sábado, 31 de mayo de 2025

Silencio (Por E )


 




Se le acercó con cara de niña buena. Estaba recién levantada y en pijama.


- Daddy... - le abrazó por detrás cariñosa.


- Buenos días Baby, qué tal has dormido?


- Bien...y tú?


- Muy  bien Nena, me he levantado hace nada también. Quieres un café? Acabo de hacer.


- Sí por favor...


Era viernes por la mañana. Ella tenía festivo, pero él debía teletrabajar.


Se sentaron en la mesa de la cocina y comentaron algunas cosas cotidianas, pero no tardó mucho en intentar su objetivo.


- Daddy...


- Dime.


- Me han escrito unos compañeros del hospital...quieren quedar a comer aprovechando que es fiesta, y...


No la dejó terminar.


- Baby, no. Sabes que estás castigada.


- Ya, pero es que tú vas a estar trabajando...


- Y?


- Que me voy a aburrir...


- Un castigo no es divertido Baby, se trata de que aprendas para la próxima vez. No vas a salir en todo el puente salvo que sea conmigo. No hay debate.


- Pero Daddy...- su tono empezaba a sonar infantil.


- Baby, ya. - se levantó intentando zanjar el tema.


- Daddy, piénsatelo al menos...


- Nena, me voy al despacho a trabajar. No hay nada que pensar. Éste puente si sales lo harás conmigo. Punto. La próxima vez seguro que tomas mejores decisiones. 


Ella le dió un manotazo con rabia a la bolsa de pan. No lo tiró, solo lo desplazó unos centímetros en la mesa.


- Ese comportamiento infantil no hace nada más que reafirmarme en mi decisión. Me voy a trabajar.


Ella se quedó enfadada en la cocina con medio café aún por tomar. Quería ir a la quedada. Él iba a estar ocupado hasta l tarde y no quería aburrirse, pero lo veía demasiado firme.


Todo empezó 48h antes. El miércoles después de un día de mucho trabajo decidió que sería buena idea desquitarse volviendo de mal humor y caprichosa a casa. Lo llevó al límite durante toda la tarde y él, después de varias advertencias, reaccionó. Le puso el culo rojo y lo peor, la castigó todo el puente. Nada de salir sin permiso, le escribiría una carta de reflexión sobre su comportamiento y le obedecería en todo sin rechistar. Un castigo severo, pero necesario. Eran ya demasiadas más veces que pagaba con él su mal humor.


Él se encerró en el despacho. No la oyó en toda la mañana. Cerca deas dos salió para preparar la comida y la vió sentada en el sofá, todavía en pijama, perdiendo el tiempo con el móvil.


- Has mirado qué vamos a comer?


- No.


- Qué te apetece?


- Nada.


Eran todos contestaciones cortas y en un tono displicente.


- Nena, es la hora de comer. Llevo toda la mañana trabajando, no te puedes encargar tú?


- No tengo hambre.


- Muy bien. 


Se dirigió a la cocina y sacó un tupper del congelador. Era un guiso de carne de caza que había hecho días atrás. A ella no le gustaba nada, le parecía muy fuerte, pero no estaba para contemplaciones.


Lo puso en la olla y con el fuego bajo lo fue descongelando. Cuando acabó se puso un plato y se fue a la mesa. 


Ella al ver que no tenía nada lo miró sorprendida. 


- y yo??


- Me has dicho que no tenías hambre.


- Así funciona esto ahora?? Tú por tu cuenta y yo por la mía? - empezaba a gritar.


- Nena, baja la voz.  


- Eres un egoísta!


- Controla esa boca Baby. En la cocina tienes guiso en la olla. Cuando tengas hambre te pones un plato.


- Sabes que no como eso!!


- Pues mira a ver qué quieres. Y controla esa actitud que no me está gustando nada.


Dió un pisotón en el suelo y se fue a la cocina. Se hizo un sándwich rápido de jamón y queso y se fue a la mesa con él. 

Era una sensación rara, de amor-odio...estaba rabiosa con él pero a la vez quería estar cerca. 


Se lo empezó a comer en silencio, pero con bastantes aspavientos. Se quería hacer notar.

Él la conocía perfectamente. Y hasta le hacía gracia esas formas infantiles, pero no sé lo iba a dejar ver.


Cuando acabó se cruzó de brazos enfadada. 


- Has acabado?


- Sí.


- Pues lleva el plato a la cocina y mételo en el lavavajillas Baby.


- También me vas a decir cómo tengo que recoger? - otra vez con esa subida de tono...


Ella se levantó bruscamente y él aprovechó y la cogió de la muñeca.


- Me parece a mí que alguien necesita una siesta ahora. Ve a la cocina, recoge tus cosas y vienes que te voy a acostar un rato.


- No!! No quiero siesta Daddy!!


- No te he preguntado lo que quieres... está claro lo que necesitas. Obedece.


Se fue a la cocina enrabietada. Sin embargo notaba una humedad delatadora en su sexo. Esa autoridad serena pero inflexible la excitaba y mucho, aunque su cabeza luchará para aceptarlo.


Recogió sus cosas en la cocina y volvió con él. Ya había acabado de comer, así que se levantó, la cogió de la mano y la llevó al dormitorio. Abrió la cama y le indicó que se metiera.


- Duerme un rato y en una horita vengo a por ti, de acuerdo? Dame el móvil.


Más dócil está vez se lo dió. La arropó bien y le dió un beso en la frente.


- Descansa un poco Baby.


Allí la dejó con todos esos sentimientos alborotando su cabeza y su cuerpo. Se sentía segura y protegida, y ese marco le permitía sacar sus sentimientos y sus necesidades sin miedo al juicio.


Consiguió dormirse. Un rato después notó una mano cariñosa.


- Baby... Son casi las seis. Llevas más de dos horas aquí. Despierta o está noche no dormirás...


Ella se agarró cariñosa a su mano.


- Daddy...


- Vena Nena, arriba. Tienes tareas pendientes...


- Mañana...


- No Baby. Hoy.  Levántate, lávate la cara y empieza. 


- No.... - remoloneaba en la cama.


- No lo digo más. Tengo que acabar unas cosas, me llevará media hora. Si cuando vuelva no estás haciendo la tarea tendremos problemas.


Se levantó y se fue. 

Ella tardó un poquito, pero se levantó. Se lavó la cara y se fue al salón. Allí vió preparado en la mesa un cuaderno y un boli. Sabía de sobra lo que tenía que hacer, pero si orgullo era demasiado terco a veces.


Pasaron diez, quince, veinte minutos y nada. No era capaz de empezar. 

Se sobresaltó cuando escuchó abrirse la puerta del despacho y sus pasos acercándose.


Se le acercó por detrás y le dió un beso en la cabeza.


- Ya estoy libre Baby! Empieza el fin de semana por fin!


Se fue a la cocina y volvió con agua.


- Quieres?


- No. - otra vez ese tono de pataleta de la mañana.


Decidió ignorarla y se sentó en el sofá.  

La veía dando vueltas al boli sin escribir nada.


- Nena, llevas ahí más de media hora. Empieza a escribir.


- Por qué Daddy?? Ya me has castigado y esto no es necesario!!


- Lo que es necesario o no lo decido yo, empieza que estás acabando con mi paciencia.


- No me sale! - y se cruzó de brazos 


- Por eso precisamente es necesario. Una parte importante de estos es aprender a controlar tu orgullo Baby. Cuando te equivocas tienes que saber reconocerlo y pedir perdón. Y vas a estar ahí sentada hasta que lo hagas. Me has oído?


No dijo nada. Miró hacía el suelo enfadada pero no sé atrevió a contestar. 


Él puso la tele un rato y la dejó margen, pero ese día las cosas no estaban fluyendo bien. Cada vez se sentía más enrabietada y necesitaba llevarlo al límite. Hacerlo saltar, aunque luego acabará llorando.


Pasó una hora, luego dos y él empezó con su rutina de ducha, pero antes se acercó a ella, la cogió de la cara para mirarla a los ojos y le dijo 


- Mira Baby, esto es muy fácil. Aquí hay unas normas que ambos aceptamos. Tú necesitas supervisión y yo me encargo de hacerlo, para lo bueno y para lo malo.

El miércoles te comportaste como una niña pequeña malcriada y por eso estás así. Si decides seguir portandote así el castigo seguirá. Daddy está aquí para poner unos límites claros. Piensa bien cómo quieres acabar la noche.


Se metió en la ducha confiando en tener la fiesta en paz. 

Cuando salió la vió escribiendo algo y se relajó.

Fue a cambiarse y volvió al salón. 

La vió ya con el cuaderno cerrado y el boli encima.

Se sentó en el sofá y la llamó.


- Coge el cuaderno y ven aquí.


Se acercó demasiado rápido...


- Bien, empieza a leer.


- El miércoles tuve mucho trabajo y llegué a casa muy cansada. Daddy venía de jugar al baloncesto con amigos y no me había hecho caso en todo el día. 

En la hora de la cena me preparó algo a sabiendas que no me gustaba y se enfadó porque no me lo quise comer, y no me dejó comerme un vaso de leche con galletas. Todo eso me hizo enfadas y se lo hice ver. Como no le gusta que le lleven la contraria me quiso mandar a la cama a las diez como si fuera una niña. Yo no quise y acabó castigandome con unos azotes. 

Fin. 


Al acabar de leer se lo quedó mirando desafiante. Estaba claro que le estaba buscando las vueltas.


- Eso es lo que pasó el miércoles? - le preguntó tranquilo 


- Sí Daddy. - respuesta un poco altiva 


- Creo que no has reflexionado lo suficiente...pero no te preocupes, queda mucho puente por delante. 

Ponte el pijama y a la cama.


No era la respuesta que buscaba. Eso la descolocó un poco.


- A la cama no Daddy...


- Sí. Vas a cenar rápido y a la cama. Parece que necesitas pensar más.


- Daddy...


Él se levantó y se fue a la cocina. Le hizo una Tortilla francesa con un poco de verdura. Lo puso en un plato y lo llevó a la mesa del comedor.


- Cómete esto, te lavas lo dientes y a la cama. 


- Daddy...son las nueve...


- Obedece y en silencio. No quiero oír más tonterías.


Estaban siendo días intensos de tira y afloja. Él sabía que todo eso se cortaría más rápido con unos azotes, pero quería hacerla ceder. Quería jugar con su mente.


Ella un poco desconcertada obedeció. Cenó, se lavó los dientes y se fue a la cama. Le costó un poco pero al final se quedó dormida. 


A l mañana siguiente se despertó pronto. Él seguía durmiendo. 

Hizo café y se subió a la terraza con la luz de la mañana.

Él le daba seguridad. Sentir que él tenía la última decisión le quitaba mucha presión aunque a veces le costará admitirlo. 

Se levantó serena y tranquila, pero tremendamente excitada.


Unos minutos después subió él con otro café. 


- Buenos días Baby...has dormido bien?


- Sí, Daddy...muy bien... Y tú?


- Yo también Nena...


Estaban sentados cada uno en una hamaca reclinable. 

Ella se levantó y se sentó a su lado.se acercó a su boca y le dió un beso largo y sensual.


- Mmmm... tenía ganas de que despertarás Daddy....


- Ah sí?? Y eso? - le puso su mano en el lateral del culo.


- Porque me he despertado con ganas...


- Con ganas de qué, Baby?


- De jugar un rato...- y empezó a pasar su mano por su pecho de forma juguetona...


Él metió su mano por la camiseta y empezó a acariciarle la espalda.


- Estás calentita Baby?


- Sí... - y bajó su mano hasta sus partes más íntimas por encima del pantalón.


Él vió el momento perfecto y sin brusquedad, pero serio le apartó la mano y le dijo 


- Antes tienes unos deberes por hacer...


Ella volvió a tocarlo por encima del pantalón insistiendo.


- Luego Daddy... ahora quiero jugar...


- Y yo también quiero, pero tienes una tarea pendiente, así que se buena, hazla pronto y jugaremos...


Era el tercer día castigada. Estaba cachonda y no poder salirse con la suya la enfadó más. Sin pensárselo dejó el café dando un golpe, saltó el líquido y se mancho parte de su pijama.


Ahí sí que reaccionó.


- Se acabó Nena, esto se acabó. 


Se levantó, la cogió del brazo, se la tumbó en sus rodillas y ahí mismo, en la terraza empezó a azotarla.


- Contigo no funciona otra cosa Baby! Pero ya verás tú lo suave que te quedas hoy. Vas a ir recta como un palo!! 


De un tirón le bajó el pantalón cortito del pijama y las braguitas.


- Daddy! Aquí no!! Me van a ver....!!


- A lo mejor es lo que necesitas! Un poquito de vergüenza para que aprendas a obedecer. Que sepan los vecinos que a ti edad todavía hay que calentarte el trasero como a una niña!


Los azotes resonaba en toda la terraza. Él sabía que por dónde estaban no los podían ver, pero el ruido sí se escucharía, aunque era pronto aún.


- Daddy por favor...me van a ver, Daddy... - intentaba taparse.


- Quita las manos Baby. Que te vean y sepan que eres una caprichosa. No te tapes!!


Siguió con la azotaina a mano un buen rato. Ella tenía casi más roja la cara que el culo.


- Levanta!


Se levantó avergonzada e intentó taparse su intimidad. 


- Las manos a los lados.


- Daddy, me van ver....por favor...


- Pues que te vean! Las manos fuera. 


Él se levantó y empezó a dar vueltas a su alrededor.


- A esto tenemos que llegar Baby? Tres días castigada y aún con insolencias y provocaciones?


Ella intentaba desaparecer del mapa.


- En casa funciona la disciplina doméstica, verdad? Y eso es algo que acordamos los dos, por lo tanto, hasta que alguno de nosotros decida romper el trato esto va a ser así. Yo te cuido, pero eso implica que yo tengo la última palabra. No es así!


- Sí Daddy...


- Quieres romper el trato?


- No...


- Pues entonces se acabó! Basta ya de provocaciones y de tonterías! Daddy manda y tú obedeces. Está claro?


- Sí Daddy...


- Bien, pues baja y traeme la zapatilla y el plug.


- Daddy aquí no por favor....


- Obedece!


Resignada bajó y subió poco después con lo que le había pedido 


- Túmbate sobre mi pierna izquierda a horcajadas.


Se tumbó con una pierna a cada lado de la suya. Es posición la dejaba muy expuesta. Enseguida vió el brillo entre sus labios.


- Dame el plug y el lubricante.


- Daddy...


- Te da vergüenza?


- Sí...


- Debería!!


Cogió el lubricante y embadurnó bien la cabeza del plug. Le separó un poquito las nalgas y se lo acercó a su orificio más íntimo.


- Relájate Baby y deja que te lo ponga. Vamos.


Empezó a hacer fuerza de forma suave pero constante hasta que consiguió pasar esa primera barrera. Aguantó ahí un poquito y luego ya se lo introdujo del todo 


- Para qué es esto Baby?


- Para qué recuerde a quién pertenece mi culo Daddy...


- Bien...cuando estás así sueles ser más obediente Nena... Ahora dame la zapatilla.


La cogió del suelo y se la acercó.


- Vamos a calentar bien este culo travieso a ver si tenemos el fin de semana en paz....


Los golpes de la zapatilla empezaron a sonar. Ahora sí inundaban toda la azotea. No los podían ver, pero el ruido era un poco extraño para los no iniciados. 

Está vez no le importó. Muchos vecinos estaban fuera y ella necesitaba un escarmiento.


Se empleó bien. Su culo cada vez estaba mas y más rojo. Se movía algo, pero en esa posición no podía hacer mucho movimiento porque se desestabiliza a enseguida.


- Ya Daddy....ya...- lloriqueaba mimosa


- Vas a aprender a obedecer?


- Sí Daddy...


- Y a no buscar siempre las cosquillas Nena?


- Sí...


- Cuando estás castigada no quiero desafíos y malas contestaciones, de acuerdo?


- Sí, Daddy...lo prometo...


- Ya he oído esas promesas antes Baby. 


Cada vez le costaba más aguantar. Se agarraba fuerte a su pierna. Él ya vió el momento de parar.


- Suficiente Nena o tengo que seguir?


- Suficiente Daddy....


- Seguro?


- Lo prometo...


- Vas a ser buena?


- Sí...


- Y qué vas a hacer ahora?


- Escribir la carta de reflexión Daddy...


- Muy bien Baby....muy bien...- ahí le acarició un poco su culo dolorido.


- Quiero que te levantes y te pongas en ese rincón con la nariz bien pegada a la pared y el culo rojo bien expuesto. Quiero que pienses bien y luego me lo dirás tú misma. Entendido?


- Daddy...me van ver... - ella no sabía que en esa zona era imposible y él quería aumentar su vergüenza, así que no se lo dijo.


- Me parece muy bien Baby, que vean qué pasa en casa cuando te portas mal. Quiero ese culo rojo al aire para que todos los vean, vamos. 


Se colocó muy avergonzada. Bajaba la cabeza intentando desaparecer. Él disfrutaba de la escena, pero ella no podía negar que también. Notaba su sexo empapado. 


Él esperó unos quince minutos y la llamó. Ella se colocó delante de él. Su lenguaje corporal era otro. Dócil, avergonzada y mimosa... La mezcla perfecta.


- Te escucho Baby.


- Daddy...siento mucho haber pagado contigo mi mal humor del miércoles. No es justo y fue infantil y caprichoso por mi parte ...


- Muy bien Baby. Ahora sí. Está reflexión si me ha gustado. 


Llevó ambas manos a sus nalgas. Estaban bastante calientes.


- Tengo que ponerte así para que ese orgullo baje Nena? 


No dijo nada, solo bajó la mirada avergonzada.


- No pasa nada... Daddy está aquí para enseñarte, y haré esto las veces que lo necesites Baby. Y sabes por qué?


- Sí...


- Dímelo 


- Porque te preocupas por mi Daddy...


- Eso es Nena... Daddy te cuidas y te enseña, y a veces te tiene que castigar para controlar eses carácter...


- Gracias Daddy...


- De nada Baby. Date la vuelta, déjame ver ese culo.


Se giró dejando sus nalgas rojas a la vista.


- Esto va a molestar unas horas Baby... Ponte a cuatro sobre las hamaca que voy a inspeccionar otra cosa...


- Daddy....no....


- Vamos Nena, obedece... Daddy va a inspeccionar tu coñito. Quieres saber lo cochina que has sido.


Solo con oírle sintió de nuevo más humedad entre sus piernas. Sabía que encontraría su coño empapado y eso le daba una mezcla de vergüenza y excitación.


Se colocó a cuatro.


- Apoya la cabeza Baby, abre bien las piernas y deja a Daddy comprobar...


La tenía completamente expuesta. Ella pensaba que además de él podría verla más gente, lo que la perturbaba más.

A simple vista se veía el plug en su culo y sus labios rojos, hinchados y empapados...


- Nena...eres una descarada!! 


Cerró instintivamente las piernas.


- Bien abiertas!! Vamos! Déjame ver bien tu coñito!


Se abrió dejándole disfrutar del espectáculo.


Él acercó su mano y comprobó cómo resbalaban entre sus labios


- Estás empapada Nena... Eres una niña muy, muy cochina...


Metió Dos dedos que entraron solos, y luego un tercero. El ruido del chapoteo era evidente.


Ella cada vez estaba más y más cachonda... Suspiraba y movía sus caderas en una invitación a jugar más.


- Crees que te mereces que Daddy te folle...?


- Por favor....


- Has sido una niña mala Baby...


- Daddy...por favor, lo necesito...


- Qué necesitas Baby?


- Sentir tu polla en mi coñito con el plug puesto....


- Mmm... estás cachonda Baby?


- Mucho Daddy...por favor....


Le escuchó quitarse la ropa y enseguida notó su polla dura acercándose a su coño. La penetró hasta el fondo de una. Se escuchó un jadeo de alivio.


- Sólo una condición Baby. No puedes hacer ruido. Ni un solo jadeo más o paró de inmediato. De acuerdo?


- Sí Daddy....lo prometo.


Y así empezó a follarla, sintiendo su coño y su culo llenos a la vez mientras se tapaba la boca para no incumplir su promesa. 

No tardaron mucho en correrse los dos,  acabando exhaustos después de un inicio de mañana muy intenso....


Ambos se quedaron un rato descansando en la hamacas y luego el día continuó...aún quedaba 36h de castigo, que seguro que daban mucho juego....


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