sábado, 8 de mayo de 2021

La foto de K.

 



Llegué a casa pronto aquella tarde de trabajar, K no estaba, imaginé que habría salido a hacer deporte o al gimnasio. Así que me puse cómodo y me dio por abrir el portátil para pasar el rato, acabé en aquella página de spanking que frecuentábamos desde hacía algún tiempo, siempre había algún debate o historia interesante. Vi que alguien  había puesto un hilo, en el cual pedía fotos de usuarias en el rincón y entré a cotillear, cual fue mi sorpresa, al ver en una de las fotos a K totalmente desnuda, de espaldas eso si. La foto era preciosa, K tiene un cuerpo espectacular y un culo aun más, pero me incomodó que se expusiera tanto, internet tiene sus riesgos y aunque podía entender que se sintiera orgullosa y le gustara lucir esa genética espectacularmente bella, también por otra parte pensaba que igual era excesiva y que era algo que debía hablar con ella.

Poco rato después llegó y en efecto venía de hacer deporte, con los leggins de deporte, sudadera y zapatillas, me saludó, me dio un beso y me dijo que necesitaba una ducha. En ese momento aproveché descargué la foto y la puse de fondo de pantalla en mi teléfono móvil. Al poco rato K salió de la ducha, ya con el pijama y vino al salón, yo había dejado estratégicamente mi teléfono móvil en la mesa y al llegar se lo pedí, me lo fue a dar, pero le dije.

-Desbloquéalo, que quiero que veas una cosa.

Lo hizo y sonrió al ver la foto.

-Veo que te ha gustado

-Si, es preciosa

-Gracias

-De nada

-¿Y piensas llevar mi culo de fondo de pantalla, para que lo vea cualquiera?

-Bueno....supongo que no te importa ¿verdad?

-Pues un poco sí.

-Pues para importarte no has dudado ni un momento en colgarla en la red.

-Ya....pero es una página específica, no es lo mismo

-¿Ya conoces a todo el mundo que entra en esa página? 

-No, claro

-Entonces está al alcance de casi cualquiera

-¿Estás enfadado?

-No es la palabra exacta, me parece una irresponsabilidad por tu parte.

-Es mi cuerpo, puedo hacer lo que quiera con él.

-Es cierto, incluso lo entiendo, vamos entiendo que te guste lucirlo, sólo hay que ver la cantidad de likes que has conseguido en unas horas.

-¿Estás celoso?

-Tampoco

-¿Entonces?

-Pues simplemente creo que deberías protegerte un poco más.

-No se ve nada sólo un culo, una espalda y parte de las piernas.

-¿Has pensado que alguien podría reconocerte? 

-Bueno no voy enseñando el culo a cualquiera

-Vaya, pues hoy si

-No dramatices, que es sólo un juego.

-K....tu ves sólo eso, pero está el pelo, el peinado, incluso el fondo, aquí en casa podría reconocerlo alguien ¿sabes por ejemplo si algún compañero/a de trabajo frecuenta el grupo? ¿lo sabes a ciencia cierta? 

-Vamos, sería mucha casualidad.

-Ya, pero las casualidades existen, además en el momento que te expones así, no pidas que te valoren por otras cosas, la mayoría sólo verá un culo bonito ¿has pensado en eso?

Se quedó callada un momento y yo seguí.

-Esa misma foto, con unas braguitas bonitas, ya sería otra historia e incluso podría ser más erótica, insinúa, pero no enseña....

-Te repito es mi cuerpo

-Lo sé, pero creo que por experiencia debo decírtelo y no te pongas a la defensiva, creo que a veces eres demasiado impulsiva.

-Bueno no quiero discutir, me voy a cenar algo.

-¿Quien está discutiendo?

-Tú, además en plan paternal regañándome, no pienso aguantarlo.

-¿Cómo?

-Pues eso, que es mi cuerpo y me ha apetecido mostrarlo, no tengo porqué aguantar sermones puritanos.

-Señorita K...más te vale bajar el tono, no te estoy diciendo que tienes que hacer sólo advirtiendo de cosas que creo que no has valorado. Punto.

En ese momento salió del salón sin decir nada cerrando la puerta de un portazo. Algo que no soporto y que me pareció un comportamiento caprichoso e infantil intolerable.

Me levanté y la fui a buscar.

-Déjame estoy enfadada!!!!!

No le contesté, la cogí de la oreja como a una niña traviesa y la llevé a la habitación, allí la puse de cara a la esquina, los codos tocando la pared y las manos entrelazadas encima de la cabeza.

-Jovencita, si no eres capaz de actuar como una adulta, no me dejas más remedio que tratarte como a una niña caprichosa e impertinente. Así que piensa en un rato en todo, lo que hemos hablado y tu comportamiento hasta que te llame a mi despacho.

La palabra "despacho" seguro que le provocó muchas mariposas en el estómago. Mi despacho no era más que una habitación, que había habilitado como despacho. Un escritorio,  una librería y una silla de madera en una esquina. Pero lo realmente importante es que cuando la llamaba a mi despacho, es que el castigo iba a ser severo. Cerré la puerta de la habitación y me fui. Dejé pasar un cuarto de hora más o menos y entonces la llamé.

-K. ven a mi despacho.

Me senté tras el escritorio y apareció, ya su actitud era diferente, la mirada baja, y más calmada, se quedó de pie parada frente al escritorio.

-Señorita ¿has pensado en todo lo que ha sucedido hace un rato?

-Si

-¿Y que tienes que decirme?

-Que igual tienes razón y me he expuesto demasiado sin pensar en las consecuencias...

-Ahora mismo eso, es lo menos importante ¿No has pensado nada más?

-Que no debí comportarme así, que sólo querías darme un consejo por mi bien.

-Esta actitud me gusta mucho más, pero eso no va a librar a tu precioso culo, de  un merecido castigo, así que coloca la silla en el centro del despacho

-Si, señor.

Fue hasta al rincón, cogió la silla simple de madera, sin reposabrazos, sólo respaldo y asiento. Me levanté mientras ella esperaba su destino de pie frente a la silla, me senté en la silla, despacio me remangué las dos mangas del jersey. Al terminar la miré y llevé mis dedos a la goma del pantalón del pijama, lentamente lo bajé, hasta que sólo cayó en sus tobillos, debajo llevaba unas braguitas de algodón blancas con el borde de encaje azul celeste y con dibujos de corazones del mismo color. 

-La foto con estas braguitas hubiera quedado genial también.

Metí mis dedos en el elástico de las braguitas, suspiro cuando empezaron a descender frente a mi, la vergüenza es parte del castigo y un último regaño con las braguitas a medio muslo y con su intimidad expuesta, hizo que su rostro se enrojeciera del todo. Tras el regaño, la tomé de la mano suavemente la llevé a un lado de mis piernas e hice que se tumbara sobre ellas, nada más ponerse, puse mi mano derecha en su nalga desnuda y le dije.

-No quiero que en ningún momento los pies se levanten del suelo y mucho menos que intentes protegerte con las manos.

Levanté la mano y empecé a nalguearla, de forma progresiva, alternando nalga y nalga, poco a poco fui subiendo el ritmo, un poco más rápido e intenso. Su piel desnuda y desprotegida se fue volviendo rosada con mis palmadas, cuando ya estuvo todo su culo de un rosa uniforme, aumenté más el ritmo de la azotaina, ahora si serio. El sonido era abrumador, su precioso culo vibraba a cada palmada y se iba enrojeciendo, yo creo que los vecinos podían escuchar perfectamente el sonido rítmico de las nalgadas, lo que aumentaba su vergüenza seguro pensar que los vecinos podían escuchar su corrección como una niña.

Seguí hasta ponérselo bien rojo con mi mano, entonces paré, allí sobre mi regazo en la silla, la acaricié un instante, su piel estaba muy caliente y presentaba un color rojo uniforme precioso. Tras un rato de caricias le dije.

-K. Levántate.

Lo hizo.

-Ahora jovencita, quiero que te inclines sobre el escritorio, con las manos agarradas al otro extremo y todo el cuerpo apoyado en el.

Suspiró, pero una mirada bastó, para que me hiciera caso. Esperé pacientemente que se colocara en la posición exacta, su precioso y enrojecido culo quedaba en esa posición muy expuesto. Entonces me desabroché el cinturón, me lo saqué del pantalón, era un cinturón de cuero negro, no muy pesado, ni muy ancho, lo doblé por la  mitad, lo medí en su culo, por si debía acortarlo, las nalgadas con el cinturón deben golpear las nalgas,  pero nunca rodearlas y golpear la cadera. K. cerró los ojos y se agarró con fuerza al otro extremo del escritorio.

-Serán 25 golpes de cinturón, quiero que los cuentes y repitas la frase "En el futuro intentaré ser menos impulsiva, gracias" ¿está claro?

-Si.

Entonces fui y puse música un poco alta, para disimular el sonido de los 25 azotes con el cuero sobre su piel. Volví detrás de ella apunté bien y solté el primero de los 25.....esperé

-Uno..."en el futuro intentaré ser menos impulsiva, gracias"

Después de escuchar la frase esperé unos diez segundos y segundo golpe, número, frase....otro diez segundos y así continué el castigo, a los diez hice una pausa más larga, ya se podía ver en su piel los efectos del cuero del cinturón, hoy dormiría boca abajo seguro y aún le quedaban 15 más. Pero cuando anuncio un castigo no hay marcha atrás, se cumple y punto. Los azotes fueron cayendo, dejando más tiempo a recuperar conforme avanzaba la cuenta, pero no se libro de recibir los 25. Al terminar me puse de nuevo el cinturón mientras ella recuperaba el aliento, tenía el culo bien marcado a franjas de cinturón, así que durante un par de días al sentarse se acordaría de su comportamiento. Entonces la ayude a levantarse, le di un abrazo mientras le frotaba el culo con las dos manos, hasta que le dije.

-K. siento haber tenido que ser tan duro, pero no me has dejado otra opción, y aun tenemos un asunto pendiente, pero antes te voy a dejar a solas para que ordenes tus ideas, ponte de rodillas mirando a la pared.

Lo hizo, le dije que pusiera los brazos en cruz con las palmas de la mano mirando hacia arriba. Cuando lo hizo fui a la librería y cogí dos libros: Elogio a la azotaina y el verano de las jovencitas ambos de Jacques Serguine. Le puse un libro en cada mano y le dije que aguantara la posición hasta que la llamara.

No la hice esperar mucho, es una posición incómoda y más con el culo bien cocinado por mi mano y mi cinturón. Fui a buscarla, le quité los libros los guardé, la tomé de la mano para ayudarla a levantarse, recorrimos unos metros por la casa, con su pantalón y sus braguitas en los tobillos, hasta el lugar exacto dónde se había sacado la foto. Allí la hice posar, como había posado el día anterior, sólo que ahora su precioso culo presentaba otro aspecto, el de acabar de recibir una severa azotaina. Le saqué varias fotos y entonces le dije.

-Ahora señorita, ya que eres tan descarada, vas a elegir una de las fotos que te acabo de sacar y la vas a colgar en la página, para que todo el mundo vea que has sido castigada ¿de acuerdo?

-Si -me contestó ruborizada-

Fuimos al salón la hice sentar con el culo desnudo en una fría y dura silla, le di el portátil y el teléfono móvil y colgó la foto.

-Ya está.

Abrí la página y vi la foto con un pequeño texto explicativo del castigo.

-Ahora si, la deuda está pagada y creo que a ese culo tan bonito, le irá bien un poco de refresco, ve a la habitación y espérame.

Mientras ella iba a la habitación, fui a buscar la loción hidratante, al entrar estaba tumbada boca abajo en la cama, estuve un largo rato dándole un suave masaje en las nalgas con la loción, y no pude evitar comprobar su entre sus piernas había humedad y la había y mucha, pero parte del castigo era que hasta que no desaparecieran las marcas no había placer.

Fin.

P.S: La foto que ilustra el texto es cortesía de K.


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