Tenía un trabajo pendiente de hacía unas semanas. Sabía perfectamente que le pillaría el toro, la conocía bien. A media semana le pedí cómo lo llevaba. Si había recopilado la información que necesitaba. Tenía que preparar una charla a modo resumen del año. Lo jodido es que a diferencias de otras esta era totalmente altruista y se habia ofrecido voluntaria y eso que más fechas prenavideñas no eran las más adecuadas, pero como de costumbre tampoco Me escuchó, cuando se lo dije. Me contestó que todavía tenía tiempo, que ya lo haría. Que había ido de culo
El sábado por la mañana salimos a dar una vuelta. A tomar el segundo desayuno que decía ella. Mientras estábamos en la terraza de una cafetería, su móvil no dejaba de vibrar. De vez en cuando le miraba y soplaba. Hasta que me cansé y le dije:
- Nena, ¿qué son tantos mensajes?
- Nada, chorradas de grupos ya sabes
- Te te he hecho una pregunta, quieres hacer el favor de contestarme de forma menos ambigua
- Es del grupo del trabajo . Me preguntan si ya tengo el borrador de la charla.
- Y tanto te cuesta enviarlo por email.
- No es eso Santi
- ¿Pues que es? Porque no lo entiendo - dije sabiendo de sobra que todavía no habría ni empezado a preparar la charla.
- Es que todavía no lo he preparado - dijo flojito bajando la mirada hacia el suelo.
- Vamos, vamos, ya estamos con la misma historia Señorita, ¿no fuiste tú, la que a media semana me dijo que todavía tenía tiempo?
- Si - dijo aún más flojito
- ¿Cuándo es la charla?
- El lunes por la tarde.
- Nena estamos a sábado!! ¿Cómo puede que siempre lo dejes todo por el último momento? ¿Cuántas veces hemos hablado de esto?
- Es que pensé que tendría tiempo. Pero después lo he ido dejando....
- Y ahora estamos así. Venga nena vamos a casa que tienes un rato de trabajo. Y ya te digo ahora, que lo harás sentada, con el culito caliente y rojo. La procrastinación sabes que no me gusta nada. Voy a pagar y nos vamos. No quiero oír ni una queja.
Cuando salí de la cafetería, me esperaba de pie junto a la mesa. La cogí de la mano y volvimos a casa. Nada dijo en todo el camino. Cuando llegamos le dije:
- Ve de pie al rincón, un rato mirando la pared te irá la mar de bien señorita.
- Ostras , ¿es necesario? no hay por tanto.
Dos azotes bien dados con la mano abierta fueron a parar a su culo
- Aiiii
- En el rincón. Sin quejas, ahora!!!
Desfiló hacia el rincón. Cuando se puso, sopló un par de veces.
- ¿A qué te pongo de rodillas? Pues en silencio y sin soplidos
No dijo más. Pasados quince minutos, la llamé. Vino caminando, poco a poco, con las manos en la espalda y la mirada baja.
- Nena mírame - lo hizo y los dos nos miramos durante unos segundos.
- Santi lo siento lo hago ahora en un momento y ya está.
- Por supuesto que lo harás ahora. Pero primero debemos darle un poco de color y calor a tu culito. Es un correctivo muy eficaz, para las niñas que tienen tendencia a aplazar el trabajo que deben realizar. Ven aquí, que te sobra ropa.
- Santi!!!. No quiero!!! Lo hago ahora y ya está - dijo levantando el tono de voz.
- Niña!!! No vuelvas a levantar la voz Y segundo, no estamos negociando. En ese aspecto mando yo - y sin darle tiempo a nada más le desabroché los pantalones, que fueron a parar a medio muslo. Seguidamente procedí con las braguitass negras que llevaba.
- Vaaaaa, no me castigues por favor. Haré el trabajo te lo prometo.
- Claro que la harás dentro de un rato y con el culo bien calentito. Va al regazo y no quiero escuchar quejas.
Se estiró en mi regazo. Pasé la mano suavemente por todo el culo. Tenía la piel suave, blanca y fría. No tardaría en cambiar pensé.
- Señorita te has ganado un buen castigo. Sabes que no me gusta nada que vayas posponiendo las cosas, te avisé que igual no era buena idea ofrecerte voluntaria, pero una vez hecho, toca cumplir sin excusas. La procrastinación no es buena compañera. Una buena azotaina en el culo te lo recordará.
Suspiró y yo la cogí bien por la cintura con la mano izquierda. Y empecé a calentarle el trasero.
Iba alternando mejilla y mejilla a un ritmo constante. Una zurra bien dada con la mano puede dejar un culito rojo precioso. Ella estaba quieta, presentaba bien el culito y de vez en cuando suspiraba. Pasados diez minutos la mano me dolía un poco en cuanto paré. Y con los dedos acaricié la piel caliente y roja de
- Nena, levanta . Ve a buscar el cepillo marrón. y después quiero ver ese culito luciendo en el rincón del comedor entendidos.
Hizo lo que le había dicho, me miró a los ojos, hizo que sí con la cabeza y se fue al baño. Cuando volvió al comedor me dio el cepillo y fue de pie al rincón. Cuando se puso se frotó el culo con la mano sabía de sobra que sin permiso no podía hacerlo.
- Nena y esta mano.
- Es que me pica mucho.
- De rodillas, hasta que te avise y las manos en la cabeza , ahora.
La tuve en el rincón no más de diez minutos, cuando la llamé vino despacio.
-Se te han pasado las ganas de frotarte el culo sin permiso
- Sí, Santi.
- Pues va el culito en mi regazo bien levantado todo el rato, una buena zurra con con el cepillo e irás a sentarte en el taburete a hacer el trabajo.
- pfffffffff
- Nena!!!! ¿Quieres que me quite el cinturón también?
T - No, no....
Y se estiró en mi regazo presentado bien el culo. Ya lo tenía bastante rojizo. Cogí el cepillo y empezó a caerle en el culo alternando mejilla y mejilla. De vez en cuando soltaba algún suspiro cuando terminé con la segunda docena escondió un poco el trasero.
- ¿Pica?
- ¿Tú qué crees?
Me contestó en un repentino ataque de orgullo en mal momento.
- Pues debe picar poco si contestas así
Le di una tanda mas rápida y fuerte de azotes con el cepillo.
- Venga en pie y a hacer el trabajo cuando acabes lo quiero ver. Ve a por el portátil y el taburete alto . Espabila
- Santi, ¿no puedo sentarme con una silla en la mesa?
- Sabes de sobra la respuesta.
Sopló y le di un guantazo en el trasero.
- ¿Quieres más? ¿No has tenido bastante? ¿Me quito el cinturón?
Bajó la mirada e hizo lo que le había mandado y en menos de una hora la volvía a tener delante con el portátil en sus manos. Me lo dio y cómo era de esperar había preparado una charla perfecta y no le había costado ni una hora!!!. La miré serio.
- Ni una hora y ya lo tienes hecho, sólo que he tenido que ponerte el culo rojo y caliente, como a las niñas perezosas
Sus mejillas cogieron color, tenía el sexo mojado e hinchado. Pasé un dedo y la miré.
- Y esta mojada las buenas niñas no mojan los muslos cuando los regañan y castigan. Te hace falta otro recordatorio.
La estiré en mi regazo y sopló.
- Los bufidos para los gatos señorita. Está claro que este culito travieso no ha aprendido todavía.
Y mi mano volvió a caer en su mejillas, pasados cinco minutos lucía un precioso culito rojo intenso.
- Coge la libreta y ve a copiar al taburete hasta que te avise. "Procrastinar hace que acabe con el culito caliente"
Me miró con esa carita de niña recién castigada, pero no cedí y la envié a copiar. Le tuve más de media hora larga. Cuando la llamé vino con la libreta en las manos y me la dio. La repasé y firmé al final con el nombre y la fecha.
- Muy bien ¿has aprendido algo pequeña?
- Sí ... que no puedo dejar las cosas por el último momento siempre.
- Bien.
Mis dedos fueron a parar a su sexo estaba muy mojado e hinchado. La miré en los ojos y empecé a jugar con su sexo sabía que no aguantaría mucho rato pero estaba juguetón ese día así que cuando estaba a punto de terminar paré de golpe y le dije.
- Te ira bien un ratito más cara a la pared que me parece que todavía no te ha quedado suficientemente claro.
Me miró y se mordió el labio pero me hizo caso y fue al rincón. Le tuve unos diez minutos sabía de sobra lo que le provocaba. Me acerqué por detrás. Le froté el culito con la mano y le dije ¿que prefieres una buen masaje con mucha crema en el culo o un buen juego de dedos?.
- Mmmm y no pueden ser las dos cosas...
- ¿Crees que estás para pedir caprichos? Porque igual me lo pienso y vuelves a mí rodillas, elije.
No me contestó de voz, pero si con el cuerpo, apoyó las manos en la pared, abrió las piernas y sacó el culo.
La agarré con fuerza, con mi brazo izquierdo pasándolo por delante el vientre y cogiéndola de la cadera y empecé a jugar muy despacito con mis dedos entre sus piernas desde atrás...
- ¿Te gusta que te dé placer con el culo rojo perversilla?
Se giró un momento y me miró mordiéndose el labios entonces dos de mis dedos empezaron a entrar y salir de su sexo, y ya no dejaron de hacerlo cada vez más rápido hasta que se corrió allí, cara a la pared, con el culo rojo y de pie sujeta por mi brazo.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario