Por la vista entra mejor I parte ( La mano)

 

Una de las preguntas más frecuentes y de lo que genera más inseguridades, son los instrumentos. 

- Cual es más doloroso?

- Cual deja más marcas?

- Cual me aconsejas para iniciarme?

- Quiero probar tal pero me da miedo?

Son preguntas que me llegan frecuentemente. Y para que no tengo respuesta segura.

Los instrumentos son como las armas, depende más de quien apriete el gatillo, que del arma en si. Luego están las pieles, no todas reaccionan igual, las hay que sólo rozarlas se marcan y las hay que cuesta mucho, con el tiempo también se genera tolerancia y exactamente lo mismo sucede con el dolor y su umbral, variable incluso en la misma persona dependiendo de muchos factores, desde la excitación, hasta el estado anímico. 

Luego está cómo decía antes el uso del instrumento. Los instrumentos duelen o marcan más o menos dependiendo de dos factores. La fuerza del golpe y la insistencia. Yo considero que golpear con exceso de fuerza es una idiotez, al menos a mí no me da ningún morbo, cómo tampoco me da hacer cosquillas, término medio. Unos azotes se tienen que sentir sino a otra cosa, pero tampoco se trata de doblar a alguien al minuto. Los azotes son sólo una parte del juego.

Y finalmente están los gustos personales, hay quien huye de las marcas y hay quien desea marcas duraderas y recrearse en ellas. 

Por todo esto he decidido hacer algo, para intentar resolver dudas a través de la vista, y es que viendo las cosas a veces te haces una mejor idea y de paso comentar un poco como son los efectos de los instrumentos en la piel y sus posibles secuelas (deseadas muchas veces) como hay tanto instrumento, me voy a centrar en los más habituales: mano, cinturones y derivados de cuero, madera en las vertientes ligera y pesada y vara. Empecemos pues, con un primera entrega dedicada al instrumento que nunca falla: la mano.

La mano: para la mayoría es el instrumento madre por muchos motivos, contacto directo, mucha información ( la mano también pica) doble uso ( también calma, acaricia y da placer) pero también está un poco infravalorada y muchas veces hay quien piensa en ella cómo, instrumento de calentamiento o secundario. Para mí es imprescindible, vamos con sus efectos. Y empezaremos esta serie por la mano, como no podría ser de otra manera.

He seleccionado cuatro fotos. Que creo que dejan ver los efectos de la mano a distintas intensidades 

La última sería la de una azotaina media y para mí mínima. Cómo podéis ver la piel presenta un color rosado uniforme, que cubre prácticamente igual ambas nalgas, incluso se pueden ver las huellas de algún dedo en la parte alta. Una de las ventajas de la mano, es precisamente esa se puede cubrir toda la superficie, incluso la alta de las nalgas sin peligro de dañar.

Las dos fotos intermedias, representan a la perfección ese rojo brillante y uniforme que solo consigue la mano. Aquí ya estamos hablando de una azotaina más larga de varios minutos, pero creo que es uno de los resultados más bellos de todo esto y es que ese color sólo es posible a mano. 

En las tres últimas fotos ese color irá descendiendo de intensidad hasta desaparecer entre media hora y dos horas más o menos después de la azotaina.

Y la primera foto es la de una azotaina severa a mano. Aquí ya estamos hablando de muchos azotes, de largo rato seguramente con sus pausas. Si os fijáis en la piel veréis que resalta en el fondo rojo, un montón de puntitos más rojos, que indican que hay rotura de capilares de la piel. De todas formas aun así la posibilidad de marcas es baja y como mucho algunos de esos puntos seguirán al día siguiente algo más oscuros.

De todas formas aunque visualmente, no impacten cómo pueden impactar las fotos que veremos en próximas entregas. La "mordida" de la mano es muy peculiar y pica. Una azotaina larga para conseguir el resultado de la última foto, por momentos puede ser insoportable. Pero personalmente opino que la mano no puede faltar en ningún juego y sin duda el mejor para iniciarse.

En la próxima entrega de la serie analizaremos, los efectos del cuero.