sábado, 18 de enero de 2020

Un mensaje y una foto.






Una fría mañana de lunes Enero, apenas había salido el Sol, cuando me despedí de ella en la estación, su tren madrugaba, tras un fin de semana juntos y aunque cinco días después nos volveríamos a ver, no deja de que te invada cierta nostalgia al verla caminar de espaldas hacía el control, tras despedirnos, una mirada fugaz al pasar el control, mientras yo la observaba desde la baranda y ya la perdí camino del andén. Ya fuera de la estación me encendí un cigarrito le di una calada profunda, el humo del cigarro se mezcló con el vaho de mi respiración, me lo fumé como esperando que el tren saliera, hasta que le frío me venció y me monté en el coche, era lunes había que trabajar.

A las 9 tenía la primera visita fue rápida y para entrar en calor, al salir me refugié un bar a tomar un café, tenía una sensación muy contradictoria, mezcla de euforia y tristeza, una especie de resaca tras un fin de semana intenso en todos los sentidos, entonces la vibración de mi teléfono móvil me rescató de las nieblas de mi cabeza, pensé que sería un mensaje de trabajo, pero no, al cogerlo era un largo mensaje de ella, que decía:

"No se como explicarte esto, te conozco creo que bastante ya, pero sigues teniendo algo que me fascina, la capacidad de sorprenderme. Esta mañana estaba un poco "ploff", pero no se como has sabido darle la vuelta a la tortilla y ahora mi cabeza no para, menos mal que me ha tocado sola en la butaca, por momentos creo que voy a manchar el vestido. Incluso cuando recuerdo cosas inconscientemente empiezo a mover las caderas como buscando encontrar algún punto que apagué el fuego que tengo ahora, lo peor es que cuando me muevo noto, en algún punto un dolorcito y recuerdo el implacable castigo de tu cinturón, con el tiempo he aprendido a reconocer tus ganas y tu deseo incluso por la forma de azotar, se cuando juegas, cuando quieres ponerme cachonda y ya o como el sábado cuando quieres que me sienta castigada de verdad. Lo conseguiste, conseguiste esa sensación y es verdad que lo busqué, lo buscaba con todas mis ganas, así que también lo esperaba, pero aun así no se como consigues sorprenderme, por un momento sentí ganas de llorar, de pedirte perdón y que me abrazaras, pero ahora pensando se que no es lo que necesitaba, que igual en el momento, me hubiera sentido bien pero hubiera sido egoísta por mi parte y después me hubiera dejado la sensación de haber cortado el rollo, no se si fue queriendo o no, pero justo en ese momento cuando iba a pasar, le diste a todo un giro y de repente me sentí la persona más deseada del mundo, excitada, entregada, sin pensar en nada, solo sintiendo sensaciones. No me atrevo ni a levantarme y si lo hiciera sería para encerrarme en el baño y tocarme como si no hubiera mañana...por cierto el plug y la vibración del tren no ayudan mucho..."

Sonreí, aquella confesión imprevista me sorprendió, no es muy dada a expresar  y aquel mensaje expresaba mucho más que un estado de excitación entre líneas. Salí fuera del bar, me senté en una silla de la terraza a fumar, el sol empezaba a calentar un poco, me encendí el cigarro y empecé a recordar.

Ella había llegado el viernes tarde ya, cenamos, nos apalancamos y nos dormimos cansados de la semana. El sábado nos levantamos pronto, sin prisa, fue sobre media mañana cuando ella me propuso ir de compras aprovechando las rebajas, no se si  por convencerme o no, pero me dijo que especialmente quería comprar ropa interior. De hecho me gusta ir de compras con ella, me parece divertido, incluso da mucho juego, eso enfados cuando le gusta algo y no se lo acaba de ver puesto, o el hecho de ser observador mientras se prueba cosas me gusta, es curioso porque odio ir de compras para mi. Además con la ropa interior, siempre elijo algo para mi,  osea que se ponga ella pero que me alegre a mi vérselo. Así que nos después de desayunar nos vestimos y decidimos ir a un centro comercial.

Ya cuando empezamos a recorrer tiendas, noté en ella esa actitud juguetona y provocativa, que suele acabar como suele acabar, osea con su culo rojo y ella mirando a la pared, pero a veces me da por dejarla a ver donde es capaz de llegar, con alguna advertencia eso si, pero sin plantarme. Primero estuvimos en  un par de tiendas digamos más cómodas y tras una pausa para comer algo allí mismo, nos pasamos por una de lenceria más sofisticada. Ahí le dije que me dejase elegir un conjunto a mi, aceptó el trato, elegí un conjunto sencillo sin mucha sofisticación, negro liso, sujetador y tanguita semitransparente y unas medías musleras de esas adhesivas, a ella también le gustó la elección y ya decidimos marchar. Le propuse una cenita especial, en plan marisco, que también aceptó encantada, pasamos por una pescadería y compramos algo y al salir le dije de ir a una tienda de vinos a por un vinito blanco acorde con la cena.

Y allí fue cuando me sacó de quicio definitivamente, tras haberse "comportado" un rato en la tienda de vinos empezó otra vez a tontear y jugar, allí si que le dije un par de veces que parase, que ya estaba bien, pero siguió en plan tocacojones, yo íbamos hacía la caja había cogido una de blanco y una de tinto y sin venir a cuento me mordió la oreja fuerte entre risas mi reacción fue salir corriendo detrás de ella, y al girar por un pasillo pegado a la estantería tiré una botella, que se rompió con el consiguiente estruendo, esturreo de vino y las miradas del resto de la gente que había comprando y sus risas claro, cortadas en seco con una sola mirada. Pedí disculpas, pagué la otra botella, que no era precisamente barata y salimos.

Al montarnos en el coche le dio por reír.

-¿Te hace gracia?
-Jajajajaaj no querrás que llore, además has sido tú, no puedes echarme la culpa.

Arranqué y conduje hasta casa sin decir nada, serio, ella también estuvo callada. Cuando llegamos le dije:

-Voy a cambiarme que huelo a vino y me pongo con la cena

Como restando importancia a lo que había ocurrido, supongo que eso le extrañó. Pero no mencioné más el incidente de la tienda de vinos, de hecho, mientras cocinaba le serví una copa, ella también se había puesto cómoda. Todo era cuestión de plancha, almejas, navajas, cigalas....cuando terminé puse la mesa y nos sentamos a cenar. Cenando me preguntó.

-¿Tengo una duda?
-Dime
-¿Por que has elegido ese conjunto?
-¿No te gusta?
-Me encanta, pero no tiene nada especial, es muy sencillo, bonito pero sencillo
-Bueno en la sencillez está la belleza a veces.
-No lo había visto así...

Seguimos cenando y charlando. Al terminar recogí la mesa rapido y nos apalancamos, desde la cocina le dije, que si le apetecía que abriese el otro vino, ya que la botella de blanco nos la fundimos cenando, me dijo que si, la abrí y de vuelta al comedor con dos copas de tinto y entonces ella me dijo.

-¿Quieres ver como me queda el conjunto?

Y ahí decidí resolver lo que teníamos pendiente.

-No, ese conjunto es para una mujer adulta, no para una niña traviesa, cuando te comportes como tal te lo probarás, mientras lo que quiero es verte en el rincón pensando en tu comportamiento de hoy y cuando hayas pensado vienes y me lo explicas.

Se me quedó mirando extrañada.

-¿A que esperas?
-Pufffff

Se levantó contrariada pero me hizo caso, señal inequívoca que algo había estado buscando. Yo me senté le di un sorbo al vino, tenía cuerpo y potencia, buena elección pensé. Unos cinco minutos después la escuché desde el rincón.

-Me aburro....
-¿Quieres hablar?
-Puffff

Se dio media vuelta y se acercó a mi, sentado en el sofá.

-Es que no hay mucho de que hablar, solo jugaba un poco
-Has estado todo el santo día en ese plan y parece mentira que no sepas que al final siempre se acaba liando de una manera u otra.
-Pero has sido tú quien ha tirado la botella
-Si, pero eso no hubiera pasado sin ese mordisco sin venir a cuento y más aun cuando llevaba un rato diciéndote que parases.
-Pero pensaba que te gustaba sino ya me hubieras cortado el rollo antes.
-Ya y tu no eres capaz de discernir cuando es suficiente por ti misma?

No dijo nada.

-¿Con quien hablas con el suelo o conmigo?
-Contigo
-Pues mírame a los ojos cuando te hablo

Levantó la mirada estaba roja como un semáforo....yo empecé a remangarme el jersey despacio sin decir nada.  Cuando terminé la volví a mirar:

- No se que esperas a bajarte el pantalón y la ropa interior para el castigo
-Joder Santi.....
-Aun te crees con el derecho de réplica, eso es algo reservado también a los adultos, quiero ver ese culo desnudo en mis rodillas en menos de diez segundos o te prometo que lo dejo marcado una semana.

La amenaza surgió efecto, yo sabía que hacerlo ella y delante de mi la perturbaba especialmente, así que lo hizo rápido, cuanto antes mejor y ya con el pantalón y el tanga en los tobillos, más roja aun se puso en mis rodillas. Nada más ponerse no pude evitar pasar la mano por la piel aterciopelada de su culo algo frío aunque no por mucho rato, sin decir nada me puse a calentarlo sin prisa, pero constante observando como poco a poco iba cambiando de color a consecuencia de las incesantes palmadas, cuando ya empezó a ponerse rojito, aumenté la velocidad y la fuerza de los azotes con ganas que sintiera que era un castigo y no un jueguecito para ponerla cachonda y follar. Paré de puro cansancio mio, hacía rato ya que tenía el culo encendido y que incluso había empezado a moverse algo, de incomodidad ante la continua lluvía de palmadas. Ni una caricia.

-Vete al rincón a que se te enfríe  un poco, que luego sigo contigo.

Ya no hubo más quejas, ni excusas, solo silencio y directa al rincón. Yo le di otro sorbo a la copa de vino, mientras pensaba cual sería el castigo más adecuado a la falta, enseguida lo tuve claro, una buena dosis del cuero de mi cinturón. Me levanté, cogí un cojín lo puse sobre el brazo del sofá. La llamé, se acercó con la ropa en los tobillos, cuando estuvo frente a mi, le hice quitarme el cinturón con el que la iba a castigar a ella, doblarlo y dármelo, lo hizo y ya con el cinturón empuñado le señalé el brazo del sofá, se colocó, el cojín aun le levantaba y le dejaba más expuesto el culo, me situé detrás de ella.

-Mete las manos por debajo del cojín, no quiero tentaciones.

Lo hizo

-Había pensado en hacerte contar, pero no quiero que te despistes y además tampoco tengo un número claro, cuando crea que está suficientemente marcado, pararé.

Calculé bien mi situación exacta para asegurarme que todos los azotes caían en su sitio y empecé, los primeros espaciados, secos, pero dándole tiempo entre azote y azote, pero a partir de determinado momento estos empezaron a caer de forma seguida y reconozco que con un punto de severidad mayor del habitual, hasta que llegó un momento que si empezó a salir alguna queja de su boca y a la vez le costaba mantener la posición absolutamente quieta, paré....un respiro. Comprobé bien las marcas, tocando con mis dedos allí donde el cinturón había mordido con más ganas, aunque toda la piel de su culo presentaba un color vino tinto, y su respiración era agitada. Ahí decidí que tal vez era suficiente, dejé el cinturón sobre la mesilla, me senté en un hueco que quedaba en el sofá, le acaricié el pelo, la cara, en silencio un rato, hasta que le dije.

-Espero que hayas aprendido la lección, la próxima vez no te lo voy a decir tres veces.

Entonces vi la copa de vino por la mitad y un pensamiento fugaz me vino a la mente. La cogí y la puse sobre una de sus nalgas.

-Si se cae, te caerá una ronda extra de cinturón.

Ella contuvo la respiración, me fui por detrás muy despacio le subí el tanga hasta medio muslo, era blanco, y daba un bonito juego de colores, la copa de vino tinto sobre su nalga, que prácticamente tenía el mismo color, en contraste con el tanga blanco a medio muslo, cogí el móvil le hice una foto, en la que solo se veía desde encima de las rodillas hasta el nacimiento de la espalda, con todo ese contraste de colores, enseguida cogí la copa de nuevo. La ayudé a lenvatarse, la cogí de una mano con la otra cogí el cinturón y la acompañé a la habitación, la hice tumbarse boca arriba con los brazos estirados y juntos, con el mismo cinturón que la había azotado, le ligué las muñecas, separé sus piernas empecé a pasarle mis dedos por la cara interna de los muslos, pero enseguida mi mano acabó en su coño, frotaándolo, agarrándolo y de vez en cuando dándole una corta tanda de palmadas, mi mano se mojaba de su esencia, entonces le metí dos dedos de la mano derecha mientras con la izquierda apretaba ligeramente el pubis contra mis dedos detro de su coño y empecé a meterlos y sacarlos ritmícamente, al priincipio como que le costó meterse en el nuevo escenario, pero al poco empezó a jadear y mover las caderas al ritmo de mis dedos, pero cuando creí que era cuestión de insistir y poco más y subir un poquito el ritmo para que se corriera paré, saqué los dedos empapados y me puse a untar todo el perineo y el ano con su lubricación a la vez que le decía.

-Hay placeres reservados a los adultos y como hoy no te has portado como tal, te voy a usar para mi placer.

Al terminar de decirlo, un dedo entraba en su culo y empezaba a moverse dentro.

-Voy a follarte el culo así boca arriba quiero verte la cara mientras lo hago

A ese dedo siguió otro y cuando ya estuvo dilatada, me desnudé, llevé mi polla a su culo y empecé a abrirme camino por el estrecho agujero, entonces se giró, paré un momento la cogí de la barbilla y la hice mirarme.

-Mírame

Lo hizo, mientras entraba mi polla algún pequeño gesto entre una ligera molestía y excitación, cuando ya empecé a moverme entrando y saliendo le agarré los antebrazos por debajo del cinturón que los sujetaba y ya no la solté hasta correrme en su culo. Nada más sacarla se dio la vuelta y se puso boca abajo.

-¿Escuece?
-Tu que crees?
-Algo habrá que hacer no?

No dijo nada, me levanté fui a por la crema y de vuelta trajé también el vino, lo primero que hizo ella fue darle un trago, luego simplemente se dejó hacer cremita fresca, masaje.....sin decirle nada mientras yo seguía sobándole el culo metió la mano por debajo del cuerpo y empezó a tocarse, la dejé hacer y así boca abajo mientras le sobaba el culo se corrió con su propia mano. Nos terminamos el vino y nos quedamos dormidos.

El domingo fue plácido, solo por la noche revisión de marcas, mas crema y lo que surgió.

El lunes por la mañana madrugamos había que coger el tren, cuando salió de la ducha ya tenía encima de la cama preparada la ropa, un vestido por encima de las rodillas, el sujetador que elegí yo, las medias musleras y unas botas. El tanga lo guarde yo, parte de castigo era ir toda la semana sin nada de ropa interior en la parte de abajo, eso si las medias se las puse yo.

Ya en la estación,  una última sorpresa para el viaje, nos metimos en el baño, la hice apoyar las manos contra la pared, le levanté el vestido por encima de la cintura, superando la frontera de las medias a medio muslo y allí en el baño de la estación le puse el plug metálico que debía llevar puesto hasta llegar a casa....

Miré el reloj en aquel fría terraza, cogí el móvil y le contesté con la foto en el brazo de sofá, con el tanga blanco a medio muslo y la copa de vino tinto encima de las nalgas castigadas casi del mismo color. Con un mensaje.

"Para que no te olvides que les pasa a las niñas malas".

No me respondió, ya casi anochecía cuando repostaba en una gasolinera en mitad de una carretera casi desierta de vuelta a casa, cuando vi que tenía un mensaje de ella. Había un vídeo adjunto, el mensaje ponía:

"¿Que me decías de las niñas malas?"

Cuando abrí el video era ella desnuda solo con las medías boca abajo en la cama, aun se podían ver las marcas del cinturón en su culo, masturbándose.....

Continuará....


No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>