Tras la última travesura había tomado una decisión de aquellas con trampa. Una semana sin placer, es decir sin placer sexual y para tentar a la tentación además había decidido, llevar a cabo el ritual de comprobación de marcas, hasta que estas desaparecieron.
Es un ritual muy simple, pero muy tentador y más habiendo una prohibición de por medio. Se trata que los días posteriores al castigo, a una hora determinada, ella se pone en mis rodillas, le bajo la ropa, compruebo el estado de sus marcas y le pongo crema reparadora. Eso sé que realmente la excita mucho, pero como hay un castigo de por medio, cuando termino le vuelvo a subir la ropa y a otra cosa mariposa. También es difícil para mi, pero lo llevo bien, el auto control es básico en este juego y en mi parte del juego más. Pero reconozco que es un juego trampa, basta que te impongan una prohibición para que te entren unas inmensas ganas de transgredirla. Y además es muy simbólico, por el hecho que al no ser que caces con las manos en la masa, demostrar que se ha vulnerado la prohibición es prácticamente imposible.
Durante cuatro días, cumplí puntualmente con el ritual de la comprobación de la evolución de las marcas, pero claro llega un día que desaparecen y no tiene sentido, eso si la parte de restricción del placer, al menos en lo que a mi concierne si la cumplí.
El sábado era el último día en vigor, día de casi invierno lluvioso y ventoso, día de sofá y manta en casa y después de cenar le dije.
-Bueno voy a hacer ver que me creo que has sido buena y como ya queda poco para el domingo, vas a tener tu premio...
-Pues claro que he sido buena
-Bueno, bueno, ojos que no ven...venga va voy a preparar lo de los masajes tu vete desnudando y me esperas que ya voy.
No tuve que decirlo dos veces, claro.
Yo fui a buscar la botella de aceite de coco y un cuenco, cuando entré en la habitación ya estaba sobre la cama totalmente desnuda, con poca luz, nada más llegar le di un azotito en una nalga.
-Si para todo fueras tan rápida.
Puse algo de música ambiente y llené el cuenco con aceite de coco. Sumergí mis manos en el aceite, las puse encima de la espalda para que goteara el exceso en su piel y empecé a extenderlo suavemente por su espalda y los hombros, como tenía el cuenco siempre a mano, cuando empezaba a faltar aceite cogía más, continué por los brazos, incluidas las manos, los espacios interdigitales, todo, primero un brazo y luego el otro. De vuelta a la espalda, ahora ya más intenso amasando cada músculo desde los omoplatos a la zona lumbar. Hasta que me levanté y me fui a los pies de la cama, y empecé por las piernas, cogí una pierna y la doblé por la rodillas, masajeando bien las pantorrillas, el tendón de Aquiles y un buen rato el pie, seguí con la otra pierna lo mismo, solo que al terminar, no pude evitar jugar con los deditos del pie y mi boca, su reacción fue instantánea, cogió una almohada la puso bajo su cuerpo y separó las piernas invitándome a explorar más allá.
Me subí en la cama de rodillas entre sus piernas, más aceite que deje gotear por sus nalgas y muslos, dejó que caiga hasta la última gota de exceso de aceite en mis manos en su piel y lenta y suavemente empiezo a extenderlo por los muslos y las nalgas, cuando está bien extendido empiezo con un masaje más intenso, apretando más, clavando la yema de mis dedos en sus piel para llegar al músculos, trabajo con las dos manos, una en cada globo carnoso. Dejo las nalgas para dedicarme un momento a los muslos, arranco con ambas manos desde el final de las rodillas y voy subiendo justo hasta ahí, hasta el tope, varías pasadas y vuelvo a las nalgas, pero ahora los pulgares se cuelan por la hendidura, masajeando también la cara interna de las nalgas. Ella está inmóvil, de vez en cuando algún suspiro, pero quieta y relajada, me quedo sin aceite de nuevo, así que meto una mano en el cuenco, solo una con la otra separo las nalgas, llevo mi mano con aceite justo encima y empiezan a caer las gotas, intento que caigan justo ahí en su estrecho agujero de atrás, y caen y veo como se contrae al notar el fresquito de las gotas, entonces empiezo a masajear todo el borde del agujero con el pulgar presionando ligeramente. Ella arquea un poco más la espalda y se le escapa algún pequeño gemido, cuando empiezo a hacer circulitos siguiendo toda la piel rugosa del segundo clítoris.
Con un dedo empiezoa jugar a hacer presión lentamente en el culo, la otra mano vuelve al aceite y empapada, se posa toda suavemente en su coño desde atrás, está muy mojado y sus jugos se mezclan con el aceite mientras los extiendo, a la vez que la primera falange entra en su culo, con la otra mano resigo sus labios externos desde el pubis hasta el perineo, varias veces, ya el otro dedo está completamente hundido en su culo, empiezo a jugar con los labios internos y el clitoris, intento retraer el capuchón y masajearlo con la yema de un dedo, meto el pulgar en su sexo, siento el dedo de su culo y el pulgar a través de la fina pared que separa los dos agujeros, con otros dos dedos froto todo la zona alrededor del clítoris, empieza a mover sus caderas y jadear, miro el reloj aun falta una hora para levantar el castigo y paro, ella resopla, como de frustración, pero se vuelve a animar y mientras me desnudo, mueve el culo provocativa. Vuelvo a subirme de rodillas en la cama, cojo el aceite pero ahora es para mi lo extiendo bien por mi polla dura como una columna, separó de nuevo sus nalgas, y con un dedo vuelvo a lubricarle el culo. Lo siguiente es mi polla presionando ligeramente su entrada trasera, sigué tumbada boca abajo, solo la almohada y ella misma elevan su culo lo suficiente, hago un poco más de presión y poco a poco cede el primer anillo, gime, es ese puntito de dolor que le es tan excitante, la sujeto de la cintura fuerte, sabe que debe rendirse y lo hace, un poco más de presión y cede el segundo anillo y mi polla resbala por su túnel hasta el fondo.
Me quedo quieto un instante, para que se acomode ahí y a la vez ella se sienta llena, hasta que muy despacio empiezo a moverme suavemente en un vaivén dentro y fuera, ella se mueve como pidiendo más fuerza y energia, pero la freno y le dijo.
-Aun no es la hora, así que todavía eres sólo objeto
Pero yo también tengo ganas y profanar su agujero más íntimo es un plus de excitación, así que aumento la velocidad, entonces noto algo entre sus piernas, es su mano acariciándose y le digo.
-No te la voy a quitar, pero si te corres antes de la hora asume las consecuencias...
Jadeante me contesta
-Las asumiré
Me muevo más rápido, ahora si realmente me estoy follando su culo, pero enseguida noto su tensión, sus gemidos, que terminan es un grito entrecortado, puedo notar las contracciones de su orgasmo en mi polla, pero en ese momento, yo también necesito explotar y lo hago, me corro en su culo y caigo en su espalda a coger aire...
Así nos quedamos unos minutos en el paraiso, hasta que miro la hora, son las 11 y media. Me levanto, le junto las piernas, ponga la otra almohada bajo su vientre, aun queda aceite y su piel está seca ya, vuelvo a extenderles las nalgas de aceite, esta vez solo extenderlas y dejarlas bien aceitosas. Abro el armario y cojo uno de mis cinturones, lo doblo y le digo.
-Has decidido transgredir, a sabiendas, ahora te toca asumir.
Empiezo a azotar sus nalgas con el cinturón, sin caletamiento, sin progresividad, el aceite en su piel hace que los azotes resuenen mucho y a la vez que piquen más, pero ni una queja, al revés todavía expone más el culo a la mordedura del cinturón que cae implacable sobre la piel aceitosa, mezclando el olor a cuero, con el olor a coco, ya no paro hasta secarle el culo a cinturonazos, y cuando está seco, aun continuo con una docena más, hasta enrojecerle toda la piel a franjas rectangulares e irregulares, en los últimos ya no se ofrece tanto y se deja caer sobre las almohadas. Dejo el cinturón, miro un instante las marcas en su piel, vuelvo al aceite, dejó caer las última gotas sobre su piel caliente, sopla al sentir el pequeño alivio en el fuego que quema su culo, y más aun cuando vuelvo a extenderlo. Tras lo cual llevo la mano a su coño, donde se mezcla todo, su humedad, el aceite y mi semen que gotea desde su culo.
La ayudo a levantarse, está como drogada, la acompaño al rincón de la habitación, yo tengo que ponerle las manos en la cabeza y la dejo ahí, un momento...
Me tumbo en la cama y unos 10 minutos después le pregunto.
-¿Como estás?
-Pfffff volviendo
-Son las 12 y 5....en teoria ya se ha cumplido el plazo de tu castigo, pero como has tenido ese pequeño desliz, para que te lo levante, te vas a tener que masturbar ahí en el rincón, cuando termines, puedes venir a la cama...
Continuará....
Creo que el control y la privación del placer son muy difíciles de lograr por tanto, obedecer también pero más allá de la dificultad. Una confianza y a complicidad muy profunda me parece fundamental para este tipo de relación.^^
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