¿Orgasmo durante azotaina?

 

He leído muchas historias y testimonios de gente que afirma haber tenido un orgasmo durante los azotes, no tengo porque ponerlo en duda, de hecho es científicamente posible, pero en un grupo muy reducido de personas. Yo personalmente nunca lo he vivido, excitación mucha, pero nunca un orgasmo sin que mediara estimulación genital. Por eso os comparto un testimonio de Helena, que cuenta un orgasmo durante una azotaina pero con matices, que me lo hacen más creíble.

"Sentí como deslizaba mis bragas lentamente hasta mis tobillos, podía escuchar su respiración profunda y sentir el aire fresco en mi piel totalmente desprotegida. Me notaba excitada, avergonzada y también algo temerosa.

Me sujetó las manos en la espalda, con una de sus manos fuertes y rudas, con la otra me acarició el pelo y ese gesto me tranquilizó mucho. No podía pensar, no podia moverme. Mi cuerpo estaba tan excitado y tenso, me parecía un locura, estar deseando que pasara y mas locura aún desearlo con tantas ganas, locura que aún se intensificó más cuando me separó las piernas y noté que era imposible ocultar mi excitación.

Durante lo que me pareció mucho tiempo estuvo primero regañándome sin hacer nada y luego de repente se quedó callado, pero sentí su mano caliente sobando mi culo desnudo en completo silencio, no sé cuanto tiempo estuvo, seguramente menos del que creo recordar, sólo sé que se me hizo eterno. Pero toda yo era sensación, captaba su olor, su respiración que caia sobre mi piel desnuda, el tacto de sus pantalones que notaba ásperos en mi desnudez. De repente un sobresalto, no diría que doloroso, más bien como una presión momentánea y ese sonido, sin quererlo me tensé de nuevo y aunque ese primer azote lo definiría como sorpresivo, los siguientes si fueron dolorosos, en frío, sin protección y supongo que mi tensión hizo que los sintiera especialmente dolorosos. Pero poco a poco ese dolor fua cambiando a un calorcito, que incluso diría que lo notaba placentero y se extendía más allá de mi culo. De repente aceleró, los azotes eran rápidos y más fuertes y empezaron a picar y picor punzante.

 Entonces me tensé de nuevo, lo debió notar aumentó el ritmo que se volvió frenético y por un momento pensé pedirle que parase, pero no hizo falto se  detuvo, suspiré aliviada y de nuevo aquel silencio denso, sentía el pulso en la piel de mis nalgas, hasta que su mano se fue entre mis piernas, lo primero que me vino a la cabeza al sentirla es "Oh dios que vergüenza" como podía estar tan lubricada, pero la lubricación hace que cualquier caricia sea más sensible, el culo me ardía, pero lo que hacía que no me pudiera estar quita no era eso, eran sus dedos jugando con mi clítoris, empezó a frotarlo despacio haciendo como círculos alrededor y de repente a frotarlo con fuerza moviendo dos dedos en vertical, empecé a moverme, a jadear a ofrecerme más, si seguía iba a explotar en segundos, pero paró. Se volvió a callar pasó sus dedos viscosos de mi humedad por mis nalgas incandescentes, aunque ya no me dolían,  sólo notaba como desprendían calor, hasta que empezó a azotarme de nuevo. Mas rápido y más fuerte, pero también más corto y  volvió a detenerse y a jugar en mi coño aún más mojado, ahora todo como a cámara lenta, yo me retorcía en sus piernas, estuve a punto de suplicarle que me hiciera correr, pero no se lo dije esperé y entonces volvió a azotarme de nuevo, más lento y ahí no se cómo sucedió, mi culo y mi coño estaban en llamas y sucedió lo que nunca había imaginado, mientras su mano firme caía una y otra vez en mi piel, me corrí, me dejé ir, fue un orgasmo diferente, más largo en el tiempo, menos explosivo, pero como más continuado y eso que seguía azotándome, incluso continúo después del orgasmo, poco tiempo, pero siguió.

Fue tan inesperado, impactante y abrumador, que cuando paró, me quedé inmóvil en su regazo cubriéndome la cara, hasta que poco a poco me trajo de vuelta".