martes, 24 de marzo de 2020

Confinados.






Sábado por la mañana, después de una noche tensa pendientes de las noticias que al final habían concluido con la peor de las posibles. Una inoportuna epidemia declaraba el estado de emergencia y el confinamiento, lo cual significaba que cualquier posibilidad de ocio quedaba descartada.

Nos despertamos aun medio en estado de shock, entre incrédulos y con la lógica tensión por la situación, preparé algo de desayuno y nos sentamos a desayunar pendientes de las últimas noticias, que confirmaban el peor de los escenarios. Se hizo un silencio de preocupación entre nosotros, el silencio alimenta el miedo y entonces ella me dijo.

-¿Y si nos vamos?
-¿Donde?
-A la montaña, donde no haya nadie, han dicho que de momento no impedían movernos y conozco un sitio a una hora de aquí, donde no hay nadie.
-No se si es buena idea...
-Vaaaa no hay ningún peligro e igual nos tenemos que quedar muchos días aquí.

Al principio la idea me pareció descabellada, pero tenía razón, era posible que decretasen el confinamiento absoluto y total ir a un lugar sin nadie, no era peligro ni para nosotros, ni para terceros, así que cambié de opinión rápido.

-Venga va, vamos.

Todo fue rápido, nos preparamos unos bocatas para comer, algo de beber, nos vestimos y una hora más tarde ya estábamos montados en el coche de camino a ese lugar misterioso. Conduje como una hora, a la media hora o así ya fuera de carreteras principales, por sinuosas carreteras que ascendían serpenteantes la ladera de una montaña, en un determinado punto, me pidió desviarme por lo que era ya una pista sin asfaltar pero en bastante buen estado, la seguí un rato, hasta que llegamos a una pequeña ermita en mitad de la montaña, con un inmenso prado verde esmeralda en el que asomaban las primeras flores de la temporada dándole algún color distinto al monótono verde. Allí dejamos el coche y nos bajamos. Y si era cierto nada alrededor, ni nadie, solo los sonidos de la naturaleza.

-Me encanta
-¿Verdad?
-Había venido alguna vez, cuando hacía rutas de senderismo y me enamoré de este lugar.

Cargué la pequeña mochila con lo básico que  llevábamos y ella me guió por una pequeña ruta, que discurria paralela a un arroyo, en  un determinado punto, donde habían unas rocas cubiertas de musgo nos sentamos a comer y bromear un poco, el día era primaveral así que al terminar me tumbé en la mullida hierba, usando la mochila de improvisada almohada, ella hizo lo mismo usando mi pecho, el sol calentaba sin molestar y en aquella paz y quietud los dos solos lejos del mundo empezamos a charlar, hasta que volvió en un momento determinado el silencio, aquel silencio raro entre nosotros, de preocupación. Entonces así en frío me soltó un pregunta.

-¿Echas algo de menos?

No la esperaba, estaba con la persona más maravillosa del mundo, en un lugar idílico ella y yo solos, pero en aquel momento no se porqué, le contesté.

-Bueno, a veces solo a veces echo de menos el mar...
-Es normal supongo
-¿Sabes? es curioso siempre lo vi como un límite, osea me levantaba y quieras o no debía pasar a su lado, pero hacía esa dirección no puedes ir y sin embargo, ahora hay días que echo de menos no verlo.
-Háblame del mar, ¿que tiene de especial?
-Nada no se supongo que son costumbres, pero se me pasa enseguida, a fin de cuentas yo elegí venir aquí no.
-¿Entonces te gusta el agua?
-No es que me guste, es costumbre supongo
-Un día me llevas tu a tu rincón favorito del mar, pero mientras para que no lo eches de menos...

Entonces hizo como un movimiento brusco y noté de repente algo frio que me mojaba la cara, me quedé sorprendido cuando quise reaccionar ella ya estaba de pie riendo con una pequeña botella de agua en la mano, la miré serio pasándome la mano por la cara y le dije más serio aun.

-Sabes que no soporto que me tiren agua, te vas a arrepentir de esto.

Hice el gesto de levantarme y ella empezó a correr muriéndose de la risa por aquel prado, cuando iba a alcanzarla me tiró la botella ya vacía, pero lo único que consiguió es retrasar que le diese alcance, la risa hacía que no pudiera correr mucho, cuando la cogí por el brazo con fuerza se seguía riendo  jadeante de la carrera y yo también, entonces repetí.

-Te vas a arrepentir.
-Jooooo pero si dijiste que echabas de menos el agua.

Me senté en una roca, la tumbé en mi regazo, seguía riendo...

-Vaaaaa que solo era una broma.
-Un error de broma que vas a pagar muy caro

Empecé a azotarla sobre los leggins de montaña que llevaba, allí sentado en aquella roca, durante un rato siguió riendo, hasta que tras unos minutos de zurra continuada dejo de reirse, y se quedó quieta, los leggins de montaña eran gruesos y debían amortiguar bastante, además tras unos cinco minutos de azotes seguidos me empezaba a molestar la mano. Entonces me detuve, la hice levantarse me miró con la mirada baja con gesto infantil y media sonrisa, entonces metí mis dedos por dentro de la cintura de los leggins y de repente le cambio la cara.

-Joder Santi, estamos al aire libre.
-No te hacía tanta gracia....

Empecé a tirar de los leggins hacia abajo, hizo un pequeño intento de zafarse solucionado con un cachete en el muslo y allí a medio muslo se quedaron, busqué acto seguido la cintura de la ropa interior que siguió el mismo camino entonces me levanté y le dije.

-Las manos apoyadas en la piedra.
-Puffff

Se quejó un poco, que si era un juego, que si tenía poco aguante, pero se quedó callada de golpe cuando escuchó la hebilla de mi cinturón y como esté salia del pantalón, lo doblé, me desplacé ligeramente hacia un lado y allí en aquel prado apoyada en la roca, le dí una ración de azotes seguidos con el cinturón, por lo menos una treintena, rápidos y con ganas. Al terminar me volví a colocar con calma el cinturón, una vez abrochado la cogí de la muñeca derecha no fuerza, ella seguía en la posición de castigo.

-Vamos para el coche.

Con la mano libre quiso subirse la ropa, pero se la aparté de un manotazo.

-¿No estabas juguetona? A ver que gracia te hace el "paseillo" de la vergüenza.

Atravesamos el prado con ella caminando con la ropa a mitad de los muslos, en silencio, pero otro tipo de silencio, era prácticamente imposible que nos viera nadie, pero me imaginaba sintiendo el aire fresco acariciando su culo azotado, rojo, caliente, palpitante.

Como atravesamos campo a través no tardamos apenas nada, hasta llegar al coche, allí a la puerta de la ermita había un banco de madera, la hice sentarse en el, con la ropa bajada aun, mientras yo cargaba la mochila en el maletero. Cuando todo estuvo a punto le hice montarse en el coche sin dejar que se subiera la ropa en ningún momento, protestó, puso mil excusas, que si accidente, que si nos paraba la policía, fui inflexible, le dije que debió haberlo pensado antes de cruzar la línea.

Emprendimos la marcha con ella sentada desnuda sobre la tapicería del coche, al salir a la carretera ya había anochecido, ya en carretera abierta de sentido único y sin apenas tráfico me pude relajar y lo primero que hice es llevar mi mano entre sus piernas, pasé un dedo entre sus labios como una fuente.

-Vaya señorita ¿así estamos?

Ella separó un poco las piernas y echó la cabeza hacía atrás en el reposacabezas cerrando los ojos mientas mi dedo jugaba en su hendidura húmeda.

-A ver si lo adivino, la señorita quería cobrar hoy ¿verdad? ¿Por que se pone cachonda cuando se porta mal y le tengo que poner el culo como un tomate es eso no?

Su respuesta fue un gemido y empezar a mover la pelvis. Entonces paré y le dije.

-Pues no te preocupes que vas a tener sobredosis en casa.

Se volvió a hacer el silencio, tuve que parar a repostar y le dejé subirse la ropa. Finalmente llegamos a casa, todo estaba desierto, parecía un lugar fantasma. Nada mas cruzar la puerta de casa le dije.

-Voy a dejar las cosas, cuando termine te quiero preparada en mi posición de castigo favorita. ¿Está claro?

No hacía falta decir nada más, deshice la mochila, me puse cómodo y me fui para el comedor. Al entrar estaba allí expectante en esa posición que sabía perfectamente cual era, tumbada por encima del brazo del sofá, con los antebrazos y las manos en el asiento, la ropa en los tobillos, en esa posición me parece especialmente sexy,  el brazo del sofá hace que quede un arqueamiento especial de la parte baja de la espalda que expone mucho su culo y el estar lista y preparada implica obediencia y respeto a mi autoridad que  por otra parte ella me dio.

Me acerqué, le acaricié el culo, aun tenía alguna marca del cinturón, pasé mis dedos por ahí y dije.

-Es una pena que por tu falta de control tenga que marcártelo bien...pero así igual algún día aprendes.
-Buenooo en esta posición se me ocurren muchas más cosas que podrías hacerme....

No me esperaba esa respuesta la verdad, y se me escapó la risa, ella también se empezó a reír como contagiada de la mía y ahí corté en seco.

-¿Te crees muy graciosa? Esas cosas son para mujeres adultas no para niñas traviesas, cuando sepas controlar como una adulta entonces hablamos.

Me fui otra a vez a la habitación, cogí la gran regla de madera de 60 cm y con ella en la mano de vuelta al comedor. Nada más llegar empecé a acariciar su culo desnudo con la regla.

-Mira por donde hoy la vas a estrenar, lástima que al final no te hice ir a comprarla a ti como tenía pensado. Pero creo que me será muy útil para "entrenar" tu auto control.

Le di unos golpecitos suaves como anticipando la que se venía y entonces de repente un golpe seco y fuerte. Tal vez no lo esperaba porque hizo algo que no suele, poner las manos en el culo y frotarse.

-Te he dicho mil veces que no pongas las manos nunca. ¿Y si llego a darte otro ahora? Mételas ahora mismo bajo el cojín!!!!!!!!!!!

Lo hizo, esperé un instante y entonces empecé a azotarla sin piedad con la pesada regla, le di entre 30 y 40 azotes seguidos sin pausa, entonces dejé la regla en el brazo del sofá a su lado, me quedé un rato en silencio mirando su culo, entre rojo y azulado, sin tocarla, hasta que le dije.

-¿Por que te estoy castigando nena?

Con la voz entrecortada dijo.

-Por haberte tirado agua en el prado
-¿Solo por eso? ¿Sin más transfondo?
-Puffff por mi falta de autocontrol
-Bien, veo que vas entendiendo
-¿Y va a volver a pasar?
-No, de verdad
-¿Y como puedo asegurarme?

En realidad toda aquella sucesión de preguntas tenían un doble sentido, en primer lugar profundizar en la vergüenza y en segundo darle un respiro.

-Ya se como puedo asegurarme, te voy a dar diez azotes más, que vas a contar en voz alta y clara

Suspiró profundamente. Antes de volver a coger la regla le acaricié con los dedos un pequeño momento el culo, quería que notará el cambio de sensación, la dureza y frialdad, a la ternura y el calor, pero cogí la regla finalmente y le di el primer azote, se retorció y dijo alto y claro "uno"...dejé pasar un instante y repetí al llegar al número seis decidí parar, dejé la regla de nuevo a su lado mientras pasaba los dedos por los bordes de las marcas como si fueran una cámara grabando un recorrido.

-Creo que es suficiente y espero hayas aprendido la lección.

Ella suspiró aliviada y dejó caer su cara sobre el asiento del sofá mientras yo seguía acariciando las marcas. Estuve un rato así en silencio, ella se fue relajando, entonces fui un momento a por la crema hidratante, que apliqué a conciencia para calmar el ardor. En un determinado momento empecé a untar con crema también entre sus nalgas y a masajear alrededor de su ano, hasta que uno de mis dedos traviesos entro en el y le dije.

-Ahora te voy a follar el culo, creo que me lo merezco por mi paciencia.

Se agarró con fuerza a la junta entre cojines, liberé mi polla, la lubriqué con la misma crema, mientras con el dedo trabaja su agujero estrechito y apetecible, se tensó de nuevo al notar mi polla presionando....

-Relájate traviesa...

Enseguida mi polla se acomodó en su pequeño agujero y poco a poco cuando se fue acostumbrando mis embestidas fueron cada vez más fuertes y rápidas, no tarde mucho en correrme en su culo.

Al terminar azotada y usado un ratito al rincón de pensar, un par de minutitos solo hasta que la llamé, la hice sentarse en mi regazo, le acaricié la cara, me sonrió tímidamente y empecé a masturbarla sentada en mi regazo hasta que se corrió.

Continuará....



No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>