sábado, 31 de julio de 2021

Vacaciones movidas II.

 



Pues al final me tocó conducir a mi claro, aunque eso sí, los primeros días no cató la playa, las marcas de la paleta fueron bien visibles unos días, así que los primeros dias, nuestras visitas a la playa, se limitaron a paseos nocturnos y eso que cada día meticulosamente antes de irnos a dormir, le daba un buen masaje con crema, que todo sea dicho, nos servía de excusa para "profundizar" más. Y al final nos acostumbramos tanto a la casa y la piscina, que apenas saliamos lo justo, para comprar, dar un paseo o tomar algo en alguna terraza

Aquel día ni eso, nos pasamos el día entero de la tumbona a la piscina y viceversa, de vez en cuando a la nevera a buscar algo fresco y ya está. Por la noche hice una barbacoa y cenamos en el porche, se había levantado una brisa fresca, cuando terminamos de cenar y le dije.

-¿Te apetece una copa?

-Venga

-¿Mojito o Caipirinha?

-Lo que te apetezca más me da igual

-Pues Caipirinha....

Entre a la cocina a preparar los cócteles y desde ahí escuché como se daba un chapuzón, al salir con las copas en la mano, vi el bikini en el suelo del porche, se había metido en el agua desnuda y allí estaba con los brazos apoyados en la corona de la piscina. Me acerqué con las copas y me senté en el suelo. Le dio  un sorbo juguetona y me dijo.

-¿No te vas a tirar?

-No, hace fresco

-Pero que dices si se está genial, además estoy desnuda

-Jajajajaja ya lo sé ya...

-¿Y no te vas a tirar?

-Ya te he dicho que no, que la brisa marina es  muy traicionera y luego vienen los resfriados de verano.

-Buuuuuaaaa menudo marinero -le dio otro sorbo a la caipirinha-

-Además mañana tenemos, la comida en casa de mis amigos

-Joder, no me lo recuerdes...

-¿Que pasa?

-Cero ganas de ir...eso pasa

-Yo tampoco doy saltos de alegria, pero nos han invitado, es un rato...

-Podrías decirles que no me encuentro bien o algo y te espero aquí.

-Anda tira....

Cogí mi copa mi levanté, dirección al porche, me salpicó con agua, lo que le valió una mirada, y ahí se quedo en el agua con su copa, yo me apalanqué en la mesa. Un rato después salió del agua como un sirena, totalmente desnuda con la copa en la mano, nada más llegar la dejó en la mesa , se cubrió con la toalla y se sentó a en mi tumbona, temblando....

-Te lo he dicho

-Joder que frío de golpe, se estaba mejor en el agua

Tenía toda la piel de gallina, la abracé por detrás y se le pasó enseguida, seguimos charlando un rato volvió a salir el tema de la maldita comida, pero no entré a discutir, se iba a ir y punto, fin de la discusión. Entonces se hizo la indignada y se fue a la cama, pensé que se le pasaría, pero al meterme en la cama e intentar jugar un poco me apartó, así que tampoco insistí.

Al día siguiente cómo de costumbre amanecí pronto y como aguanto poco en la cama, me levanté a preparar el desayuno, cuando estuve me extrañó que no se hubiera levantado aún, así que fui a la habitación, al verme tosió como de forma muy forzada.

-Buenos días sirenita.

-Buenos días

-Ya tienes café a punto....

-Tenías razón

-¿Cómo?

-Que no debí bañarme ayer por la noche, he pasado mala noche y me duele la garganta creo que tengo fiebre.

Me senté en la cama y le puse la mano en la frente.

-Que fiebre más sospechosa, anda tira, que de la comida no te libras.

-Joder, que es verdad, si tuviéramos termómetro lo verías.

-Tenemos, tenemos, creo recordar que lo metí en el botiquín.

Me levanté, fui al baño y en efecto allí estaba, lo saqué de la caja metálica y entré en la habitación agitándolo, su cara cambió al verme, se lo di y le dije.

-Póntelo ahora lo veremos

Con cara de pocos amigos se lo puso bajo la axila y yo me fui a tomarme el café, un par de minutos y volví a la habitación.

-Vamos a ver.

Me dio el termómetro y mi sorpresa fue ver que marcaba 37,8, al verlo le toque le frente de nuevo...

-Lo ves....

Mi cabeza hizo un chequeo rápido y di con la clave rápido, al tocar las dos lamparas de la mesita de noche, una fria y la otra caliente.

-Levanta

-Que no me encuentro bien!!!!

Le quité las sábanas de un tirón y de un tirón también la levanté, sin darle tiempo a nada completamente desnuda, la puse en mis rodillas, cogí el termómetro de nuevo lo agité. Ella se quejaba y se movía, así que puse mi pierna encima de las suyas, con la mano izquierda separé sus nalgas y le metí sin mucho preparativo la mitad del termómetro en el culo.

-Joder molesta....

-Creo que esta va a ser la menor de tus molestías hoy y estate quieta!!!!!!!!!!

Esperé pacientemente los dos minutos de rigor, a pesar de sus quejas, pasados se lo saqué, marcaba 36,5...entonces le cogí la manos con fuerza contra la espalda y le dije.

-Así que pensabas engañarme para no ir a  la comida ¿verdad?

Se le escapó una risa nerviosa....

-Ahhh que te hace gracia? bromear con la fiebre con la que está cayendo? 

Ya no dije nada más, empecé a azotarle el culo desnudo con la mano, con energía desde el principio y esos primeros en frío pican, esos que dejan los dedos marcados en la piel, a medida que coge calor y se va enrojeciendo cómo que son más soportables, pero no paré hasta ponerle el culo bien rojo, rojo uniforme y hubiera seguido,  pero pensé que mis amigos tenían piscina y que no era plan, así que cuando se lo puse rojo fuego paré. 

-Levanta y a desayunar, ya ajustaremos cuentas a la vuelta

Se levantó e hizo la intención de buscar algo de ropa, pero no la dejé, la cogí de la oreja como a una niña traviesa y la llevé hasta la cocina totalmente desnuda.

-Ahora señorita desayuna y a la ducha.

Como una niña obediente a la que han pillado en una travesura grave y no quiere más problemas, desayunó en silencio y se fue a la ducha. Con el culo aún rojo. Mientras yo recogía la cocina, cuando terminó, me duché yo, mientras ella terminaba, al salir mientras ella terminaba de arreglarse, yo preparé un bolsa, con toallas, crema y demás, al terminar  me senté y cuando salió del baño la llamé.

Yo estaba sentando en el sofá, la hice ponerse frente a mi de pie con las manos sobre la cabeza y le dije.

-Ahora señorita tramposa, te vas a portar como una mujer, quiero ver la mejor de tus sonrisas y amabilidad el rato que estemos y ve pensando en la que te espera al volver, porque esto no acaba aquí.

Llevana un vestidito de playa corto y cómodo, que en ese momento le levanté , debajo la braguita del bikini, que le bajé de un tirón hasta los tobillos, la cogí de la mano la hice tumbarse en mis rodillas, ahí le levanté el vestido de nuevo, el separé las nalgas y cogi algo de la bolsa, era un plug pequeño con forma de pica de color rojo en silicona, terminado en un pequeño tope con una joya roja también, lo lubriqué y se lo puse, me aseguré que estuviera bien puesto y entonces le subí la braguita del bikini aún en mis rodillas, mientras le decía.

-Ya te dije antes, que le menor de tus molestías hoy iba a ser el termómetro.

La hice levantarse, cogí la bolsa, las gafas de sol y las llaves del coche y nos fuimos. De camino sólo abrió la boca para preguntarme si iba a tener que llevar el plug puesto todo el rato. Mi respuesta fue:

-Salvo que te diga lo contrario, por supuesto.

-Puffffffffff ¿y si se nota?

-Ya he elegido uno que no se note y ve pensando en la que te espera a la vuelta.

Llegamos a casa de mis amigos, su comportamiento fue amable, cómo si nada hubiera pasado, comimos, reímos, pero tampoco quise alargar mucho, la agonía, y a media tarde, puse una excusa a mis amigos de  otro compromiso y nos fuimos. De camino en el coche, le hice separar las piernas y metii la mano por debajo del vestido y dentro de la braguita del bikini...

-Que sorpresa ¿verdad? resulta que tanta queja y estas mojada...

Saqué la mano y le enseñé los dedos abriéndolos, para que viera un hilillo viscoso entre un dedo y el otro. Iba decidido pero al pasar por el pueblo vi una tienda de artesanía en madera, había todo tipo de utensilios, en madera y en un cesto, una cantidad de diferentes tipos de cucharas de madera, así que paré el coche un momento mal aparcado y le dije.

-Bien señorita tramposa, baja del coche y ve a comprar una cuchara, la que quieras, piensa que es para hacerla servir con tu culo travieso.

Suspiró, se me quedó mirando como implorando.

-Si me ponen una multa, no vas a pisar la playa así que espabila

Resopló más fuerte pero se bajó, yo la miraba desde el coche, ni miró cogió la primera que encontró, entró pagó y volvió al coche, al entrar se la pedí, me la dio, la probé contra mi mano y le dije.

-Buena elección, ligera y manejable.

Arranqué y para la casa de alquiler, al entrar, yo llevaba la bolsa de playa colgando y la cuchara en la mano. Nada más cerrar la puerta, la cogí de nuevo de la oreja y la llevé al rincón. 

-Espera aquí, que pongo las toallas a secar y luego me ocupo de ti.

La hice esperar un rato en el rincón. Cuando me senté en el sofá la llamé. Le indiqué mis rodillas, y sin protestar mucho se colocó., nada más hacerlo estiré la braguita del bikini hacia arriba haciendo que la poca tela se  metiera por el surco entre sus nalgas, me aseguré que el plug estuviera bien metido y empecé a azotarla de forma más progresiva que por la mañana hasta alcanzar un ritmo constante y sostenido, que aguanté un largo rato sin variaciones, entonces empezó a jadear y gemir, y pude ver una gran mancha de humedad en la parte de la tela del bikini que tapaba su pubis...esa reacción me hizo detenerme.

-¿Te has corrido?

-No sé....

-¿Cómo que no sabes? 

-Es que no se ha sido muy raro nunca me había pasado...ha sido diferente...

Pensé, el ritmo constante de los azotes, el plug vibrando dentro, la presión al sostener la braguita en tensión contra el pubis a la vez que la azotaba rítmicamente, incluso la tensión acumulada durante el día...

-Te pongo el culo como un tomate y te corres?

Cogió un cojín y escondió la cara bajo el, mientras yo le solté la braguita del bikini para bajársela hasta los tobillos, entonces le quité el plug, llevé mi mano entre sus piernas y no había duda, tanta humedad sólo podía ser un orgasmo. Sonreí a la vez que cogí la cuchara sin estrenar. Y empecé a aplicarle cuchara bien repartida por todo el culo, a conciencia, ahora si era castigo y ya no fui a ritmo constante, sino con variciones de ritmo o insistiendo varios golpes en el mismo punto antes de cambiar, la parte final fue dura, ya que la centré en la parte baja del culo, en la alta de los muslos en incluso separando las nalgas en la piel muy sensible de la cara interna de las nalgas, cuando paré estaba sudando, aunque su coño seguía goteando a pesar de la dura azotaina. Entonces empecé a jugar con el mango de la cuchara en entre el surco de su sexo, le di unos golpecitos en la cara interna de los muslos para que separase las piernas, y seguí jugando con la cuchara en su coño, de vez en cuando también le daba algún pequeño azotito en el, hasta que decidí parar. 

-Pues bueno, otro par o tres de días sin poder ir a la playa -le dije mientras tocaba los puntos más oscuros de su piel enrojecida y castigada, puntos que mutarían a moratones al día siguiente-

La hice levantarse y arrodillarse en el suelo manos en la cabeza mirando al sofá, entonces puse el mango de la cuchara entre sus nalgas y le dije, que me iba a dar un baño, que cuando regresara la quería en la misma posición a ella y la cuchara.

Me di un chapuzón rápido y de vuelta la fui a buscar seguía allí castigada de rodillas sujetando la cuchara en tan íntimo lugar. Lo primero que hice fue quitársela, la levanté, nos abrazamos, con mi pierna comprobé que seguía mojada, sonreí, la llevé hasta la cama la hice tumbarse boca abajo, cogi la crema hidratante, refresqué su culo, que falta le hacía, y allí boca abajo totalmente tumbada, le follé el culo hasta que me corrí, sin sacar mi polla de su culo, cogí su mano y la llevé a su coño y la hice correrse con mi polla dentro, quería sentir su orgasmo en mi polla y su culo caliente y castigado tocando mi piel medio mojada y fresca.

Continuará....

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