viernes, 20 de noviembre de 2020

Dos sopresas (Los relatos de Silvia)

 






Después de varias alarmas del despertador y de intentar despertarla yo amablemente  pasé a lo efectivo tirón brusco de la ropa lo que sería el segundo aviso. Se había quedado con la tele hasta tarde, y después tarde mal y arrastró, lo de siempre, tendría que tomar medidas también en este tema. Tenía suerte que me cogía muy liado con el trabajo si no ya lo hubiera hecho. Ayer ya me había tenido que poner serio para que se fuera a la cama.


_ que haces? Estás loco hace frío

_ pues despertarte que no hay manera

_ jooo ya voy hay otros métodos

Y salí de la habitación a preparar el desayuno, sin embargo no oía la ducha, así que decidí volver a la habitación.

Para mí asombro se había vuelto a tapar y dormía plácidamente. Ahora si a la tercera la vencida. La destape, estaba bocabajo y con tanga, con lo cual las nalgas descubiertas,  pero está vez mi mano izquierda le sujeto con fuerza la cintura y con la derecha me saque la zapatilla y le di cinco fuertes azotes en cada nalga. Se quejó al momento, al momento también espabilo y comenzó a protestar.

_ schhhhh! Inmediatamente a la ducha

_ jooo no hace falta ponerse así

_ ...y tanto que hace, ya hablaremos de tus horarios

Se marchó a la ducha frotándose el culo. Apareció al poco rato en la cocina llevaba un vestido granate con medias negras y botines a juego.  Le servi el café y comenzó a beberlo de pie. 

_ no te sientas?

_ no gracias, prefiero de pie a parte ya me voy

Me acerque por detrás, metí las manos por debajo del vestido y le acaricie las nalgas por encima de las medias. 

_ si ya

_que?

_ vente ahora con caricias, menuda forma de despertarme, soy yo la que duermo poco y eres tú el que se levanta de mal humor

_ pues la única efectiva

Cuando decía esto pasaba la mano derecha para delante y comenzaba atocarle el sexo por encima de las medias finitas y del  tanga y la humedad se notaba perfectamente traspasando los dos tejidos....

_ pues parece que mi mal humor no te sentó tan mal

Seguí presionando y  comenzó a mover algo las caderas. La humedad ya era más. Así que paré de golpe.

_ joooo sigue anda

_ llegas tarde si te hubieras levantado a su debido momento incluso daría tiempo, igual si eres buena a la noche

_ bohhhhh! Para eso me haces ganas ahora tengo que cambiarme y no me da tiempo

_ te parecerá normal te despierto a zapatillazos y te mojas tanto que se nota por encima de las medias y el tanga. Pues ahora vas así.

_ ni de coña

_ saco de nuevo la zapatilla?

No me contestó se marchó maldiciendo, le había tocado su orgullo  y pegando un fuerte portazo al salir. Sabe que no lo soporto. 

Es una mezcla de contrastes; carácter y dulzura, ángel y demonio puramente Géminis.

Yo hoy me quedaba en casa, luego a media mañana tenía que hacer una visita aquí al lado, así que ya no iba a la oficina y acababa aquí unos presupuestos. Me acomodé en el sofá con el portátil y la taza de café.

Cuando llevaba un buen rato le mandé un mensaje;

_ señorita portazos cómo va la mañana

_ pues cómo tú querías que fuera

_ como es eso que me pierdo?

_ incómoda, perturbada y húmeda

Seguí a lo mío cuando oí el timbre era el correo con una carta certificada a su nombre. Le dije que no se encontraba, le di mi DNI firme y recogí la carta. Jamás en la vida se me ocurriría abrir una carta suya me parece muy invasivo. Pero esta tenía el logotipo de la DGT lo que era igual a premio gordo en la lotería de una gran zurra. Pensé en abrirla. Pero bueno que prisa había ya sabía lo que era.... Fijo la habrían pillado cualquier mañana que sale como una loca, mira que se lo tengo avisado, mira que le digo que ese día me iba a despachar a gusto con su culo. La dejaría sin abrir y se la haría abrir delante mía.

La mañana paso entre la visita y poco más, cuando salí de comer en vez de llamarla le escribí. Un mensaje claro y conciso. 

_ cuando llegue te quiero con el pijama, en el rincón.

_ jooo Santi suelo fue un portazo

_ jajaja jajaja jajaja jajaja reina ese sería hoy el menor de los males. Y apagué.


No había duda que al leerlo comenzaría a hacer mella en ella, su cabeza no pararía prediciendo posibles situaciones. Sabía que el pijama estaba destinado a ocasiones concretas, para castigos especiales, nunca para juegos.

Ahora quedaban dos opciones posibles que me obedeciera o que no, la verdad es que me esperaba que sí. En este tipo de órdenes de espérame en el rincón siempre lo hacía. Entre otras cosas sabía que cuando estaba metida en un lío mejor no complicarse.


Supongo que las horas de la tarde se le pasarían lentas, a mí se me hicieron eternas. Siempre me tarda llegar a casa y encontrármela pero cuando tenemos algo pendiente más.  Al salir aún fuí a buscar un regalo para ella, para ella, para su culo, para mí y para su educación.


Llegué a casa muerta de ansiedad y expectación, estaba claro que me había metido en un lío. Pero tampoco sabía lo que era. Algo serio. Porque el tema del pijama Santi lo reserva para ocasiones especiales, cuando está enfadado, o tiene ganas de castigarme de verdad. No podía preparar excusas ni defensa porque no tenía ni idea de que se trataba. Caminaba hacia la habitación para ponerme el pijama. Cuando decidí no hacerlo. Estaba claro de que no iba a ser un juego si no un castigo, de cualquier forma me llevaría una gran zurra, si me había dado una orden clara, si me la saltaba se enfurecería más y me castigaría directamente con algo duro tipo vara o paleta de madera. Pero eso me aseguraría un castigo corto. Por el contrario si le obedecía y le esperaba como me había ordenado sería un gran castigo con mano, o zapatilla, o cinturón o cepillo o varios utensilios y lo haría largo, muy largo.

Así que me fui al sofá con la ropa que tenía y lo esperé allí. Cuando oí la llave me estremecí. Oí los pasos dirigirse a la habitación. Iría a ponerse cómodo. Después de un rato que me pareció eterno apareció en la sala. Quería que pasará ya y al mismo tiempo temia ese momento. Me puse nerviosa. 

_ Hola

_hola veo que hoy quieres provocarme, que no obedeces. Tendré que esforzarme más con tu disciplina.

Llevaba las manos atrás a la espalda. Tengo 2 sorpresas para ti. Tu dirás cuál abres primero.

_ .... No sé, no sé ni por que quieres castigarme... 

_ ya lo sabrás a su momento deja de quejarte que hasta ahora no tienes motivos. Elige.

_ derecha

_ toma ( saque de mi espalda la mano derecha y le tendí una bolsa con un paquete dentro envuelto en papel de regalo)

Tonta no es y lo cogió con cara de pánico y miedo. 

_ estoo?

_ pues un regalo para las niñas como tú y para su culo. Ábrelo.

Se puso a desenvolver muy despacito como alargando todo. Cuando lo vio, el pánico se plasmo en su cara 

_ una raqueta de Ping Pong

_ te gusta, podrías darme las gracias

_ no... no... No se te ocurrirá.

_ claro los regalos son para disfrutarlos y estrenarlos. Mira pensaba usarla solo un rato con otros instrumentos, pero como no te encontré como debía lo considero una provocación  en toda regla. Así que la estrenare bien y hoy recibirás única y exclusivamente azotes con ella. 

Estábamos en la situación que había planeado pero el pánico se apoderó de mí. Nunca en mi vida había probado una raqueta pero sé de sobra que la madera duele bastante. Y más cuando el que la usa busca darte la sensación de castigo de verdad.

_ a la mesa

Lo oí pero no reaccionaba cómo que mi mente no se unía con mi cuerpo. Me lo volvió a repetir la segunda vez y la tercera ya pasó a la acción. Me agarró de un brazo con una mano al tiempo con la otra me daba fuertes azotes en los muslos. Así me llevo hasta la mesa.

Allí me coloco con los pechos tocando la madera de la mesa. Con lo cual el culo bien expuesto. Me saco las medias del todo y me descalzo, le pedí por favor que no me sacará la tanga, no me cubría nada tampoco,  le pedí por favor que no empezará directamente sin ningún calentamiento.


_ no te lo has ganado desbedeciéndome 

_ lo siento

_ si lo vas a sentir.... Ah tu otra sorpresa y tú respuesta de porque estás así.

Me  tiró  una  carta, era  de tráfico delante de mí  cara.  Que la sentí arder al momento creo que se me puso como un tomate.


_cuantas veces te avise de que esto pasaría?

_ ......

_ te estoy hablando cuantas?

_ no lo sé pero muchas

_ bueno por lo menos eres sincera y lo reconoces. Agarra el otro extremo de la mesa y no se te ocurra moverte. Hoy no te voy a pasar ni una. 

_ serán una docena. Los contarás y me darás las gracias.

Le callo el primer golpe fuerte y firme se quedó blanco y al momento ya rojo. Se estremeció y dijo:

 _ uno gracias 

Y así con los sucesivos que vinieron. Iba alternando nalga y nalga. Dejando una pausa pequeña entre azote y azote. Ella ya se removía bastante. Suspiró aliviada cuando por fin dijo

_ doce gracias

Ahí se quedó en esa misma postura cogí el sobre lo abrí cogí la carta y la puse sobre la mesa delante de ella 

_ lee

con la voz entrecortada comenzó a leer mientras yo con la raqueta se la pasaba suave acariciando, como una prolongación de mi mano, pero no por las nalgas, por la espalda y por las piernas. Su culo no tendría ninguna caricia por ahora. 


Me mandó al rincón

_ ya sabes cómo te quiero? Luego te vendré a buscar para la segunda tanda. 

_ por favor Santi la raqueta duele mucho, te juro que ya aprendí, es muy duro una segunda tanda.

_ es lo que buscastes, al final siempre es lo que tú quieres, te lo digo siempre....

Pero colócate se me acaba de ocurrir algo


Me coloqué está vez a la perfección como el quería;  recta, con la nariz pegada y las manos a la espalda recogiendo el vestido para mostrar mi culo azotado. 


Al poco rato entro traía en la mano un lápiz afilado por los dos lados y me lo colocó entre la cara interna de los dos muslos. Está bien si lo sujetas hasta que te venga a buscar lo veré cómo un ejercicio de disciplina y obediencia y no te daré la segunda tanda en cambio si te cae te la aplicaré y con severidad.

_ te parece bien?

_ me parece estupendo gracias!!!!

Ilusa de mí. Pensaba que ya me había librado de la segunda parte, pero al poco rato me dí cuenta que probablemente no fuera así, quien se iba a imaginar que sujetar un lápiz fuera tan difícil. Si no apretaba se caía. Si apretaba las puntas se clavaban en los muslos y hacía daño. Todo estaba en silencio el culo me ardía, la tentación de frotármelo y mi cabeza concentrada en no dejar de hacer fuerza en los muslos pese a la molestia creciente de aquellas puntas recién afiladas clavándose.

Al final no pude más y plafff! El lápiz al suelo. 


Me fui hacia la mesa y empuñe la raqueta me golpeaba suavito la palma de mi otra mano al tiempo que la llamaba


_ Reina no has aprovechado la oportunidad de hacer el ejercicio correctamente ahora tendré que ser severo contigo. Ben!!

_ por favor....

_ colócate!!

Se colocó como le había mandado la vez anterior con los pechos pegados a la mesa y las manos agarrando el borde contrario

_lista?

No contestó así que comencé a diferencia de los anteriores estos no alterne nalga y nalga si no que le di media docena seguida en una y media docena seguida en la otra. Eran fuertes y apenas les dejaba espacio entre unos y otros pero quería que fuera ejemplar por no haber seguido mis indicaciones. Cuando acabé ya estaba llegando a su límite y se quejaba. Se quedó quieta no dijo nada. Yo me retiré un poco y me quedé quieto mirándome el culo estaba rojo escarlata. Quería sentir su calor, pero no quería acariciarlo. Le acerque la cara y le di un beso en cada nalga, estaba hirviendo. Nos quedamos un momento los dos sin reaccionar. 

_ levántate

Se levantó, se quedó quieta delante mía mirando el suelo.

_ ven anda siempre lo necesitas después de un castigo

Vino y la abracé por un buen rato. 


Sé que ella podía estar así media vida y yo también.  

_ venga anda que me lías, es tarde y hay que preparar la cena. Te vas al rincón mientras yo cocino y no te muevas ni te frotes, que la dejo aquí por sea caso. ( Y coloqué la raqueta sobre la mesa del comedor).


Cuando estuvo la cena lista la fui a buscar.

_Bicho ya está, 

_vale ( por fin aliviada de poder salir del rincón) 

_te vas a la habitación te pones el pijama y traes el felpudo 


Al poco rato entro con el felpudo. Lo sostenía en la mano quieta.

_ colócalo y siéntate, hay que mandarte todo si ya sabes para que es

Lo puso sobre la silla y cuando hizo el gesto de sentarse la frene

_ señorita el pantalón se lo baja con las nalguitas directamente sobre el felpudo.

Se lo bajó y lo siguiente en su cara fue la colección de emoticonos adoloridos, tristes y enfadados todo esto super mega despacio. Aunque quería estar serio se me escapaba la risa. Acabamos de cenar y la mandé a cama

_ pero si son las 9;30

_ tira no lo vuelvo a repetir si te lo tengo que volver a decir te lo digo con la raqueta.

Ahí se enfadó y vi la irá en su cara salió directa sin darme las buenas noches.


Lavé los platos me fumé un cigarro y me fui a la habitación con un bote de aceite.

Estaba despierta y en mi lado de la cama al verme entrar se giró de espaldas. Me senté en el borde de la cama y la llamé que se pusiera sobre mis rodillas. Vino con miedo pero al verme el aceite se relajó y se colocó al momento levantando bien el culo y exponiendo lo bien. Comencé a acariciarle y extenderle el aceite por ambas nalgas, se las dejé bien empapadas. Y de repente le solté un azote con la mano, no tenía pensado hacerlo, pero ver aquel culito así brillante y rojo bien colocadito para mí,  no se lo esperaba y protestó

_ acaso pensabas que te ibas a librar de mi mano.

 Así le di hasta secarle el aceite a azotes. Cuando ya quedaban las nalgas secas  le volví aplicar más aceite masajeando y extendiéndolo bien por todo. Dirigí un dedo hasta su sexo y luego otro estaba inundada comencé a acariciarla y comenzó a excitarse a gemir y ah mover su pelvis. Fue el momento de parar en seco y retirar los dedos

_ jooooo que haces no pares

_ premio a la primera? Acaso tú obedeces alguna vez a la primera?

 no contestó y volví sobre sus nalgas seguí extendiendo y las vi de nuevo demasiado empapadas así que comencé de nuevo azotar con la idea de volver a secarse las de repente en la mesita vi la raqueta con la que le había castigado hasta dejarle el culo bien marcado, le llegaba estiré el brazo y la cogí. La agarré por la pala y con el mango le acariciaba el sexo estaba empapada. Y entraba sin problema. Seguí jugando con el mango en su coño y con la otra mano seguía golpeándole las nalgas para secarse las por segunda vez. Las caricias del mango se acompasaron a los azotes. Hasta que reventó en un potente orgarmo. Se corría al tiempo que se le secaban las nalgas. Sobre mis rodillas expuesta y castigada. Y masturbada con el mango del juguete con el que la había castigado.

_ que tal Reina?

_ impresionante, no sé cómo lo haces pero me matas de placer, a la mierda todos los vibradores del mundo, para que sirven habiendo mangos de raquetas ....

_ jajaja jajaja jajaja ya veo ya lo que hablamos los juguetes no valen si no sabes jugar, porque el juego está en la mente no en el objeto, si queremos podemos convertir cualquier objecto en juguete... 

Nos metimos en cama ahora sí le puse crema le di masaje de cuerpo entero mimándole más el culo que lo necesitaba.

Antes de irnos me fui a buscar algo al cajón de los juguetes. Era un plug de cola, tipo cola de animal pero de color rojo intenso. Cuando me lo vio intento convencerme, pero le dije que no había nada que negociar.

_ Dormirás con él y mañana te lo quito

_ joooo

_ venga no te sobra para ese carácter además es pequeño

Al tiempo que se lo decía cogía la colita de pelo suave y le acariciaba el culo dolorido, paré

_ porfii un poquito más

Y seguí hasta que se durmió. 

Al día siguiente los dos despertamos temprano y de buen humor. Le retiré el plug acariciando antes con el rabito las nalgas y el coño. Y después aprovechando su culito dilataron. Nos despedimos y nos fuimos a trabajar. A media tarde le mandé un wasap que me esperara en la cama con el culo descubierto para revisión de marcas.....





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