Disciplina anal III.

 

"En el coño la zona más sensible está a la entrada, más grosor puede significar mayor sensación de dominio que más profundidad. En el culo es todo lo contrario, la longitud cuenta más, puede ser más difícil de meter, pero a más profundidad más sensación de estar golpeándote el cerebro y penetrando el alma" Tony Bentley. La rendición.

Voy a seguir con esta serie sobre la disciplina anal aplicada a los juegos de spanking, incluyendo un nuevo juguete; las bolas thailandesas o bolas anales.

En el primer artículo de la serie, tratamos otro juguete, que creo que es el más aceptado y común: los plugs. Una de las características de los plugs es precisamente, que son juguetes poco profundos y que su variedad suele estar en la anchura, juguete que por su propio diseño muchas veces no llega a traspasar el canal anal. Hoy vamos a todo lo contrario a un tipo de juguete, que no sólo traspasa el canal anal, sino que además dependiendo del modelo puede llegar a ocupar todo el recto.

Las bolas thailandesas o bolas anales, son parecidas a las famosas bolas chinas, con algunas diferencias, la unión entre bolas es más rígida, el tamaño de las bolas suele de ser de menos ancha a más ancha y el número de bolas superior, entre 5 y 10,  hasta el punto que las que tienen más bolas, se conocen también como rosarios. 

En el artículo que dediqué a los plugs, os decía que lo ideal para mi es que sean de materiales rígidos, en este caso y teniendo en cuenta la largada, totalmente al revés, deben ser materiales flexibles, ya que algo rígido y profundo podría dañar el recto. Como las hay de muchos tipos, yo también aconsejo que cuanto más profundo menor sea el tamaño de las bolas. Por ejemplo si vamos a usar una tira de thailandesas de 5 bolas y 15 cm, el tamaño de las bolas puede ser mayor, pero si vamos a usar una de 10 bolas y 25 cm, ahí deberemos elegir bolas más pequeñas.

Como os decía en anteriores entregas de esta serie, en todo juego de spanking en el que se incluye un juego anal como parte o complemento al castigo, la parte mental es muy importante, no se trata de una preparación para algo más (aunque pase luego) se trata de crear una sensación de rendición, entrega y descontrol. Ahí la idea de la profundidad del texto de inicio de la entrada puede ser muy importante. Luego el propio diseño del juguete, hace que en si sea un ritual, hay que meter las bolas una a una, progresivamente, con lo cual se siente como van entrando y cada vez más profundo. El uso de lubricantes no puede faltar, así como siempre el chequeo de la otra persona, si en algún momento notamos molestia, se para y ya. Muchas veces es una cuestión más de bloqueo  mental que otra cosa, pero aún así si el cuerpo se defiende, siempre parar.

La introducción de las bolas se puede hacer durante la azotaina, para posteriormente seguir con los azotes, es si, en este caso yo no usaria para seguir otra cosa que no fuera la mano o algún instrumento muy pequeño y preciso, que obligue a alternar nalga y nalga, la sensación de las vibraciones de los azotes en las bolas introducidas puede ser muy interesante. Otra forma de uso en la disciplina anal, es posterior al castigo, con las nalgas encendidas y manteniéndolas introducidas un cierto tiempo, para ir al rincón por ejemplo, puede ser muy perturbador, sobre todo cuando parte de las bolas estás fuera aun y acabar de introducir las que faltan después del tiempo de esquina. Y finalmente un uso que puede ser muy morboso, es introducirlas, para posteriormente masturbar o penetrar vaginalmente, en ambos casos, la estrecha separación entre la pared vaginal y anal, va a hacer que tanto con los dedos como con el sexo, se noten las bolas y los movimientos también van a provocar un movimiento en las bolas. Y el momento de quitarlas también puede ser muy morboso, ya que puedes ver y quien las lleva notar como salen una a una. 

Y cómo siempre en estos casos de los juegos anales aplicados como complemento al spanking, la spankee debe colaborar, como parte de su rendición y aceptación de la cesión de control y la autoridad.