miércoles, 2 de septiembre de 2020

Fetichista de la disciplina

 



Como muchos sabréis hace unas semanas, pedía voluntarias para conversar sobre spanking con el objetivo de conocer distintos modos de ver esta fantasía y poder crear algo más extenso que un blog, la idea es un libro del tipo ensayo. Aprovecho para dar las gracias a quienes han querido colaborar desinteresadamente y contándome aspectos de su intimidad por amor al arte y de paso, aprovecho para decir que sigo abierto a más gente dispuesta a hablar y que pueden ponerse en contacto conmigo a través de mi mail: mariposaschocolate@gmail.com

Una de estas personas a quien voy a llamar S. por petición expresa, respondió a una pregunta que le hice con una respuesta muy interesante, que con su permiso comparto con vosotros a ver que os parece.

La pregunta era ¿Si tuvieras que definirte, como te definirías?


Sin duda como fetichista de la disciplina.



Me han interesado los azotes desde que era joven, pero me interesan principalmente las azotes por razones disciplinarias. Azotar es una parte inherente de mi sexualidad, esto es algo que límita en parte mi vida afectivo/sexual, explorar mis intereses y conocer gente de ideas afines no es algo sencillo. Si bien no estoy hablando de buscar o tener una relación digamos convencional de pareja, esto no está reñido con la necesidad de  desarrollar una conexión mutua con alguien. A lo largo de mi experiencia con las relaciones, he decidido que quiero estrictamente que me azoten. Disfruto de ciertos aspectos de una dinámica dominante / sumisa.Creo que de alguna manera todos lo hacemos pero  mi interés está la disciplina doméstica y los roles de género tradicionales.

¿Por qué azotar? ¿Por qué disciplina?

En primer lugar, me considero un spankee con tendencias malcriadas. La autoridad de prueba me divierte, y la amenaza o burla del castigo me atrae. Actuar de manera juguetona puede ser muy divertido, pero la disciplina también puede ser increíblemente seria para mí. Tanto mi lado spankee como el sumiso disfrutan de la vulnerabilidad y la responsabilidad de ser empujado hacia mis metas. Anhelo la disciplina y la responsabilidad, y estas dos cosas me impulsan a dar lo mejor de mí. Para agregar, la disciplina y la responsabilidad son algo que quiero además de una vida, carrera y metas que en mi caso ya he conseguido y no necesito más. Así que no es una cuestión de alcanzar nuevas metas o éxitos, es más una cuestión de conseguir unas rutinas y un orden que me de paz y este sería un momento en el que la disciplina y la responsabilidad me ayudarían. El éxito proviene primero del esfuerzo y la voluntad, y nunca quisiera que esto fuera algo en lo que solo "confío" para ayudarme o impulsarme hacia los logros. La entrega, la sumisión y la aceptación completas es lo que busco cuando estoy siendo disciplinada; entrega de mi comportamiento, sumisión de mi ser y aceptación de mi merecido castigo. La comunicación y la confianza son increíblemente importantes, pero también es importante ser comprensivo y justo. La severidad del castigo debe ser determinada por el delito y, a veces, son necesarios castigos severos. La disciplina para mí está relacionada en gran medida con mi conexión mental con la persona que me disciplina. Sermonear, regañar, junto con la severidad de los azotes pueden hacer o deshacer la seriedad de una sesión de disciplina. He descubierto que se necesita un fuerte dominio mental debido a mi terquedad y mi capacidad para encontrar la manera burlar la disciplina. Para mí, es difícil aceptar la guía de alguien que sucumbe a mi terquedad. El intercambio de poder mientras se recibe disciplina es extremadamente importante, y es importante para mí que alguien comparta el mismo deseo de disciplina con la misma naturalidad que yo y que sea capaz de darme ese equilibrio de lo previsible, esperado y aceptado.

El sexo vainilla, no es mi prioridad, puede sonar raro, pero lo considero al contrario que mucha gente, para mi la disiciplina erótica no es un juego previo al sexo, al contrario si acaso el sexo vainilla al que no renuncio es un añadido más dentro de la relación de disiciplina y me resulta mucho más placentero y excitante dentro de ese contexto, que cuando queda fuera.

Si, sin duda soy una fetichista de la disciplina, me hace sentir bien, segura, cuidada, deseada, saber que de vez en cuando puedo delegar y no se acaba el mundo, incluso darme el lujo de cometer errores sin que me quede ese regusto amargo de la culpa o el fracaso. No soy sumisa, aunque me puedo someter, pero para eso al otro lado necesito alguien que tenga la capacidad de provocarme esa necesidad, que me rete y estimule, entonces si le regalaré la capacidad de tener la última palabra alegremente y aunque mi tendencia natural es resisitirme se que al final acabaré con una sonrisa y satisfecha,

Personalmente la definición que hace de si misma S. me ha parecido muy interesante, con todos los matices que queráis, pero creo que se acerca y mucho a un deseo mayoritario ¿me equivoco?.


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