A causa de un viaje relámpago de trabajo iba a estar una noche fuera. Salía un jueves por la mañana y volvería el viernes por la tarde.
Hacía unas semanas ya, que ella había empezado con unas molestias e irritación en una mano, el diagnóstico: dermatitis atópica y el tratamiento unas cremas diariamente. Desde el principio, habíamos tenido problemas con la regularidad de aplicación del tratamiento, había días que se lo aplicaba pero días, que no, con todo tipo de excusas infantiles....que si pringan mucho, que si tardan mucho en secar, que si no me gusta el olor. Hasta que tuve que tomar cartas en el asunto y ponerme serio. A la cama con el culo rojo y las cremas puestas y desde ese día, se las hacía poner delante de mi.
Pero claro sabía, que esa noche que iba a estar fuera era la oportunidad perfecta y le tendí una pequeña trampa. Antes de irme escondí las cremas dónde sabía que no buscaría. Aquella noche después de cenar la llamé.
- Hola!!!! ¿Que tal por Valladolid?
- Sin tiempo de nada, acabo de cenar y ya estoy estirado en la cama del hotel ¿Que tal tú día?
- Bien, he podido salir pronto hoy, me h dado tiempo de echar una siesta y bajar a la piscina un rato, que el domingo ya cierran y hay que aprovechar.
- Muy bien ¿Has cenado?
- Me pillas en ello...
Seguimos charlando un rato, mientras cenaba y cuando estuvo, le dije:
- Me está entrando sueño, pero antes ve a por las cremas...
- Pfffff ¿Y si lo dejamos para mañana, cuando estés tú?
- Nena....
- Voy...
Tardó unos segundos en volver y me dijo.
- Hala ya me las pongo ¿Contento?
- Contento estaré mañana cuando te vea.
- Señor me sonroja!!!!
Hablamos 10 minutos más y me fui a dormir. Al día siguiente, reunión hasta mediodía y después de comer a conducir de vuelta. Llegué a casa sobre las 6, ella no estaba, aunque sabía perfectamente que estaría en la piscina de la comunidad. Deshice el poco de maleta, me puse el bañador y pasé por la cocina a por dos cosas, unas cervecitas frías y a ver si las cremas estaban donde las había dejado y en efecto allí estaban.
Me bajé a la piscina y nos reencontramos, me di un baño, nos tomamos las cervezas y cuando ya empezaba a caer el sol subimos a casa. Una ducha rápida para quitarnos el cloro y a hacer algo de cenar. Cenamos tranquilamente, mientras hablábamos de que planes había para el fin de semana, al acabar recogimos y nos estiramos a ver en una serie de esas de crímenes reales que el gustan , vimos un par de episodios y entonces la paré.
- ¿Ya te quieres ir a dormir? ¿Estás cansado?
- No....pero tocan las cremas, va vete a por ellas...
- Pfff mañana por la mañana...ahora estoy super a gusto.
- Nena....
- Pffff
Se levantó resoplando y le di un azote cariñoso...
- Venga va que pareces una niña...
Se fue hacia el botiquín del baño, y la empecé a oír mover cosas...
- ¿Pasa algo Nena?
- Que no sé dónde dejé las cremas!!!!
En ese momento iba para la habitación y también la escuchaba abrir cajones...
- Venga nena que es para hoy...¿No me estarás tomando el pelo?
- No de verdad, que no las encuentro!!!!!
- Pues mira en la cocina.
- ¿En la cocina?
- Si en el armario de la izquierda de la campana...al fondo
Se fue para la cocina...y apareció en el salón,.con las cremas.
- ¿Las ha puesto tú ahí?
- Si....antes de irme
Se puso roja al instante.
- Déjalas aquí -le dije señalando la mesita- y ven aquí .
Nada más hacerlo me levanté, la cogí del brazo y empecé a zurrarle el culo.
- ¿Tú crees que yo soy tonto o me lo parece?
Ella intentaba evitar los azotes que caían con ganas, sólo llevaba unas braguitas y una camiseta y después de un tanga de azotes así de pie paré.
- ¿Sabes, lo que más me molesta? Que me tomases el pelo estando al teléfono, que ni te levantaste del sofá seguro y quisieras hacerme creer que te las estabas poniendo.
- Y tú!!! ¿Me has tendido una trampa? ¿Te parece ético?.
- Te voy a enseñar ética. Date la vuelta!!!!
Sin soltarla y de pie se dio la vuelta.
- Saca bien el culo!!!
Suspiró y se inclinó hacia delante con la mano libre le bajé las braguitas de un tirón y le levanté la camiseta un poco. Al terminar le empezaron a caerle azotes en la piel desnuda, unos minutos más tarde ya empezaba a tenerlo bien rojo y a dar saltos... paré.
- Ese culo bien sacado. Ahora.
Esperé a que lo hiciera y entonces pase mi mano por la piel enrojecida a base de palmadas.
- Creo que hoy, te voy a tener que poner crema en más sitios que la mano.
Al terminar seguí un par de minutos más, hasta asegurarme que se lo ponía rojo como un pimiento maduro. Sin soltarla la conduje hasta frente del sofá y de espaldas a la tele.
- Las manos en la cabeza.
Lo hizo y le subí la camiseta por encima del pecho.
- Las piernas bien abiertas, lo que te permitan las braguitas en los tobillos.
También obedeció, las braguitas en sus tobillos quedaban totalmente estiradas.
- Ahora me voy a sentar a tu lado, me voy a ver un episodio y tú te vas a estar aquí quietecita , castigada sin verlo y así se te enfría algo el culo, porque luego lo voy a volver a calentar, está ha sido por no ponerte las cremas y después vendrá la que te espera por intentar engañarme.
Allí estuvo de pie e inmóvil los 35 minutos del episodio. Al terminar apague la tele y sin levantarme la miré y llevé mi dedo índice a su sexo...
- Vaya, vaya, te portas cómo una niña, pero te mojas cómo una mujer, que paradoja más curiosa
En ese momento mi dedo entraba en su coño y lo metí y saqué una docena de veces. Empezó a suspirar y paré.
- Ve a por el cepillo especial
Suspiró de nuevo, pero no dijo nada. Cuando volvió a aparecer con el cepillo de ébano en la mano, yo había colocado una silla en el centro del salón. Se acercó le pedí el cepillo y la hice colocarse en mis rodillas. Dejé el cepillo en su espalda, para terminar de quitarle las braguitas del todo y entonces le hice separar las piernas, sin derecho q la intimidad.
- Bueno, me da que este año se ha acabado antes de tiempo la piscina para ti, primero porque estás castigada todo el fin de semana y segundo porque cuando acabe, vas a tener el culo bien marcado.
Ya no dije nada más, empecé a castigarla con el cepillo, sin prisas, con dedicación, cubriendo toda la piel de azotes, poco a poco aumenté el ritmo, pero poco, eso sí acabé con una larga y seguida tanda de azotes con el cepillo, en la parte baja de las nalgas. Decidí parar, cuando tenía muy claro, que en un par de días mínimo, no iba a poder ponerse el bikini y se iba a tener que sentar con cojín. Dejé el cepillo encima de su espalda de nuevo y empecé a acariciarle los muslos, y la parte baja de la espalda, pero sin una sola caricia en el culo, cómo respuesta a mis caricias, su piel se erizaba y podía ver sus labios rojos e hinchados y la humedad brillante en su rajita. Así estuve unos diez minutos. Hasta que la hice levantarse le di el cepillo y le dije.
- Déjalo en su sitio y de vuelta, traes, una toalla, las cremas de la mano y el culo y el termómetro.
Al escuchar está ultima palabra, puso cara , pero no dijo nada, imagino que sentía arder y palpitar el culo y sabía que quejarse sólo conseguiría acabar de nuevo en mis rodillas.
Llegó con todo el kit, que le había pedido, primero la toalla que puse en mi regazo.
- Esto es para que no me mojes....cochina.
Se puso roja. Luego le pedí que dejara la crema hidratante y el termómetro en el suelo y se sentara en mi regazo. Lo hizo aunque no sabía cómo ponerse con el culo ardiendo. Le puse las cremas en la mano para la dermatitis y mientras esperabamos que se secarán, empecé a acarciarle los pechos, la camiseta subida era la única prenda en su cuerpo, tenía los pezones duros y se sensibles, después de un rato le hice abrir las piernas y empecé a jugar con mis dedos en su sexo, pero siempre muy despacito, sin acelerar en ningún momento, sólo para tenerla cachonda y así fue hasta que se secaron las cremas de la manos.
Entonces la hice levantarse y colocarse de nuevo en mis rodillas, cogí la crema hidratante y estuve un buen rato masajeandole el culo, con abundante crema.
Cuando paré, abri el estuche del termómetro, mientras lo agitaba, le dije que quería colaboración y eso quería decir que quería que con sus manos agarrase sus nalgas y las mantuviera separadas. Eso hizo, lubrique un poco el termómetro con la misma crema y despacito se lo metí en el culito, hasta la mitad más o menos.
- Aguanta la posición hasta que te diga.
Entonces volví a jugar con mis dedos entre sus piernas,está vez con más vigor, no me costó nada meterle dos dedos, que entraban y salían , mientras con el pulgar hacia circulitos alrededor del clítoris, hasta llevarla casi al orgasmo, pero entonces paré, sin acabar.
- Nena, si te portas cómo una niña irresponsable y mentirosa, no hay placer adulto, es más, el plan de fin de semana es el siguientes.
- Por la mañana, desayunamos con calma, al terminar te daré una lista de tareas, hasta la hora de comer. Después de comer irás a hacer una siesta y al terminar, te irás al despacho y escribirás un relato, uno el sábado y otro el domingo a mano, en el cuaderno.
Luego para hacer tiempo, antes de cenar nos iremos a dar un paseo. Al terminar te ducharé y te vestiré, luego cenaremos y después de cenar cuando yo te lo diga iras a buscar el relato y lo leerás en voz alta de pie y con las braguitas en los tobillos. Cuando termines te pondrás en mis rodillas, miraremos cómo tienes el culo, si está recuperado recibirás una azotaina a mano de recuerdo y si aún no está en condiciones te pondré el termómetro, jugaré un poquito en tu rajita, pero no podrás correrte ¿Está claro?
Al terminar le di un beso en cada nalga y le dije, vete preparando para ir a la cama, que es tarde ya para las niñas. Antes de irse le bajé la camiseta y le puse las braguitas.
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