sábado, 8 de enero de 2022

Priorizar.

 



- Si está muy bien, gracias.

Le dije sin levantar la vista del libro que había empezado a leer.

- Ahora será mucho más fácil encontrar algo, he ordenado la caja y he tirado muchas cosas 

- Muchas gracias, pero tú tiempo en el rincón no va a empezar hasta que estés callada y en el rincón. 

- Pfffffff 

Dio un pisotón en el suelo a la vez que resoplaba y se dió la vuelta para mirar la pared.

- Las manos detrás de la espalda.

Segundo soplido, pero las manos quedaron entrelazadas en su espalda. Un instante después cogí el móvil y programé una alarma, en diez minutos y seguí leyendo tranquilamente. En los siguientes diez minutos se hizo el silencio, sólo roto por algún suspiro y el pasar de páginas del libro. Hasta que sonó la alarma, la paré. La miré serio y le dije:

- Ven aquí por favor.

Tercer suspiró y se dió la vuelta para avanzar lentamente hacía mi. Yo cerré el libro y lo dejé en la mesita del sofá, mirándola mientras se acercaba hasta quedar frente a mis piernas. 

- Que te he pedido que hicieras al llegar a casa, hasta tres veces hoy?

Su rostro se cubrió de un ligero rojo y su mirada bajó.

- Que buscase el papel de la ITV del coche 

-No, perdona no te he pedido que busques, te he pedido que encuentres y llego y no lo has encontrado aún. Te pedí que ordenarlas el cajón de los papeles?

- No 

- Que te pedí entonces?

- Lo de la ITV.

- Y sabes por qué te lo pedí? Porque aprovechando que hoy salía antes había pedido cita para pasarte la ITV. 

- Pero no me has dado tiempo, has llegado enfadado y hala al rincón...

- Pon las manos en la espalda.

- Y ahora qué pasa?

- Las manos en la espalda!!!

- Pfffff 

Se llevó las manos a la espalda, me incorporé un poco y mis manos se fueron a su cintura buscando el botón de los vaqueros, se lo desabroché y agarrando con  fuerza de los lados de la cintura empecé a bajárselos, cuando estuvieron a la altura de sus rodillas la miré y metiendo mis dedos por la cintura del tanga en sus caderas también se la bajé. La volví a mirar aún estaba más roja, yo sabía que verse en esa situación con la ropa a medio quitar, pero sin tapar nada, la hacía sentir mucho más desnuda que sin una sólo prenda encima. Curiosamente el rubor de su cara tenía un negativo también ruborizado en los labios de su sexo. 

- Te agradezco mucho que hayas ordenado el cajón de los papeles, pero hoy precisamente no era lo que necesitaba. Te pedí algo muy en concreto y sin embargo, eso no está hecho, porque te has entretenido haciendo otra cosa, como de costumbre. Tienes que aprender a priorizar. 

Hice una pausa y la miré aún se había hecho más pequeña.

- Hasta tres mensajes te he enviado y tu respuesta ha sido, "tranquilo", "que si pesado" vamos en tu línea, pero al llegar lo que te había pedido no sabes dónde está y mi paciencia también se ha perdido, así que voy a buscarla en tu culo. Ponte en las rodillas. 

El regalo había hecho efecto, ya que no hubo protestas, ni soplidos, ni pisotones en el suelo, mansa y rendida se acomodó cómo pudo en mi regazo, presentándome su culo desnudo para el castigo. 

Al ponerse puse mi mano izquierda en sus lumbares y empecé a pasarle la derecha por las nalgas desnudas, la piel se le puso de gallina al sentir el tacto de mi mano firme y caliente. Pero las caricias duraron poco, enseguida una ráfaga rápida de azotes cayó implacable sobre sus nalgas desnudas hasta dejarlas bien rosadas. Los primeros en frío suelen ser los más molestos, luego el calor y la sangre fluyendo por debajo de la piel lo hacen más soportable. 

- La próxima vez que te pida algo, dedícate a eso y si luego te sobra tiempo y quieres hacer otras cosas tu misma, pero lo primero delante y te aseguro que ese papel va a aparecer esta tarde, sólo que te va a tocar buscarlo y encontrarlo con el culo ardiendo. 

Alargué el brazo y cogí el teléfono, puse otra vez el temporizador y la alarma en diez minutos y en cuanto le di a la cuenta atrás mi mano empezó a trabajar esos bonitos y traviesos globos carnosos de su culo, durante diez largos minutos de azotaina sin pausa, más que algún cambio de ritmo, hasta que sonó la alarma y paré. Lo primero que hice fue agitar mi mano y después contemplar su culo expuesto en mi regazo. Rojo muy rojo, uniformemente rojo. Le pasé la yema de un dedo rozando todo el contorno rojo de su piel, al sentirlo suspiró de alivio, la dejé un rato que recuperase el aliento y sintiera bien el calor en el culo del castigo, hasta que le dije.


- Bueno tienes trabajo, así que ya sabes.

Se levantó sin mirarme e hizo el gesto de subirse la ropa. 

- Ni se te ocurra, la vergüenza es parte del castigo y antes te he dicho que lo ibas a encontrar con el culo rojo. 

Y así empezó a buscar, con los vaqueros y el tanga por las rodillas y el culo rojo y palpitante, hasta que apareció el papel. Se acercó con el en la mano y me lo dio. 

- No te ha llevado ni un cuarto de hora encontrarlo, debe ser cierto eso de que con el culo caliente se aclaran las ideas. 

Dejé el papel en la mesita y cogí otra vez el libro.

- Ahora vete un rato al rincón a pensar y a que se te refresque el culo, ya te avisaré. 

Se dio la vuelta resignada, caminó hasta la pared y allí parada mirándola con las manos en la espalda y mostrando el culo azotado, se quedó. Yo continúe con un capítulo más del libro, de vez en cuando la escuchaba suspirar, así que cuando cerré el libro, lo hice con toda la intención para que lo escuchase.

- Ven aquí

Otro suspiro, se dio la vuelta y caminó hasta mí con la mirada baja.

- Espero que te haya quedado claro y que no se vuelva a repetir una situación cómo esta o parecida.

Seguía mirando al suelo, inmóvil y con las manos en la espalda. Mi mano se fue a sus muslos y comencé a acariciarle la parte interna hasta la ingle, la miré y sonreí. Dos dedos se pasearon por la grieta entre sus labios provocando otro suspiro, pero que sonaba diferente.

- Si la respuesta de tu cuerpo es esta, no sé si el castigo será muy efectivo.

Al terminar de decirlo hundí los dos dedos en su coño, lubricado cómo estaba entraron fácilmente y el suspiro esta vez fue más un gemido, aumentado cuando los dedos empezaron a entrar y salir...

- Pffff de pie no, por favor...

- No estás en condiciones de elegir hoy...

Y ya no paré hasta hacerla gritar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>