El spanking empieza en la mente.

La mente es una zona erógena, que como cualquier otra tiene sus puntos calientes, lo que pasa que a diferencia del resto del cuerpo a la mente no tenemos acceso directo, no la podemos tocar, frotar, morder, acariciar o estimular físicamente. Por lo tanto tenemos que acceder a ella desde fuera, a través de gestos, palabras o acciones que es la forma de tocar la mente, haciendo así que una estimulación mental en la que no hay estimulación corporal directa, pueda producir una reacción corporal. Tocando esos botones mentales se pretende sobre todo provocar una pérdida del autocontrol, que de alguna manera es la pérdida de la autocensura, imprescindible para abrir la experiencia sensorial y sexual. ¿Cuales son esos botones y que pistas nos transmiten para saber que estamos por el buen camino?.

En el caso del spanking por ejemplo jugamos mucho, con la vergüenza, la ansiedad e incluso el miedo. Por ejemplo un clásico en este campo es: la anticipación. En la anticipación entran en juego el misterio y la amenaza, y esa anticipación puede ser mucho más excitante que la ejecución, ya que la anticipación sin ser lo mismo, está íntimamente ligada a la preocupación y anticipar, aunque sea a través de la sospecha va a hace que la mente recree algo que está por pasar, creando así un tensión que como toda tensión es susceptible de ser erotizada, lo que pasa es que jugando con esas emociones puede hacer que aparezca el pánico, cosa que no queremos, con lo cual hay que ir templando a base de ternura, confianza y sensualidad. Saber si hemos dado con esos botones, es una cuestión de observación,  pero alguna pistas pueden ser esa sonrisa tímida, el rubor en las mejillas o el brillo de ojos, aunque es proceso abierto y cada persona es un mundo.

Tocar esos botones de la estimulación mental va a traer unas consecuencias la principal y la mas deseada es alterar y perturbar un equilibrio, para hacer que la spankee pierda el control de la situación, osea para que haga aquello que tanto nos gusta de dejarse llevar. Pero para que eso pase es fundamental, que tu sea capaz de transmitirle que eres el pilar que da estabilidad y seguridad. La seguridad de poder dejarse llevar y sentirse a salvo.

Desnudar el cuerpo a otra persona esa algo relativamente fácil, tan solo se necesita atracción física y despertar el deseo. Pero yo creo que en el juego buscamos algo más. No se trata de desnudar el cuerpo, es desnudar el alma, se que suena muy místico, dicho de otra manera es conocer el cuerpo del otro desde la mente y para eso se necesita sensibilidad, intuición , creatividad y espontaneidad. Las prisas y el ansia no son buenas compañeras de un spanker. Si cada cuerpo es un cuerpo diferente y se necesita de tiempo para conocer sus resortes, imaginad cada mente. Todos tenemos experiencias con personas las cuales en un principio se presupone que tenemos los mismos gustos, pero después no fluye el asunto y aun teniendo los mismos gustos no hay ningún feeling. Y aún cuando somos totalmente consciente que hay lo que tiene que haber, es mucho mejor ir step by step que dicen los ingleses, forzar la máquina bajo mi punto de vista no es buena idea, es mejor guardarse siempre campo libre, para seguir experimentando.

Por experiencia diría que el truco está en saber que empuja hasta el borde y que rompe las trabas. El deseo de escapar de la responsabilidad es principal de esos resortes, de alguna manera el juego es la sensación de no estar solo frente a un mundo hostil sino vinculado a alguien, que hace que no seas responsable de nada, la moral no es un problema, ya que desde ese momento gobierna la moral del spanker, por lo tanto desaparecen las inhibiciones.

Cualquiera que tenga experiencia sabe, que en un juego, la sexualidad "convencional" es la guinda del pastel, pero no el pastel, el pastel tiene otros muchos ingredientes y para saborearlos se necesita mezclar los ingredientes y elaborar la tarta. Quien busca un juego busca algo más que echar un polvo o llegar al orgasmo, sino para que meterse en estos líos. Así que para colmar esa necesidad, no hay mas remedio que hurgar en esa mente y conocer esos botones y así dar con la combinación exacta que hace que se abra la puerta que nos da acceso a esa desnudez absoluta. De ahí eso que tantas veces me han dicho: "Nunca me he sentido tan desnuda", cuando en realidad, solo una parte del cuerpo estaba realmente desnuda.