sábado, 17 de octubre de 2020

Escalera, balón, nogal.

 



Viernes noches apalancados en el sofá, viendo una serie después de cenar, cansados los dos de la semana. Vamos un imagen de lo más  habitual del mundo, cuando de repente me pregunta.


-¿Santi verdad que dejaste alguna vez un balón de baloncesto en casa?


Pensé que a que venía aquella pregunta, en aquel momento, pero si tenía razón.

-Si...es verdad.

-No recordaras donde está

-Creo que lo pusiste encima del armario de la habitación del medio y si no en el trastero ¿por?

-Jajajajaja es que mañana hemos quedado con las "compis" a echar un partidito y unas risas, pero no tenemos balón.

-Jjajajajjaa en serio?

-Siiiii!!!

-Eso no me lo pierdo yo

-Ni hablar te apuntas después a las cervecitas si quieres mañana de chicas y punto.

-Con lo bien que me lo iba a pasar....

-A ver chaval que yo había jugado en el colegio, que te crees? y era muy buena además.

-Si, si...

-Va en serio, seguro está ahí

-Vamos creo que si ¿voy a mirarlo?

-No es igual ya mañana lo buscamos. Si estás tan seguro ahí debe estar

No aguantamos mucho y nos fuimos enseguida a la cama. Al día siguiente me levanté tarde, busqué su calorcito, pero sólo encontré frío, me levanté adormilado y allí estaba en la cocina desayunando.

-Buenos días!!!! has dormido bien

-Puffff como un bebé lo necesitaba y tu?

-Bien también, tienes café recién hecho me voy a vestir que he quedado en un rato.

-Joder que deportista te has levantado.

-Cómo siempre ya los sabes.

Me dejó desayunando a solas en la cocina, mientras la escuchaba bichear por la casa, como siempre, cuando me serví el segundo café, me fui con al salón y al pasar  por la habitación del medio, allí estaba subida en la pequeña escalera de madera tipo tijera de cuatro escalones que teníamos. Iba con una sudadera y un pantalón de deporte mu corto, tipo culotte.

-¿No vas a pasar frío?

-La idea es hace deporte, así que no creo....¿Seguro estaba aquí el balón?

-Si, creo, pero hay tanto trasto

-Puffff si, voy a ver

En ese momento se subió en el último escalón, el que junta ambas piezas de la escalera.

-Nena, norma número uno de las escaleras, no subir nunca en el último escalón.

-Puffff no estoy tan mayor como usted señor.

-Bueno, bueno, yo te aviso

La dejé ahí buscando y me senté en el sofá dispuesto a disfrutar del segundo café,  entonces escuché un 

-Lo encontré!!!!!!!

Y acto seguido, un estruendo que hizo que levántase de golpe y fuera corriendo a la habitación, al llegar, me la encontré en el suelo, doliéndose de la espalda, con la escalera encima y gesto de dolor. Quité la escalera de encima de las piernas y me salió del alma.

-Te lo acabo de decir joder, ni puto caso, te has hecho daño?

-La espalda, vaya golpe.

La ayudé a levantarse, estuvo un rato con la mano en la espalda y medio doblada, quejándose, le dije que se sujetase a mi, y la llevé como pude al comedor, cojeaba y todo, lo cual me preocupó, se quedó de pie apoyada en la mesa, quejándose  y le dije.

-Voy a vestirme y vamos al centro de salud, que te vean al menos.

-Nooo si solo es el golpe ya se pasa...

Ni le contesté me fui a vestir, cuando volví seguía apoyada en la mesa.

-¿Te duele?

-Mucho

-Vamos va...

No protestó, con lo cual signficaba que algo asustada estaba también, la monté en el coche y nos fuimos al centro de salud de guardia un sábado, de camino llamó a las chicas y le dijo que no podria ir. Tuvimos suerte nos atendieron enseguida.

El dignóstico: traumatismo lumbar por caída, no se observa afectación neurológica. 

Tratamiento: Analgesia, calor local y reposo absoluto durante tres días, si pasados tres días no hay evolución positiva, visitar médico de cabecera.

Allí mismo le pincharon analgesía y relajante y para casa. En resumen un susto.

Ya de vuelta en cada, la analgesía le empezó a hacer efecto, se tumbó en el sofá, medio grogui.

-Vaya susto me has dado

-Ya....lo siento

-¿Estás mejor?

-Si parece duele menos.

-Voy a la farmacia a por las recetas ¿vale?

-Si

Le di un beso y fui a buscar las recetas, analgesia y una crema de acción calor local. De vuelta estaba frita en el sofá y la dejé descansar.

Así que el fin de semana me tocó hacer de enfermero, por suerte el domingo había mejorado ya bastante, algo renqueante aún y haciéndose un poco la víctima, pero ya bastante mejor. Tanto, que por la noche al ponerle la crema juguetée un poco.

-Menudo morado tienes...

-Ya...

-Te alivia?

-Siiii da calorcito

-Tendré que leerme el prospecto, me parece interesante ese efecto calor jeejeje

-Puffff siempre con ideas perversas

-Jjaajaajaa será que no te gusta

-Anda tira

-Voy a lavarme las manos.


Fui al baño a lavarme las manos y al volver seguía tumbada boca abajo, sin pensarlo dos veces le bajé el  pantalón del pijama y me puse a sobarle el culo, todo sea dicho sin queja alguna por su parte, al revés...

-Que quietecita

-Sabes me que me relaja mucho

-Y que tú que me pasaría horas

-Y tú que en cualquier momento me puedo quedar dormida

-Depende...

En ese momento, mis dedos jugaban entre sus piernas....

-Mmmmm tengo que reposar y lo sabes.

-Ya, no hace falta que hagas nada, ni que te muevas

-Vale, vale doctor yo quietecita.

Mis dedos empezaron a jugar en su fuente, me encanta escucharla gemir y jadear, así quieta y obediente y todo terminó como debía terminar, con un orgasmo y el para mi mayor de los placeres: el placer de dar placer.

A pesar de las instrucciones del médico al día siguiente fue a trabajar, eso si con el acuerdo, de no forzar y por supuesto nada más terminar a casa a reposar. El lunes fue bien, perfecta y obediente, aunque la mejoría era demasiado clara, como me confirmó el martes, cuando al llegar a casa no estaba, le envíe un mensaje.

-¿Dónde estás?

-Ya voy ahora te explico

Ahí quedó la cosa, me puse cómodo y esperé, apareció al poco rato, era obvio que venía de la calle y con una bolsa de una conocida firma comercial de ropa, me dio un beso nada más llegar. Yo debía tener el rictus serio por qué sin decir nada ella me dijo.

-No me mires así, que solo he ido un momento con Maria al centro comercial y me he comprado una cosita que te gustará....¿me la pruebo?

-¿Que habíamos quedado?

-Pufff no empiezas ya estoy bien

Me levanté y cogí el informe del centro de salud, se lo di y le dije:

-Lee donde pone tratamiento.

-Puffff que ya lo sé

-Que leas

-Analgésico cada 8 horas durante 3 días, calor local y reposo absoluto tres días....¿ya contento?

-Sólo tenías que esperar un día, lo que has ido a comprar seguro mañana estaba también en la tienda.

-Joder me encuentro bien y hoy le venía bien a María, mañana no.

-Me da igual, vamos a ver te dije, no subas en el último escalón, ni puñetero caso, te caes, te podías haber hecho mucho daño, me tiro el fin de semana cuidándote y la señorita no puede esperar un día, un puñetero día y hacer las cosas bien!!!!!!!!

Bajó la mirada.

-Es que no es tan difícil, escuchar un poco vamos y sabes lo peor, que estoy seguro que si fuera al revés te estarías quejando que no te hacen caso ¿o no?

-Pero a ver si me encuentro bien, que necesidad....

-No nena no, no es cuestión de necesidad o no, es cuestión, que al final siempre haces lo que te sale de ahí y ya está bien, impaciente, caprichosa...ya te hubiera buscado el balón yo, pero no la señorita tiene que ser ya y ahora, porqué si y eso se tiene que acabar, vamos que si se acaba. Ven aquí

-Puffff estoy aun dolorida

-¿Que?!!!!!!!!, no señorita, si no lo estás para lo que te conviene para esto tampoco.

Me levanté la cogí de la mano, me senté y la puse sobre mis rodillas, llevaba una camiseta de manga larga  y unos leggins, le levanté un poco la camiseta y empecé a zurrarle el culo con la mano por encima de los leggins, al principio protestó un poco, pero fue cuestión de aumentar la fuerza de las palmadas para hacerla callar y estarse quietecita. Estuve cinco minutos de zurra ininterrumpida, seguida y con ganas, al parar no le di mucho tiempo a nada, en pie y de la oreja al rincón, quería que sintiera aquello como un castigo de verdad, sin matices.

-Piensa en poco en tu actitud, no sólo en esto, si no en general.

Me senté un momento, en el comedor reinaba ese silencio tenso y perturbador de las ocasiones especiales. Hasta que lo rompí cuando me vino a la mente algo, fui allí donde había empezado todo a la habitación, cogí la escalera de manera, la llevé conmigo al salón, la puse en el centro, entre el sofá y la tele abierta, mientras ella seguía inmóvil en el rincón.

-Ven aquí

Puso cara de extrañeza al ver la escalera.

-¿Y esto?

-Pues va a ser mucho más útil de lo que ha sido hasta ahora. Súbete en el primer escalón de espaldas a mi.

Me miró extrañada...

-Ya me has oido a que esperas.

Entre dubitativa e intrigada lo hizo. Entonces le dije.

-Inclínate y apoya las manos sobre el segundo escalón del otro lado.

Ahí lo entendió rápido, el cuerpo le quedaba perfectamente doblado, con el culo bien presentado.

-Pufffff y mi espalda.

-La misma que hace nada no te molestaba para irte de compras y no te preocupes, que si te molesta algo va a ser por poco rato, de eso me encargo yo.

Me levanté, me fui por detrás, levanté un poco la camiseta y le bajé los leggins hasta las rodillas, después hice lo mismo con el tanga. Tenía el culo sonrosado de mi paso por las rodillas, pero el tono le iba a subir mucho más en poco rato. La dejé allí un momento con el culo bien presentado, en la escalera incómoda. Fui a la habitación a buscar algo con que darle una buena lección y me decidí por estrenar algo nuevo, un paleta de madera de nogal que había hecho yo mismo, grande y pesada, en la que además había grabado un nombre, su nombre.

Armado con la paleta, cuyo aspecto ya impresionaba retorné al comedor, seguía allí subida al escalón de puntillas, con las manos agarradas al segundo escalón del lado opuesto de la escalera, le pasé la paleta por la piel desnuda frontando con ella su piel y le dije.

-Cuenta.

-Puffff hasta cuanto

-Tu cuenta ya te diré.

Tanto por tamaño como por peso, aquella paleta había que dosificarla muy bien, de no ser así con 10 azotes hubiera llegado al límite y en un par de días no se hubiera podido sentar. Así que empecé dándole una serie de azotes cortos de recorrido y secos.

-1, 2, 3, 4.....

Así hasta la docena, suficiente como para que ya su piel estuviera rojo brillante, todo con el añadido de la postura incómoda. Le di un respiro y empecé con azotes más largos de recorrido y más acompañando el golpe, el sonido era algo parecido un "plafffff" muy sonoro. Eso si mucho más lentos, dejando pasar medio minuto casi entre azote y azote...

-13, 14, 15......23, 24.....

La última docena se le hizo muy larga, a cada azote, bajaba los pies y volvía a la posición, la piel estaba ya marcada sus dos globos carnosos eran dos círculos granate oscuro, suficiente para su piel, aquella noche dormiría boca abajo seguro y con el culo desnudo. Dejé la paleta sobre la mesa. Acaricié muy suavemente la piel castigada, entonces le dije:

-Sube un escalón más y ahora apoya las manos, ahí donde te dije que nunca había que subir.

-Lo hizo

Ahora el cuerpo quedaba recto, y el contraste de la piel no castigada con la castigada era muy visible.

-No te muevas ahora vuelvo.

La dejé allí, en el rincón improvisado de la escalera. Fui a la cocina y preparé un dedo de jengibre, con el de vuelta al salón, me senté en el sofá, tenía su culo a la altura de mi cara, antes de nada, revisé un poco las marcas que ya empezaban a salir en la piel con mi dedos, pero enseguida cogí el jengibre separé sus nalgas, empecé a pasar la punta haciendo circulos alrededor de su ano, un pequeño rato de jugueteo hasta que apreté para que se fuera abriendo paso por estrecho agujero, gimió al notarlo entrar y cuando estuvo dentro suspiró.

-Más te vale que aprietes bien, porqué si se sale, recibirás más.

Me recosté en el sofá, deleitándome con la escena, allí subida a media escalera, con el culo ardiendo por fuera y también por dentro, con la colección de suspiros y gemidos y el esfuerzo en que el jengibre no se saliera, lo cual provocaba que cuanto más apretaba más escocía, así la tuve un rato y entonces le dije.

-¿Quieres que te lo saqué?

-Si por favor...

-Vale pero antes, una cosa.

Metí la mano entre sus piernas, estaba chorreando....tanto que le metí dos dedos de golpe, gimió, los saqué y le dije.

-Si parece que estás mejor si...

Le quité el jengibre, la ayudé a bajar de la escalera, luego le hice llevar la escalera y la paleta a su sitio, con la ropa a medio bajar, de vuelta, frente a mi con las manos encima de la cabeza mientras con mis dedos jugaba con su coño, le dije:

-Los próximos tres días, estás castigada sin salir, del trabajo a casa y de casa al trabajo, cuando llegué sin decirte nada tu misma, me enseñarás las marcas y el día que hayan desaparecido, te daré una azotaina de recuerdo con la mano y con el culo desnudo ¿esta claro?

No me respondió, mis dedos juguetones la tenían en otro mundo de jadeos, gemidos y escozor y calor.


Continuará.... 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>