jueves, 19 de noviembre de 2020

Oda al cepillo

 



No soy mucho de escribir sobre instrumentos, creo que hay material de sobra, desde tutoriales a experiencias y que es un tema bastante desgastado ya, pero voy a hacer una excepción (no creo que sea la última) para hablar de uno, que para mi es especial a la par que odiado por no pocas spankees: el cepillo del pelo de madera. 


Tengo que decir que su uso como instrumento de disciplina, es algo que descubrí gracias a estos mundos de la red. Nunca antes había oído hablar de él para este uso, así que entiendo que es algo de importación, que nos ha llegado de otras culturas y su uso como instrumento de disciplina hogareña tradicional (si alguien tiene constancia que fuera usado en España, que lo diga, yo no). Cuando lo descubrí eran los inicios de todo, aquellos momentos donde tienes tantos estímulos y todo es tan novedoso, que ni le presté atención, incluso lo desprecié, abducido por la cantidad de instrumental que se me ofrecía. Pero mi percepción cambió rápido, cosas de la necesidad, al ser un instrumento fácil de conseguir y discreto, lo incluí en mi primer kit de spanker y a partir de ahí mi percepción al respecto cambió totalmente. Sólo le veo ventajas.

A parte de lo comentado, discreto y accesible, puede estar perfectamente visible en cualquier casa que no es sospechoso, se puede llevar en un bolso sin miedo a dejarlo abierto o que se caiga, es fácil de encontrar en cualquier bazar, es que resulta que como instrumento es terriblemente efectivo, tanto que hasta la spankee más desafiante se transformará en una gatita mimosa después de una "cepillada".

Para empezar una de las ventajas que le veo, es que la única posición efectiva es sobre las rodillas y esa posición me encanta, tiene la ventaja del contacto físico directo, mucha capacidad de control en todos los aspectos, exposición y tiene un punto de infantilización muy interesante también, lo que pasa es que en esa posición sólo son factibles de usar bien instrumentos muy cortos, lo que ya descarta la mayoría, el cepillo en cambio no, es ideal.

Después hay algo mas asociado a esa posición que no solemos tener en cuenta, y es que es de las pocas, donde los azotes, caen de arriba a abajo, no de forma paralela al suelo y eso hace que sin apenas hacer fuerza sean efectivos.

El cepillo tiene también la ventaja de ser muy preciso, al ser corto, es muy fácil golpear exactamente ahí donde quieres golpear, con lo cual o bien puedes incidir en el mismo punto si es lo que buscas o bien puedes ir variando la zona o dar un respiro. Pero que no engañe su apariencia infantil, estamos hablando de un instrumento generalmente de madera densa y pesada, muerde por lo tanto no es un instrumento para usar en base a la fuerza, al revés hay que modularla, se puede aumentar un poco a medida que el culo perjudicado se acostumbra, pero es un instrumento más de insistencia que de fuerza, como toda la madera, es mucho más efectivo por constancia que no por fuerza, ya que bastaran unos pocos aplicados con fuerza,  para anestesiar y dejar sin sensibilidad, que luego en frio se transformará en dolor intenso y moratones profundos y eso no queremos. Si se usa adecuadamente, es ideal para mantener una azotaina intensa largo rato sin pasar el límite del umbral, es doloroso pero se puede mantener en un límite razonable modulando, como es muy preciso permite descansar zonas para incidir en otras y darles un respiro.

Esa misma  precisión permite llegar a sitios a veces difíciles y que pueden ofrecer picantes sensaciones nuevas, por ejemplo imaginad el sillín de una bicicleta, pues ahí donde el cuerpo apoya en el sillín, se puede llegar con el cepillo, es una zona muy sensible y  desde luego es ideal para insistir en ese punto dulce de la arruga del culo, justo en la frontera con los muslos.

Un culo azotado por un cepillo se verá como un fondo rojo, con dos grandes círculos aun más rojos, que si insistimos se volverán azulados, y al día siguiente será un colección de moratones en todo el contorno de ese círculo y una clara molestia al sentarse. Además tiene doble cara, la de azotar y la otra generalmente con púas o cerdas que pueden dar sensaciones especiales en una piel azotada, incluso el mango puede servir para ideas perversas y más allá del spanking  puro. El sonido también es muy peculiar, menos escandaloso que la mano, más sordo, pero también muy reconocible.

En el aspecto mental, lo ya comentado, es algo que puede estar perfectamente visible en una casa, que puedes decir aquello de "ve a por el cepillo", que si ya lo ha probado lo temerá seguro, se puede llevar en el bolso, de viaje y luego tiene esa connotación hogareña, de instrumento cotidiano, sin ser un instrumento específico, que tiene ese doble uso y que de alguna manera es un pequeño secreto, estoy convencido que más de una sonrisa y rubor habrá provocado ver uno en una tienda.

¿Que opinión os merece el cepillo?


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