Eran ya las ocho de la tarde cuando llegó a casa. Había ido a tomar algo con los compañeros de trabajo para empezar bien el fin de semana.
Ella lo esperaba en el sofá. Estaba ya en pijama y jugueteando con el móvil.
- Hola Baby, ya estoy en casa.
- Hola Daddy... qué tal las cañas? Te has divertido?
- Sí, ha sido agradable! Y tú? Has hecho algo?
- Algo de qué?? - lo dijo en un tono un poco agresivo.
- Algo, Baby... Que si has visto la tele o has leído algo?
- Ah, no...solo he estado aquí..
- Toda la tarde?
- Es viernes!! - de nuevo el tono agresivo y una mirada de enfado
- Y ese tono?? Relájate que solo estoy hablando contigo, de acuerdo?
Ella lo miró con ojos aún de enfado, pero no dijo nada.
Él fue a la habitación a cambiarse. Ya sabía lo que pasaba, y es que ese fin de semana iba a tener que trabajar otra vez en la charla de la siguiente semana y llevaba varios seguidos.
La volver al salón se sentó junto a ella y empezó a acariciarle los pies.
- Nena ... Sé que estás cansada, pero es viernes. Vamos a relajarnos y mañana será otro día, vale?
Asintió resignada y se dejó mimar un rato, pero sentía enfado por dentro. Se metía en mil jaleos que le llevaban mucho tiempo y nunca aprendía para la siguiente.
Media hora después él se levantó para irse a la ducha. Al acabar pasó por el salón.
- Qué te apetece cenar?
- Nada...ya he comido algo al venir.
- Seguro? No me cuesta nada hacerte algo...
- Que no Daddy...que no tengo ganas.
No tardó en prepararse algo de comer. Cenó a su lado y empezaron a ver una película.
A los quince minutos de empezar ella se levantó y se fue a la cocina. Volvió con un paquete de galletas.
- Tienes hambre Nena?
- Un poco
- Y no sería mejor que te comieras algo más nutritivo?
De nuevo esa mirada asesina. Lo ignoró por completo y se sentó en el sofá.
Él lo dejó estar, pero veía cómo cogía una galleta tras otra sin ninguna intención de parar.
Acercó su mano y le quitó el paquete.
- Suficiente por hoy, no crees?
- Dame eso!
- Nena...
- Dame las galletas!
- No! No te doy las galletas y te vas a calmar ahora mismo! Entendido?
Se lo quedó mirando desafiante durante unos segundos para luego levantarse y dirigirse a la cocina. Al volver llevaba el otro paquete de galletas de la caja aún sin abrir.
Él ya veía el finde semana que le esperaba y decidió cortarlo de raíz.
- Ni se te ocurra abrir ese paquete.
- Pues dame el que está abierto!
- Baby, he dicho que no hay más galletas por hoy. Si tienes hambre te hago una tortilla francesa, pero esto se acabó!
- Dámelo!!
- Baja el tono si no quieres que te envíe ahora mismo a dormir!
- O me lo das o abro éste!! - puso su mano en la cinta para abrir el paquete nuevo.
- Dame eso ahora mismo. Cuento hasta tres. Una... Dos...
Normalmente eso servía para disuadirla, pero estaba especialmente cabezona y caprichosa y tenía ganas de explorar límites, así que antes de que pronunciará el tres tiró de la cinta y abrió el paquete nuevo.
Sin pensárselo ni un momento se fue a por ella. Forcejeó unos segundos, pero enseguida consiguió quitarle el paquete. Lo llevó a la cocina sin soltarla de la mano y directamente la llevó a la habitación.
- Así quieres empezar el fin de semana? Muy bien. Tú lo has decidido!!
Se sentó en la cama y de un tirón la tumbó sobre sus piernas. Ella forcejeó un poco, pero enseguida sucumbió ante su fuerza.
Una lluvia de azotes empezó a caer en su trasero. Fuertes desde el principio para cortar bien la pataleta.
Intentaba protegerse con las manos pero enseguida se las bloqueó.
- Qué son estos modales Baby? Desde cuándo eres tan desafiante y caprichosa??
Los azotes seguían cubriendo bien cada centímetro de sus nalgas. Empezaban a picar y ni tan siquiera le había bajado el pantalón del pijama.
- Pero Daddy te conoce bien y sabe cómo calmar estos arrebatos! El culo bien rojo y como nueva!
- Daddy... Ya, por favor...- empezaba a lloriquear.
- Levanta!
Torpemente se puso de pie delante de él. En su cara había vergüenza. No era capaz de mirarlo a los ojos.
- Mírame.
Apenas le aguantaba la mirada unos segundos.
- Explícame tu actitud de antes, por favor.
Verlo así, calmado y serio, le hacía ser más consciente de su comportamiento inmaduro e injustificable.
No pudo decir nada.
- Nada que decir?
De nuevo la callada por respuesta.
- Muy bien. Ven aquí.
La acercó a él tirando de sus caderas. Enseguida llevó sus manos a la cinturilla del pantalón y le empezó a bajar la ropa. Los pantalones en el suelo y detrás las braguitas, que dejó a medio muslo.
La miró para incrementar su nivel de vergüenza y le dió media vuelta
- A ver cómo está de rojo...
Podía ver dos zonas rojas en sus nalgas de los azotes anteriores
La volvió a poder de frente y de nuevo a sus rodillas.
Un ruido más escandaloso empezó a inundar la habitación. El piel con piel no ofrecía dudas.
- Vas a aprender a gestionar el estrés y el enfado de una manera adulta o acabarás así muy a menudo! Me has entendido?
- Daddy...ya, por favor...
- No! Daddy no va a permitir estás tonterías!
- Duele...
- Y más que va a doler!
La tuvo así al menos dos minutos más seguidos hasta ponerle el culo bien caliente. A él le empezaba a picar la mano, así que hizo un pequeño descanso.
Tenía el culo de un rojo intenso. La oía respirar fuerte mientras se agarraba al nórdico con sus manos.
Estuvo un rato en silencio, con su brazo izquierdo sobre sus muslos.
- Última vez que me desafías así, queda claro?
- Sí Daddy...
- Algo que decir?
- Lo siento mucho...- su voz sonaba ya a rendición. Suave y mimosa.
- Esto no ha terminado.
- Daddy...
- Levántate y ve a por la paleta de madera.
- No...- era un no con la boca pequeña...la fuerza del principio se había desvanecido.
Un par de azotes fuertes la hicieron reaccionar.
Se levantó y fue al despacho a buscar el instrumento. Al volver cabeza baja, mirada al suelo y las orejas rojas.
Él le presentó la mano para que se lo diera y ella obedeció, y sin más indicaciones se tumbó en su regazo de nuevo.
- Si Daddy dice que se acabó el comer galletas tú qué debes hacer?
- Obedecer...
- Y es lo que has hecho?
- No, Daddy...
- Qué has hecho? Dímelo.
- He contestado mal...
- Solo eso?
- No...
- Dile a Daddy cómo te has portado?
- Cómo una malcriada desafiante...
- Y eso está bien Baby?
- No...
- Y qué tiene que hacer Daddy cuando te portas mal?
- Castigarme... - cada vez costaba más oírla.
- Por qué?
- Porque Daddy me cuida y quiere que aprenda a controlarme mejor ...
- Eso es Baby...pero desgraciadamente solo aprendes por las malas, no es así?
- Mmmm...- la vergüenza era ya muy intensa.
- Contesta! - le dió flojito con la paleta.
- Sí Daddy...
- Abre un poquito las pierna.
Obedeció entregada.
Él llevó la mano a su coñito. Tal y como presumía, estaba empapada.
- Qué es esto señorita??
Se tapó la cara con la mano.
- Te estoy castigando por hacer una pataleta y te pones así?? No, esto no funciona de este modo Baby! Levanta!
Se levantó de nuevo y a continuo hizo él. Fue al baño y enseguida volvió con unas toallitas húmedas en la mano.
Se sentó en el mismo sitio y se la volvió a poner sobre sus piernas
Cogió un par de toallitas y la secó bien.
- Volveré a comprobar cuando acabe, y si te mojas de nuevo dormirás con el culito lleno, aviso.
Cogió la paleta y le dió media docena de prueba.
- Que sea la última vez que te comportas así! No quiero niñas malcriadas en casa!.
Reanudó la azotaina sobre su culo ya dolorido. Intentaba aguantar pero empezaba a costarle estarse quieta.
Él la ayudaba sujetándola.
- Y este fin de semana vas a controlar ese genio! Hay que trabajar y no queda otra, así que a asumirlo y a llevarlo con calma.
Estuvo un buen rato castigando su trasero. Paró cuando la vio calmada por dentro. Tenía el culo ardiendo, pero no quedaba ni rastro de ese carácter provocador del principio.
Ahora sí le acarició el culo.
- Suficiente Baby?
- Sí Daddy...
- Vas a controlarte y a portarte bien?
- Sí... Lo prometo...
- Lista para ir al rincón un rato Baby?
- Sí Daddy...
Delicadamente la levantó y, de la mano la llevó al rincón. Ahi la colocó con la nariz pegada a la pared, las manos en la espalda y las braguitas a medio muslo dejando a la vista el culo en llamas.
- Quiero que reflexiones sobre tu comportamiento de esta noche y ahora Daddy viene en un rato a por ti.
La dejó pensando al menos quince minutos. La norma era que en el rincón no podía despegar la nariz de la pared ni sobarse el trasero.
Pasado el rato lo escuchó entrar. Se la acercó por detrás y empezó a acariciarle el culo.
- Lista para pedirle perdón a Daddy?
- Sí...
- Bien, ven aquí.
La sacó del rincón tirando suavemente de su mano. Se volvió a sentar en el extremo de la cama y la puso de pie delante.
- De rodillas Baby.
Lo obedeció y se puso de rodillas para mirarlo a los ojos.
- Te escucho.
Tardó un poco en empezar a hablar. Estaba roja y miraba al suelo. Él sabía que esa parte para ella era casi peor que los azotes, pero era la nueva norma. Tras cada castigo debía reconocer en voz alta su mal comportamiento y pedir perdón.
- Hoy he sido maleducada y desafiante y lo siento mucho Daddy.
- Y por eso te he tenido que calentar el culo Baby?
- Sí...- apenas se la oía.
Él le levantó la cara empujando delicadamente por su barbilla hasta hacer contacto visual.
- Repite más alto Baby.
- Sí Daddy...
- Queda una cosa.
Lo miró sorprendida.
- Aquí Baby.
Se señaló su regazo.
Se tumbó de nuevo un poco desconcertada, hasta que notó sus manos separando un poco sus piernas.
Enseguida siento un dedo inspeccionando su intimidad.
- Mmm...no hay manera...
La levantó de sus piernas.
- Ponte sobre la cama con el culo bien arriba Baby.
- Daddy...
- Obedece
Se puso como le dijo. Apoyada en sus rodillas con el culo elevado y su cara sobre la cama esperando.
Enseguida notó el frescor de las toallitas sobre su sexo hinchado. Los azotes, el rincón, los regalos, y la verde tener que pedirle perdón y reconocer sus faltas la excitaban de manera muy intensa
- Cuando te portes mal no te voy a premiar Baby. Si te comportas como una niña maleducada e impulsiva lo único que vas a conseguir es acabar castigada.
Te dije antes que si te volvías a mojar dormirías con el culo lleno y Daddy no amenaza en balde, así que relaja el culito Nena.
Notó un líquido frío entre sus nalgas y su dedo esparciendo bien el lubricante por fuera y por dentro de su orificio más íntimo.
- Daddy va a disfrutar de su premio por todo el trabajo que me das, pero no tienes permiso para tocarte, me has oído?
- Sí Daddy...
- Lista Baby?
- Sí...
Acercó su polla a su culo y de forma firme, pero delicada empujó hasta vencer la resistencia inicial. Cuando consiguió estar dentro se quedó ahí un poquito.
- Parece que ésta sea la única manera de que duermas tranquila Baby...voy a tener que plantearme calentarte el culo cada día al llegar de trabajar...
- Daddy... - sonaba más melosa...
- Qué Baby?
- Me relaja que tomes el control...
- Lo sé...
- Y me excita....
- También lo sé, pero hoy no hay premio para ti...
Y así empezó a follarla el culo en esa posición tan entregada... La notaba excitada y con ganas, pero esa noche no. La disciplina va primero y quería tenerla bien suave todo el fin de semana...
Él cada vez estaba más cerca del orgasmo y ella lo sabía.
- Baby me voy a correr...
- Sí, Daddy... córrete dentro de mi...
- Sí, Nena...eres mia...
Y así alcanzó el climax, dejando su huella en su interior y obligándola a controlar su deseo como parte del castigo...
Esa noche durmió suave, relajada y con muchas ganas de él...
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