martes, 17 de marzo de 2020

Instrumentos.







De instrumentos se ha escrito mucho, pero este texto me parece de los más interesante e ilustrativo al respecto que he leído

“El sábado estuve de compras, al entrar en una tienda vi un expositor de cinturones de hombre, y no pude evita, acercarme, tocarlos, olerlos entonces me di cuenta que estaba mojada”. Confesión de una chica en un chat de spanking. Febrero de 2015.



Cuando me plantee la idea de escribir un libro sobre spanking. Nunca tuve en mente dedicarle ni tan siquiera unas pocas líneas a los instrumentos. Creo que es algo sobre lo que ya ha demasiada literatura y mitología. Cuando me puse manos a la obra a crear la estructura del libro, me dí cuenta que si o si a mi pesar debería hablar de ellos. Es inevitable tienen su importancia. Lo que no voy a hacer, es un listado o guía, ni tan siquiera los voy a nombrar a todos, ya que se podría escribir un libro aparte. Voy a intentar aportar una visión distinta de los instrumentos. En principio son un objeto nada más, pero sobre el cual recae una importante carga fetichista, un gran impacto mental, que es mucho más poderoso que el físico. Cualquier herramienta construida por el ser humano a parte de su funcionalidad tiene también una carga simbólica. Una herramienta es una prolongación de alguna parte del cuerpo, de hecho, las herramientas, se usan para rebasar los límites del cuerpo. Unas tenazas son una prolongación de la mano y un ordenador del cerebro, llegan donde manos y cerebro no llegan, pero ambas son gobernadas por el cerebro, por lo tanto, son una prolongación. Usar un instrumento para azotar, equivale a lo mismo, el uso de una herramienta, que rebase los límites del cuerpo, en cuanto a cansancio, dolor o precisión. Sin embargo, su simbolismo puede ser muy variable. En el ejemplo que os ponía al inicio del subcapítulo, yo veo un simbolismo fálico. Lo que simbólica aquella chica vio en el expositor, eran pollas. Una prenda típicamente masculina, de piel, larga y que además hay que desabrochar para liberar el verdadero falo. Probablemente su inconsciente haya retorcido el deseo de ser poseída por una polla, a ser azotada con un cinturón y más cuando hay justificación para ello. Me he portado mal ergo me castigan, puede ser más fácil de aceptar, que tengo ganas que me posea una polla.

Pero el simbolismo, no es lo único que influye en la capacidad reactiva de un instrumento. No creo en las casualidades, creo en causalidades. Por mi experiencia puedo afirmar que, si hay un instrumento “preferido” entre las mujeres spankees, sin duda este es el cinturón. En ello sin duda tiene mucho que ver la virilidad, el simbolismo fálico. Pero lo psíquico va asociado también a lo cultural. Es muy posible que muchas de ellas, en algún momento de su infancia escucharan historias, por parte de sus madres o sus abuelas, de castigos con el cinturón cuando eran niñas. Vamos que, aunque el castigo físico en el ámbito familiar y escolar, no lo sufrieran nunca directamente, si tuvieron referencias de él y especialmente asociado al hombre, hay que tener en cuenta que los cinturones como prenda unisex, son relativamente recientes e históricamente han sido prenda masculina. Si a eso añadimos que, aunque el peso de la crianza históricamente ha recaído sobre la figura materna, sin embargo la figura de autoridad ha sido siempre el padre: “ya verás cuando venga tu padre” creamos una tormenta perfecta. Simbolismo+peso cultural+autoridad+atención.  ¿Atención? Os preguntaréis, que te den con un cinturón a priori no parece precisamente atención. Pero conozco un caso, que recordaba perfectamente una amenaza no cumplida, eso tiene dos efectos. El primero que la mente anticipe, generando tensión, pero también una fantasía, que para soportar la tensión esa mente use algún mecanismo de defensa y que ese mecanismo invierta la polaridad de la amenaza, hasta el punto que el hecho que termine por ser percibida la ausencia del castigo como desatención. Así de retorcida es la mente. Estoy convencido, que de hacer una encuesta a hombres spankees, el cinturón como instrumento excitante y atractivo, no quedaría ni entre los cinco primeros. Fijaros hasta qué punto es importante la influencia cultural, que los fetichismos con respecto a los instrumentos, dependen mucho del contexto cultural donde la persona que desarrolla la fantasía se ha criado. Aunque la globalización y las redes han matizado esto.



Por lo tanto, ya vemos que, en los instrumentos hay un peso simbólico, psíquico y cultural, que puede llegar a influir mucho más que sus efectos físicos. El mero gesto de desabrocharte el cinturón por ejemplo, puede provocar que alguien que lleva un rato desafiándote y rebelde, se transforme en obediente y sumisa. Pero también hay que contar con los efectos físicos eso si, teniendo muy claro que estos se verán modificados por los mentales.

Debido a eso es realmente muy complicado establecer una clasificación exacta por umbral de dolor en los instrumentos. Depende de muchos factores, el principal es la percepción de la persona y por supuesto también quien lo maneja. Los instrumentos no duelen por sí mismos, sino que la sensación que provocan depende de mucho de quien, y como lo maneja, la fuerza con la que se golpea, la insistencia, etc, etc. Al fin y al cabo, en un azote actúan las leyes de la física. Clasificaciones o distinciones podríamos hacer muchas, pero yo voy a hacer sólo dos.

Por superficie de contacto:

En primer lugar, tendríamos aquellos cuya superficie de contacto es amplia: instrumentos anchos y planos. A nivel físico tienen una ventaja hay mayor superficie de disipación de la energía y una desventaja, al cubrir una amplia zona, incide siempre sobre zona ya golpeada con lo que el efecto acumulativo es mayor.

En segundo lugar, tenemos lo de superficie de contacto mínima: instrumentos finos y flexibles. En este caso la superficie de contacto es mínima y la resistencia al aire menor, con lo que el impacto es más limitado pero profundo, el dolor es más agudo. Ahora tienen la ventaja, que es más difícil repetir golpe en la misma zona.

Por materiales:

Materiales hay muchos, en la actualidad muchos de ellos sintéticos, sin embargo, por efecto y tradición yo los voy a clasificar por materiales “nobles”.

Madera: Son instrumentos fabricados con madera, la madera es rígida, con lo que el azote no “envuelve”, es un golpe tosco y seco, que aplasta la piel y las terminaciones nerviosas, suelen ser anchos, la madera fina es muy quebradiza y densos. Y por ello, aunque no suelen dañar la piel superficialmente, si pueden provocar hematomas profundos, por debajo de la piel.

Cuero: Son instrumentos fabricados en cuero, el cuero es flexible y ligero, por lo que el efecto “envolver” se produce. Su efecto es más abrasivo con la piel superficial, pero menos probable de daño por debajo de la piel. Aunque existen instrumentos de cuero anchos, la más usados rondan los 5 cm de ancho.

Varas: Serian instrumentos muy delgados y flexibles a la vez que densos, como por ejemplo bambú, rattan o ramitas de ciertos árboles como el abedul. Su nula resistencia al aire a la vez que su flexibilidad y densidad, los hace muy precisos, vamos que concentran toda la energía del golpe en puntos muy concretos. Eso hace que se “claven” en la piel provocando un dolor intenso en el lugar del impacto, “efecto picadura de avispa”. Aunque bien usados y con mesura, no deben causar problemas, hay que tener en cuenta que pueden llegar a romper la piel si se insiste en su uso.

En resumen, la madera pica, el cuero escuece y las varas pican y escuecen.



Al principio del subcapítulo comentaba, que necesitaría todo un libro para hablar de todos los instrumentos, hay infinidades, desde los que son específicamente diseñados para azotar, hasta otros cuyo uso original es uno muy distinto, pero que se les puede dar un uso alternativo para azotar. Precisamente una de las ventajas de esta fantasía, es que no necesitas equiparte con un arsenal de sex-shop, que es posible jugar con cosas que todos tenemos en casa y que a veces esas cosas resultan muchísimo más atractivas que algo específico y caro. No voy a hacer un listado exhaustivo, me voy a quedar con lo que yo creo más representativo, tampoco los voy a clasificar guiado por ningún tipo de baremo, es simplemente comentar los que para mi son más adecuados y dar algún pequeño consejo al respecto de su uso.

Pero antes de meterme me gustaría comentar algo. Muchas veces me han hecho preguntas del tipo ¿Cuál es el mejor instrumento para iniciarse?, ¿Qué me recomiendas?, ¿Cuál duele más? ¿Cuál deja más marcas?....

Y lo cierto es que no tengo respuestas para esas preguntas, vamos la única forma de saberlo realmente es probar. Pero si puedo dar un consejo de sentido común. Hacer una lista con tres columnas. En la primera incluímos aquellos que nos atraen y nos provocan morbo. En la segunda aquellos que, aunque nos atraen y nos dan morbo, también nos provocan respeto. Y en la última aquellos que nos dan miedo. Para iniciarse escogería los de la primera columna, con el tiempo y la confianza se podrían probar los de la segunda lista y los de la última los descartaría. Muchas veces no es una cuestión física sino mental y si un instrumento provoca inseguridad y pánico, no vale la pena arriesgarse, se puede disfrutar sin necesidad de llegar a ese extremo.



Cinturón: Tenía que empezar por este de hecho, me ha servido de introducción de subcapítulo. Como comentamos es sin duda unos de los preferidos por las spankees, por su simbolismo y por su capacidad de perturbación. Además cuenta con la ventaja que es muy fácil de conseguir, todos tenemos alguno. Y tiene otra carga muy potente, en sí mismo es todo un ritual, desabrocharlo, el sonido de la hebilla…lo cual lo hace muy potente a nivel mental. Es una prenda muy asociada a la masculinidad y la virilidad. Es relativamente fácil de manejar, lo único que hay que tener en cuenta es que no sea en exceso largo, para no golpear por el efecto “envolviente” las caderas. De ahí que lo ideal sea doblarlo por su mitad, también se puede enrollar en la mano, midiendo que la tira, quede del tamaño ideal. Los cinturones ideales para azotar, no deberían ser ni excesivamente anchos, ni excesivamente delgados. Entre 3 y 5 cm de ancho es lo ideal, ni tampoco excesivamente pesados. A pesar de que pueden tener como hemos dicho una gran fuerza a nivel mental, su efecto físico usando una fuerza media y si no insistimos en exceso, es soportable. Por lo tanto es un buen instrumento para iniciarse. Tampoco deja muchas marcas si no abusamos, un enrojecimiento de la zona, efecto piel de gallina, por la abrasión del cuero, si bien tiende a dejar leves marcas en la zona de impacto de los bordes. El inconveniente;  que es poco preciso.



Cepillo de madera: Este es otro instrumento “casero”, que es fácil de encontrar en cualquier casa. Se trata del típico de cepillo de base de madera, para peinarse o para cepillar ropa por ejemplo. Es un instrumento que nos llega de importación. Al parecer su uso como instrumento para impartir disciplina en los hogares de cultura anglosajona era habitual, y el hecho cultural ha creado un fetichismo. Yo digo siempre que es el instrumento hipócrita. Pues a la vista puede parecer como muy inofensivo. Sin embargo sus efecto no son nada desdeñables. Es un instrumento de madera densa, rígida y pesada. Además por su diseño mango corto es muy preciso, por lo tanto se puede calcular y acertar con facilidad la zona de impacto. Es un instrumento doloroso, aunque tiene ese aspecto “casero” y paternal o maternal. Los efectos visibles van a ser dos grandes círculos rojos en ambas nalgas, que se van oscureciendo hacia el centro y que lo más probable es que acaben formando moratones en los puntos donde más se ha insistido y un intenso picor y calor que va a durar un rato después de la azotaina. Un pariente del cepillo de madera, es el cepillo de ducha, ese que usamos para llegar a la espalda, pero ojo, tiene el mango mucho más largo, más fuerza que se transfiere al extremo y eso lo convierte en un instrumento temible.



Fusta: La fusta sin duda uno de los instrumentos fetiches dentro del BDSM. Tal vez por eso para los amantes del spanking no esté entre los favoritos, de todos modos, si tiene algunas particularidades que la hacen muy interesante. También es relativamente fácil de conseguir, por ejemplo, en una conocida cadena de productos deportivos, en la sección de hípica las hay de diversas formas a precios muy asequibles. Se trata de una vara flexible en cuyo extremo hay una pequeña tira de cuero, que es con lo que se golpea. La vara hace efecto palanca, transmitiendo toda la fuerza a la punta. Con lo que dependiendo de la fuerza el impacto es seco y potente, aunque muy limitado en extensión, lo que hace que sea bastante tolerable. A nivel mental, la fusta está asociada a la doma, a quien doma y eso también puede ser interesante para mucha gente. A mí personalmente lo que me parece interesante, es que poca práctica se puede usar con muchísima precisión, vamos acertar en el punto concreto donde quieres dar y eso la hace especialmente útil, si queremos azotar otras partes del cuerpo, como por ejemplo genitales, con moderación. Es un buen instrumento para iniciarse también.



Vara: Entramos en el mundo de las cosas serias. Las varas suelen de ser de bambú o rattan las hay de distinta largada y grosor. Ambos son materiales densos, ligeros y flexibles. Es otro instrumento de importación, de hecho, su uso más conocido nos llega de Gran Bretaña, donde era usada con absoluta normalidad en la disciplina escolar hasta la abolición del castigo físico escolar en 1987. Su origen data de la época victoriana, donde la moral imperante, veía con malos ojos desnudar el culo de los alumnos para aplicar el castigo. Entonces se consideró que había que implantar un instrumento que fuera efectivo con la ropa puesta y el instrumento elegido fue la vara. Eso ya dice mucho, si es dolorosa con ropa, sin protección imaginad. El escasos grosor y ligereza le confiere una muy baja resistencia al aire, su flexibilidad, hace que envuelva y se “clave” en la piel. Es un instrumento que puede resultar muy excitante, su reminiscencia escolar, su silbido en el aire, incluso su forma, pueden resultar muy atractivos y morbosos. Pero es un instrumento duro, que provoca un dolor intenso, además “in crescendo”, en el momento del impacto se sentirá un dolor agudo, que parece apagarse, pero que décimas de segundo después empieza a aumentar: efecto picadura de avispa. La superficie de contacto es muy pequeña, eso le da la ventaja que es difícil de volver a dar exactamente en el mismo lugar. Y deja unas marcas muy características, en forma de rayas rojas que cruzan las nalgas y que si pasamos los dedos notaremos que hacen un relieve muy característico. Al cabo de unas horas esas rayas desaparecerán quedando en su lugar unos moratones que seguirán el relieve de las rayas y que durarán varios días. Es un instrumento para los amantes de las sensaciones fuertes y aun así para usar con mesura y precaución, midiendo la fuerza y limitando en número de golpes. Yo recomiendo seguir la media inglesa mínimo 6, máximo 12. Y pensad basta un golpe de vara dado con fuerza para romper la piel. Y que 6 azotes con la vara, son suficientes para dejar un recuerdo un par de días.



Paletas de madera: Aquí nos encontramos con una familia de instrumentos de distintos tamaños, que tienen en común que están fabricados en madera. Los de pequeño tamaño, tienen un efecto similar al del cepillo de madera, incluso menor, ya que suelen tener menor peso. Después tenemos las grandes, que también nos llegan del campo de influencia de la cultura anglosajona. Concretamente de Estados Unidos, donde han sido el instrumento por excelencia de la disciplina escolar, de hecho, continua vigente su uso en diversos estados del sur y el medio oeste. En este caso se trata de una paleta de aproximadamente 40 cm de largo sin contar el mango y uno 10 de ancho. Las hay totalmente planas y otras con perforaciones para ofrecer menor resistencia al aire. Como en la vara, este instrumento es efectivo con la protección de la ropa, con lo que, sin ropa, es temible. La rigidez de la madera, su peso y densidad y su anchura que hace que cada golpe incida en el mismo lugar, la convierten en un instrumento realmente duro. Basta aplicar una fuerza moderada para conseguir un efecto importante. Con una de estas paletas grandes, 10 buenos azotes, harán que las nalgas se transformen en dos enormes moratones que duraran unos días y que el receptor se acuerde cada vez que se siente durante esos días. Conviene recordar algo que ya tratamos en capítulos anteriores y es que con la paleta es fácil de conseguir el efecto entumecimiento por aplastamiento de terminaciones nerviosas, eso provocará un efecto falso de no percepción del dolor, que en cuento los nervios recuperen el tono, se transformará en un dolor muy intenso e insoportable. Las paletas grandes de madera tienen su atractivo, pero son un instrumento a usar con mesura y seguridad.



Paletas de cuero y tawse: Aquí estamos ante instrumentos ya muy específicos y a comprar en establecimientos especializados. Paletas de cuero las hay de distinto tamaño, peso y grosos, como siempre a mayor anchura mayor superficie de contacto, se reparte mejor la energía del golpe, pero también se incide más en el mismo punto, a menor grosor, la energía se concentra más en un pico “efecto picadura”, pero es más difícil repetir exactamente en el mismo lugar. El tawse es otro instrumento de disciplina escolar, se trata una tira de cuero que puede ser de distinto grosos y peso, que está cortada longitudinalmente, por eso es también conocida como lengua bífida. Su origen está en Escocia, sociedad de moral católica, que consideraba pecaminoso golpear las nalgas, así que su uso original era para golpear las palmas de las manos. Eso le confiere una particularidad, su diseño es específico para golpear de arriba hacia abajo, el profesor o profesora hacia extender las palmas de las manos al alumno/a echaba el tawse hacia atrás por encima del hombro y golpeaba de arriba abajo usando la gravedad como aliado. Eso hace que sea un instrumento difícil de usar cuando el golpe no describe ese sentido. Su efecto es muy similar al del cinturón.



Podría seguir, hay infinidad más de instrumentos. Como veis en esta lista no he incluido ningún tipo de látigo, ni los típicos floggers (látigos cortos de cuerdas), ni látigos al uso. No los incluyo porque yo no los considero instrumentos de spanking. Los floggers son relativamente fáciles de manejar, los látigos hay que ser un experto para manejarlos con seguridad, pero ni unos ni otros me parecen al menos a mi instrumento de spanking. En cuanto al resto desde una vulgar zapatilla, pasando por el sacudidor de alfombras o ya instrumentos más especializados en el mercado hay infinidad de posibilidades, pero eso ya lo dejo a la imaginación y gustos de cada cual, he tratado los que creo que son más habituales y conocidos y en muchos casos el resto son meras variantes de estos.

Algo que me parece muy importante y es que no todos los instrumentos se pueden usar en todas las posiciones, tanto por comodidad de uso, como por seguridad y efectos. En el próximo subcapítulo donde trataremos las posiciones ya asociaremos cada posición con su instrumento. Al principio del subcapítulo os decía de la importancia simbólica de los instrumentos, más allá de su efecto físico, los instrumentos tienen su importancia en el ritual de los juegos. Ir a buscar el instrumento, tener un determinado instrumento en un determinado lugar, por ejemplo, colgado tras un puerta o en la pared, o saber que determinada falta acarrea el uso de determinado instrumento, son detalles asociados a los instrumentos que tienen su importancia en el ritual de los juegos. No solo es el efecto que producen, si no también, las sensaciones que pueden despertar.

Tal vez algún lector se haya dado cuenta ya a estas alturas que no he mencionado un instrumento, si es así enhorabuena. En efecto no he mencionado para mí el más interesante, el que viene de serie, el que no hay que buscar al armario, el que llevas encima aunque estés en pijama de relax: la mano.

No hay instrumento más preciso, ni más ideal para iniciarse que la mano. Para mi es imprescindible, vamos que muy poquitos juegos de spanking que recuerde han tenido lugar sin el uso de la mano, tal vez alguno muy específico, con mucha carga de castigo ha prescindido de la mano, el resto no. Ya sea como protagonista única de la azotaina o compartiendo protagonismo con otros instrumentos o para calentar simplemente, azotar con la mano, es algo que nunca o casi nunca debería faltar en un juego de spanking. Tal vez habrá quien piense o dude de su efectividad, le aconsejo entonces que la prueba un día verá como se le quitan las dudas, una azotaina a mano, bien dada puede ser muy efectiva, en lo físico y además siempre tendrá ese punto de contacto físico directo que no tienen los instrumentos. Con ningún instrumento tendrás la precisión de la mano, ni tampoco podrás monitorizar las sensaciones de la spankee como con la mano. A más tiene esa dualidad, de poder severa, dura y rígida y mutar a suave, dulce y placentera en cuestión de segundos. Por eso no la incluí en los instrumentos la mano es muchas más cosas que un instrumento para azotar, es a la vez sensualidad y autoridad. Simplemente imprescindible y por eso doy por hecho que a todo el que le interese esta fantasía asume que la mano, va a ser parte de sus juegos. De hecho, todo lo demás es prescindible en el fondo, para jugar se necesita ganas, y crear el clima adecuado para que un culo desee, el calor de una mano. Lo demás ya es cuestión de como cada cual quiera sazonar el plato.

1 comentario:

  1. I tried everything except whip, the pain is unbearable.

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