jueves, 9 de septiembre de 2021

Dinámicas de la Disciplina

 




Si somos sinceros tanto en un cómo en el otro rol, diría que 9 de cada 10 amantes del spanking, en realidad lo somos de la disciplina erótica. O lo que es lo mismo, los juegos que nos gustan se basan en la idea de un conjunto de normas, que cuando se transgreden tienen una consecuencia. El castigo tiene un motivo real, consensuado y aceptado.

Esta parte, que es la base de nuestros juegos genera controversia. Si algo te gusta, no lo puedes vivir o sentir cómo un castigo. El argumento de que si algo gusta y para que se dé hay que romper una regla, esa regla va a ser incumplida sistemáticamente, para conseguir lo que gusta. Y visto así, tendría que dar la razón a ese argumento.

El error, de quien argumenta eso, es que confunde, el juego de disciplina como modificador o corrector de comportamientos. Nada de eso se pretende en un juego. Lo que se busca, es la sensación de realidad. La spankee quiere sentirse castigada de verdad. Estamos hablando de una persona adulta que distingue perfectamente el bien del mal, así que es plenamente consciente de las consecuencias de su actitud, sin que eso quité, que en el momento desee sentirse castigada realmente y que esa sensación tenga una gran carga erótica para ella. Además ahí también podemos incluir, momentos muy concretos de estrés, sentimiento de culpa o frustración para consigo misma, que obtienen una vía de escape a través de un juego excitante y divertido. Siempre hablamos de momentos puntuales, si en ellos hay una raíz profunda, tampoco va a resultar.

De ahí que todo el juego vaya encaminado a eso, a provocar esa sensación de castigo real, por motivo real. Hay quien se excita más por los regalos, que por los azotes en sí y muchas veces los azotes no son más que la prueba física, de que esa disciplina está siendo real.

Una de las cosas que he aprendido con el tiempo, es que cuando se establece, esa dinámica de cesión del control y la autoridad, esta es limitada a través de un pacto implícito de normas, eso evita confusiones y excesos, pero también he aprendido, que en esta dinámica, suelen haber cómo dos tipos de normas, que llevan también un desarrollo de juegos distintos.

Hay unas que voy a llamar "faltas graves" y que suelen ir asociadas a cómo decía antes sentimientos de culpa y o frustración y que en este caso suelen ser resueltas con un juego dónde la sensación de castigo ritualizado es indispensable. Luego hay otras que podríamos llamar más juguetonas, como las provocaciones en busca de una reacción, que aunque pretendan y estimulen a la autoridad a ejercer, suelen tener un componente más de juego y sexual. 

Pero repito no hay que confundir objetivo, con sensaciones y el spanking disciplinario no pretende o debería pretender ningún objetivo, sin que eso signifique que en cambio si busque una sensación real, de disciplina y castigo.

2 comentarios:

  1. Yo me excito casi más con la parte mental que con los azotes en sí (que también jaja). Y por supuesto la sensación de estar siendo castigada de verdad aunque ambos sepamos que es un juego.

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    1. Es que saber qué va a haber azotes es parte de la excitación mental o no? Yo creo, que también ambos somos muy fetichistas del culo, pero eso en otra entrada jejeje

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