor es efímero y racheado, al final lo que te queda es esa sensación de calor y esa ligera molestia que mientras dure, te evade con más efectividad que el dolor ya que ese calor y ese escozor, si tienen además un extraño punto placentero".

Esto me recuerda a otras explicaciones que si he escuchado en vivo: "  Lo siento como una especie de masaje más intenso. Un masaje puede ser doloroso por momentos pero me relaja, esto me relaja aún más a la vez que me excita" " Pica algo más que el culo, no se explicarlo, pero mientras pica, me siento cómo nunca" Aquí dos ejemplos. 

Pero no nos engañemos el dolor, duele. Y es algo que estamos programados para evitar. Al principio no entendía muy bien el papel del dolor en todo esto, con el tiempo lo he entendido más. La sensación de dolor es interpretable y cuando ese dolor no implica alarma y hay un control sobre él, es una sensación más, que puede tolerarse. Y ahí creo que está la clave. El dolor no es objetivo, es precursor, detonador o catalizador, se convierte en algo necesario para llegar al objetivo real y por eso se tolera.

El objetivo real son otras sensaciones, que el texto describe muy bien, físicas y mentales. El abandono, la evasión, desconectar la mente y sólo ser receptor de sensaciones corporales, también puede ser el precursor de una importante desinhibición, pero sobre todo genera esa sensación física que se puede resumir cómo calor y color, que creo que es dónde físicamente se quiere llegar y sobre todo alargar. Esa sensación es lo que realmente excita y aunque pueda ser algo incómoda, para quienes les gusta es a la vez excitante, placentera y relajante.