domingo, 2 de marzo de 2025

La entrega de premios

 



El sábado por la noche teníamos que asistir a una entrega de premios de arquitectura y diseño, mi empresa patrocinaba parte del evento y era un plan genial. Cena, fiesta y noche en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad. Además era una cena de gala, dónde estaría lo más granado del gremio.

Ya días antes empezamos los preparativos, ella se compró un precioso vestido blanco y negro para la ocasión y yo de traje cómo estaba mandado.

Decidimos ir en taxi, más cómodo y sin líos. Así que a la hora prevista y vestidos para la ocasión llegamos para el cóctel de recepción.

Evidentemente había muchos compañeros y clientes y durante el cóctel fuimos haciendo las presentaciones y las convenciones sociales que se supone en este tipo de actos.

En un momento determinado, me fijé que en apenas media hora desde que habíamos llegado se había tomado un par de Martinis, con discreción le dije al oído.

- ¿Quieres decir que no vas muy rápido?

- No seas aguafiestas, así me desinhibo que yo no conozco a nadie, además te gusta que me desinhiba.

Sonreí y le di un beso.

Un rato después ya en la mesas, vinieron los discursos de bienvenida y cenamos, nos tocó una mesa con los compañeros, que alguno ya conocía y fue más sencillo y divertido.

Después de la cena, toda la ceremonia de entrega de premios, agradecimientos y demás, la parte quizás más pesada del evento y al terminar empezó la fiesta, barra libre, música y diversión, hasta que el cuerpo aguante. 

Yo iba compaginando el estar con ella y las inevitables relaciones sociales que se dan en estos actos. Hacía ya un buen rato que había empezado la fiesta y yo estaba en la barra, con un cliente muy pesado que no sabía cómo quitarme de encima, cuando miré para la pista y la vi a ella junto con otras dos chicas bailando muy sensualmente alrededor de una columna, con una copa en la mano y vi la oportunidad de librarme del cliente pesado.

Me fui para allá, le di un beso, la cogí de la mano y le dije al oído.

- ¿Me acompañas fuera un momento? 

- Vale, pero voy a por otra copa..

La cogí de la mano y fuimos para la barra, pidió otra copa y salimos un momento fuera del hotel. 

Allí me senté en un pequeño muro, me saqué el habano que nos habían regalado y lo encendí, hacía un tiempo que había dejado de fumar, pero un día es un día y más un buen habano.

- ¿Te lo estás pasando bien?

- Genial...de hecho en nada vuelvo dentro a bailar....eso sí me están matando estos tacones.

- ¿Dame un trago de la copa?

Me acercó la copa, le di un sorbo y al terminar, la tiré en la jardinera.

- ¿Que haces? !!!!

- Nena, ya es suficiente ¿No crees? 

- Pffffff lo estoy pasando genial no es el momento de hacer de padre!!!!

Con mucha calma y si alterarme intenté razonar con ella.

- Nena, esto está lleno de compañeros y clientes y no quiero ser la comidilla en el trabajo, ya vas bastante contentita y hay que saber parar, si estuviéramos entre amigos, me daría igual, pero ya vale, se te empieza a trabar la lengua...

- Paso, me voy para dentro y me voy a pedir otra.

Se dió media vuelta y entró de nuevo en el hotel. Yo me quedé tranquilamente acabando el habano.

Unos 20 minutos más tarde entré y entré pensando que igual había pecado de excesivo y que total se estaba divirtiendo, pero la idea se me pasó de inmediato al verla con otra copa en la mano, bailando y sin los zapatos, me fui para ella y con disimulo le dije al oído.

- ¿No te había dicho, que eran suficientes copas? ¿Y los zapatos?

- En la barra y estoy bien.

La cogí de la mano y le dije. 

- Vamos a por los zapatos y a la habitación y no te lo voy repetir....

Le di un pequeño tirón y me siguió...

- Valeee, ya me porto bien...

No dije nada, llegamos a la barra, le cogí la copa, la dejé en la barra 

- Ponte los zapatos

Lo hizo y con disimulo nos escabullimos, por suerte sin cruzarnos con nadie conocido.

Pasamos por recepción y nos montamos en el ascensor. Al cerrarse la puerta me dio un beso y me dijo.

- Reconozco que me pones mucho, cuando te pones serio...

La miré serio y no contesté, me volvió a besar y a medio beso se abrió la puerta del ascensor, había un largo pasillo de moqueta azul, hasta la habitación y volvió a quitarse los zapatos. Andamos unos pocos metros, ella llevaba los zapatos en la mano derecha, entonces la cogí del brazo y allí en el pasillo le di un par de cachetes en el culo, que la pillaron de sorpresa.

- No me gusta tener que repetir las cosas y si te digo que es suficiente, es por un motivo lógico. 

Se hizo el silencio, llegamos a la puerta, metí la tarjeta y entramos. Nada más entrar, me quité la americana y me desaflojé la corbata. Ella se había sentado en la cama, la cogí del brazo, la levanté y la llevé hasta un sillón de cuero de una plaza, frente a el, le di un par de azotes más.

- Súbete de rodillas al sillón

Lo hizo, 

- Pon las manos sobre la cabeza y la espalda recta. 

Resopló, pero un par de azotes más fueron suficientes para que obedeciera, entonces le intenté levantar el vestido, pero volvía a caer, así que le cogí las manos y se las puse detrás de la espalda para que sujetase el vestido levantado, conseguido, y sin pensarlo, le bajé los pantys negros y la braguita brasileña de encaje negro hasta por encima de las rodillas, la agarré con mi brazo izquierdo por delante de la cintura y empecé a darle una serie de azotes con la mano directamente sobre el culo desnudo, azotes rápidos y seguidos durante un par de minutos. 

- Ahora mientras me desvisto, quiero que pienses, en una situación contraria, si en una cena a la inversa, yo la lío cómo tú y si te hubiera hecho gracia. 

No dijo nada se quedó en la posición de rodillas sobre el sillón, mientras que quitaba la corbata y la camisa, al quitarme el pantalón , me desabroché el cinturón procurando hacer ruido al hacerlo y lo puse en sus pantorrillas. Entonces le cogí los brazos, haciendo que los apoyará sobre el respaldo del sillón, le cogí la cintura y estiré de ella hacia atrás para dejarle el culo bien ofrecido, puse mi mano derecha en la parte baja de su espalda y de inmediato, llevé los dedos de mi mano derecha entre sus piernas.

- Vaya...¿esto es también efecto del alcohol o es el calorcito del culo?

Empecé a jugar con mis dedos en su sexo, rozando los labios, pasando un dedo por la rajita, buscando el clítoris hinchado, haciendo círculos alrededor, poco después dos dedos entraban y salían de su sexo, cada vez más rápido y empezó a gemir y moverse, entonces paré de repente, cogí el cinturón doblado, me separé un poco y le di una veintena de azotes con el cinturón de cuero negro, rápidos y seguidos, que dibujaron en su piel unas franjas rojas, al terminar lo volví a dejar sobre sus pantorrillas y empecé de nuevo a jugar con mis dedos entre sus piernas...despacio y sin prisa aumentando el ritmo poco a poco, hasta llevarla casi al orgasmo y entonces, tomé de nuevo el cinturón y le volví a dar un par de docenas de azotes con él. 

Al terminar, tiré el cinturón a la cama. La ayudé a levantarse. La llevé sujeta del brazo hasta justo delante de un espejo de cuerpo entero, allí le hice apoyar las manos en la pared, inclinada y mirando al espejo. Le levanté el vestido otra vez, le acabé de bajar las medias y las braguitas hasta los tobillos, me quité los bóxer y empecé a pasar mi polla entre sus labios, la sujeté de la cintura y allí frente al espejo con el culo rojo, la poseí con fuerza viendo su cara reflejada en el espejo.

No que decir que dormimos como angelitos aquella noche. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>