martes, 23 de noviembre de 2021

Mi estilo




Hace ya más de 15 años, que me inicié el práctica real del spanking. Todo este tiempo ha sido también un camino y un aprendizaje, pero también me ha servido para encontrar mi propio estilo de jugar en el que me siento cómodo, seguro y con la sensación de controlar.

Por desgracia a eso se llega por el infalible método cómo en otras tantas cosas de la vida, del error y corrección. Así que os voy a contar cual es mi estilo.

La parte mental es muy importante y para mí siempre me va a resultar más fácil y más excitante el contexto punitivo de un juego, cómo reacción a una "falta". Esto entre otras cosas significa ir a remolque o por detrás de la spankee en un determinado momento, pero también saber cómo y cuándo hacerte con el control y darle la vuelta a la tortilla y eso me resulta muy excitante.

Me gusta jugar a desconcertar. El spanking a priori puede ser un juego muy previsibles, conseguir qué no lo sea es también muy divertido. En eso es muy importante tener libertad de acción y eso significa que a partir de cierto momento decido yo. Ella propone y yo dispongo. 

Sin llegar a extremos, me gustan los juegos con carga de vergüenza y regresivos. En el primer caso, los regaños, la exposición, o la disponibilidad de la intimidad son básicos. En el segundo, la recreación de situaciones regresivas y recrearse en ellas.

No tengo especial fijación por la ropa, no necesito de disfraces, ni de ropa especial para jugar. De hecho he descubierto que para mí la manera más natural de jugar es haciéndolo con la ropa del momento. Y si tengo que elegir algo, nada más sencillo y "hogareño" que un pijama. Lo que si es importante, es que siempre voy a dar los azotes con el culo desnudo, sin desnudar nunca del todo el resto del cuerpo. Es aquello de "te voy a hacer sentir más desnuda que nunca, sin quitarte la ropa". Y es que la desnudez absoluta puede ser liberadora. 

En el tema posiciones, soy un fan absoluto de la posición OTK ( sobre las rodillas) simple, eficaz, regresiva, vulnerable, con mucho contacto físico, control y exposición. Esa la voy a utilizar siempre, aunque no descarte combinar con otras (boca abajo con unas almohadas para elevar y exponer, sobre el brazo del sofá o inclinada sobre una mesa) son las que más uso. Nunca uso ningún tipo de contención mecánica, aguantar la posición correctamente es parte del castigo y rectificaré o esperaré a que se vuelva a adoptar la posición las veces que haga falta, hasta terminar. La única forma de contención que he usado es mi propia fuerza y en la posición OTK, no hay mejor forma de atar, que ese nudo que no se ve dentro de la cabeza.

En el tema instrumentos, soy básicamente manual, la mano no va a faltar nunca en ningún juego. El contacto directo, el sonido y la efectividad de la mano, no se pueden igualar con nada. De lo demás, me quedo con los instrumentos pervertibles, es decir aquellos que están diseñados para otro uso y no son extraños en cualquier casa o en una maleta de viaje ( cinturones, cepillos...) Y en este aspecto, soy más de saber el impacto mental que producen y así usarlos buscando algo más que su efecto en la piel. 

Y para terminar, disfruto mucho más un juego largo, de intensidad física media, pero mental alta, a un juego corto físicamente muy exigente. En un juego largo, puedes ir experimentando mucho con reacciones a los diversos estímulos, puedes dosificar, alternar azotes con caricias, hacer pausas, subir o bajar el ritmo y la experiencia me dice que acabas llegando más lejos, que con un juego de alta exigencia física desde un inicio. 

Eso sí algo que tengo muy claro es que es el spanker quien tiene que adaptarse a la spankee y no al revés, conocer sus gustos, preferencias, dudas y temores. A partir de ahí sin tener que renunciar a tu "estilo" se abre un campo de juegos infinito.



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