sábado, 17 de agosto de 2024

Cosas de Sábado


 



El ritmo de vida que llevamos todos en la actualidad, hace que entre semana nos sea muy difícil hacer esas cosas básicas de mantenimiento, como hacer la compra, por ejemplo y no nos queda más remedio, que usar el sábado para ello. Lo bueno es que tampoco tienes prisa ni agobios.

Nos levantamos cómo cualquier otro sábado, sin prisa, desayunamos tranquilamente incluso nos permitimos el lujo de hacer un segundo café en la terraza, eso sí hacía ya un calor tórrido, nos esperaba un día de puro verano. Sin prisa nos vestimos, cogimos el coche y nos fuimos al supermercado, con la idea de hacer una compra potente y no volver la semana siguiente.

Por suerte no había mucha gente cuando llegamos, entre el calor y que mucha gente debía estar ya de vacaciones, no estaban los pasillos abarrotados y con el aire acondicionado y las neveras no se estaba mal. Cuando íbamos los dos juntos, no solíamos llevar lista de compra, y esa vez no fue excepción.

Estaba yo eligiendo entre varias opciones de galletas para desayunar, cuando de repente la escuché emocionada.

- Tienen el chocolate Lindt de sésamo!!!!

La miré y vi que cogía dos tabletas. 

- Nena, ya has cogido el helado de menta ese con trozos de chocolate...así que deja eso y lo coges otro día y una sólo.

- Jooool yo quiero, no tienen siempre!!!! Igual hasta dentro de un par de meses no vuelven a tener!!!!

- Que no, y sabes perfectamente porqué 

- Vaaaaaa, te prometo que lo guardo y lo raciono...

- Jajajajajaja esa es buena ¿Sabes que eso es imposible? El primer mal día de trabajo que tengas, te zampas un tableta entera, que nos conocemos y luego viene lo que viene y no tengo ganas, así que deja el chocolate, no hay nada más que hablar. 

- Pffff eres un puto pepito grillo!!!!

Dejé el carro y sin pensarlo me fui para ella, ni miré, le di un par de azotes en el culo cogiéndola del brazo.

- Se acabó el portarse cómo una niña caprichosa ¿Estamos?  Ya comprarás chocolate la próxima y una tableta, hasta que aprendas a consumir de forma razonable . 

Los azotes la pillaron de sorpresa y se puso roja cómo un tomate, igual alguien había presenciado la escena. Pero dejó obediente el chocolate y ya no hubo más caprichos.

Cuando habíamos terminado de pasar por caja la compra.

- Pffff me he olvidado una cosa importante, ahora vuelvo.

- Vale, yo voy cargando...te.espero en el coche.

Ella volvió a entrar y yo me fui para el parking y empecé a cargar y al terminar me.puse a esperarla dentro con el aire acondicionado. Tardó poco en llegar, abrió el maletero, dejó algo y se montó.

- ¿Que te habías dejado?

- Cosas de chicas ya sabes...

Arranqué y nos fuimos para casa. Subimos la compra y al dejarla en la cocina, me dijo.

- Ya la ordeno yo, que esta cocina es pequeña y con este calor...tocaría cambiar las sábanas...

- Si es verdad, voy a ello

- Gracias!!!

La dejé colocando la compra, deshice la cama, puse sábanas nuevas y una lavadora con las viejas, mientras ella terminaba de fregar los cacharros , yo pasé la aspiradora y al terminar decidimos hacer el aperitivo en la terraza, unas cervecitas y algo de picar al aire libre. 

- ¿Sabes me ha picado un bicho está noche y me escuece que veas?

- ¿Dónde? 

- En el lateral del culo

- A ver...

- Santi...estamos en la terraza...

- No te ve nadie, enséñame la picadura 

Se levantó, se desabrochó el short y lo bajó un poco de un lado.

- Aquí...

- Pues si, tienes un roncha roja ahí. Voy a por hielo que te calmará. 

Me levanté y fui a la cocina, abrí el congelador y puse un par de cubitos en un bol pequeño y de paso fui a coger otra cerveza, las frescas las tenía en el fondo del todo, como estaba la nevera llena al intentarla cogerla moví un pila de bandejas del supermercado y vi algo escondido entre ellas, el chocolate...lo coloqué todo igual y me fui para la terraza sin decir nada. Allí estuve un ratito pasándole el hielo por la picadura.

- ¿Mejor?

- Siiii que alivio, eres un sol, cómo me cuidas

La senté en mi regazo y estuvimos un rato con el aperitivo y charlando. Luego hicimos algo fresquito de comer, comimos y nos apalancamos un rato en el sofá, ella fue a ponerse el camisoncito corto de verano y yo solo con unos pantalones cortos de deporte. 

A esas horas era cuando más calor hacia y después de comer...nos quedamos los dos dormidos un rato. Despertamos un buen rato después...

- Te parece, si preparo café, necesito uno , nos lo tomamos y después que ya habrá bajado algo el sol, nos vamos a la piscina un rato - me dijo -

- Me parece perfecto.

- Pues voy a hacer un par de cafés.

Se levantó y fue para la cocina, cuando escuché que venía le dije.

- Nena, traeme un trocito de chocolate de ese de sésamo, que quiero probarlo...

En ese momento aparecía con la bandeja y la dejó en la mesita de café.

- ¿Que chocolate? Si no me has dejado comprar!!!!

La miré muy serio.

- ¿Crees que me chupo el dedo? 

- Santi!!!! No sé de qué me hablas 

- Ve a la nevera y trae el chocolate que hay debajo de las bandejas de carne ¿O tengo que ir yo? 

- Pffff 

Se levantó y fue a la cocina y en efecto de vuelta llevaba el famoso chocolate...me miró sonriendo.

- ¿Te hace gracia? Por qué a mí ninguna. Dame el chocolate 

Me lo dió, lo cogí.

- Tómate el café, voy a esconderlo y pobre de ti que alguna ratoncita lo busque y lo encuentre porque lo sabré.

Me fui para la habitación y lo puse en el bolsillo de un abrigo.  De vuelta estaba sentada removiendo el café.

- Te he dicho, que estás muy sensual con ese camisón...

- Gracias, entonces se te ha pasado el enfado?

-Yo no me enfado nunca, ya lo sabes, pero si me provocas tiene consecuencias, así que mientras me tomo el café tranquilamente tu ya puedes ir tirando al rincón. Va!!!!!

Para reforzar el mensaje, la levanté y le di un par de cachetes en cada muslo que dejaba muy claras mis intenciones, para que no hubiera ningún tipo de duda.

Y lo entendió, yo me tomé todo mi tiempo, estuvo bien bien unos 20 minutos de reloj en el rincón, mientras me tomaba el café , al terminar me levanté, cogí un silla, la coloqué entre el sofá y la tele y entonces la llamé. 

Salió del rincón, debía estar ya aburrida, aunque estoy convencido que si hubiera metido las manos por debajo del camisón  me hubiera encontrado con las braguitas mojadas de la impaciencia y la incertidumbre. La hice acercarse hasta mi, justo hasta delante de mis rodillas, yo sentado y ella de pie.

-Supongo que te reíste mucho al intentar colármela ¿verdad?. Yo también me he reído en un primer momento, pero luego empecé a pensar y ya no me hizo tanta gracia, por dos motivos. El primero es que evidentemente me has desobecido y no sólo eso sino que además había cierto punto de cachondeo. Y el segundo es que aún habiéndote pillado, te has hecho la loca, en plan ¿Chocolate, que chocolate? Tienes algo que decir

Tras alguna vacilación se arrancó y ruborizada dijo.

-Tampoco hay para tanto solo jugaba un poco...

-Pues lo que tienen los juegos arriesgados, lo va a descubrir ahora tu culo. Colócate tu  misma en mis rodillas, como te resulte  más cómodo porque vas a estar un buen rato.

Despacio se puso en mis rodillas, podía haber elegido la cama o el sofá donde hubiera estado más cómoda pero quería que aquel día se sintiese castigada y así en la silla como una niña traviesa daba más esa sensación de castigo. Una vez estuvo puesta en la posición empecé la azotaina, los primeros azotes fueron encima del camisón , pero al tener algo vuelo enseguida coge aire y amortigua, así que a los pocos azotes se lo levanté y continúe por encima de las braguitas, no tenía prisa fui haciendo, cuando me picaba la mano, hacia una pausa y le acariciaba los muslos, hasta que decidí que era el momento de bajarle las braguitas, lo hice ordenándole que colaborase levantando el culo y se las bajé los justo, hasta la mitad de lo muslos, no era necesario bajarlas más. Entonces seguí la azotaina a mano, larga muy larga, tuve que parar tres o cuatro veces porque a mi me picaba la mano y eso que cuando le bajé las braguitas ya tenía el culo bastante rojo. Después de un largo rato insistiendo con la mano en el culo desnudo, si hubiera apagado la luz creo que el rojo de su culo se hubiera visto. Entonces paré la azotaina y le dije

-Vuelve a rincón ahora de rodillas.

Lo hizo, aunque tuve que enrollarle el camisón por encima del cuello, para que en todo momento mostrase su culo enrojecido por los azotes a causa de su travesura. Al querer darle ese componente de castigo, la tuve allí en esa incómoda y humillante posición más rato del habitual, otro cuarto de hora más o menos, en absoluto silencio. Pasado el tiempo me levanté con un cojín en la mano que puse encima de la mesa.

-Ven aquí.

Se levantó del  rincón suspirando aliviada. Antes le había advertido que bajo ningún concepto podía frotarse el culo y tuvo la tentación pero una mirada hizo que se quedara en eso.

-Inclínate sobre la mesa, quiero que la barriga te toque la mesa, puede usar el cojín para la cabeza.

Sin decir nada lo hizo, la mesa quedaba a la altura ideal, las piernas quedaban rectas y todo el tronco doblado sobre la mesa, exponían su culo. Una vez en la posición le hice separar las piernas ya que las braguitas ya estaban enrolladas es sus tobillos me fui a buscar el temido cepillo de baño. Con el en la mano entré otra vez en salón donde me esperaba en posición para recibir la segunda parte del castigo.

-Hoy no te voy a decir un número simplemente yo decidiré cuando es suficiente, eso si los vas a contar, así para otra vez sabré donde puedo llegar. ¿Esta claro?

Hizo un gesto afirmativo con la cabeza y yo me situé detrás, pasé la cepillo varias veces como acariciando su culo rojo con ella y de repente cuando no se lo esperaba, le cayó el primer azote, el cepillo de baño, es mas pesado y sobre todo tiene un mango largo, lo que hace que aunque la picadura es similar a la del cepillo del pelo es mas intensa y concentrada . Ella soltó una pequeña queja y contó

-Uno....

Conté mentalmente unos diez segundos, para que sintiera bien el azote y le apliqué el segundo azote. Siguiendo la misma técnica seguí, los 5 primeros los aguantó bien sin inmutarse, a partir del sexto, empezó a arquear un poco la espalda despues de cada azote y quejarse más, cuando llegué a la docena hice una pequeña pausa, dejé la cepillo en la mesa y me fui a  observar como tenía el culo, dos grande círculos de color granate decoraban la piel de la parte baja de su culo y el inicio de los muslos, le pasé suavemente la yema de los dedos por la zona y volvi a coger la paleta. Apunté y disparé esta vez si saltó levántandose incluso un poco y resoplando, le di unos segundos hasta que tajante le dije.

-Vuelve a la posición que aun no estamos.

Como pudo aguantó tres más sin moverse y eso que cada vez espaciaba más el tiempo entre azote y azote, pero a partir del que hacía 17 en cada azote no pudo evitar el levantarse y quejarse, fueron 5 más en total 22 azotes con el temido cepillo de ducha , cuando decidí parar, deje la paleta encima de la mesa y simplemente miré los efectos del castigo, iba a estar unos días acordándose de las consecuencias de su provocación.

-Voy a guardar el cepillo no te muevas, ni por supuesto te toques.

La tuve en la posición de castigo más rato del que hubiera tardado, con la idea que sintiera bien el picor y el escozor de castigo. De vuelta creo que imaginaba que llevaría conmigo algún tipo de alivio, en forma de toalla húmeda, crema....pero nada de eso aún, llevaba algo que pronto sabria que era y entonces le dije.


-Baby,  ahora quiero que con tus manos agarres tus nalgas y las separes.

-Que?!! Me da vergüenza!

-Bien si es lo que quieres iré a por el cepillo que quizás te convenza mejor

-No, no...

Muy avergonzada y despacio lo hizo, como no queriendo.

-Baby, se me está acabando la paciencia.

Finalmente me hizo caso. Y entonces llevé hacía esa zona tan intima el plug de jengibre que había preparado antes, primero lo froté bien alrededor del ano y despues haciendo fuerza con el pulgar lo fui introduciendo justo hasta el anillo sin pelar, al principio se quejó, pero sabia que la sensación del jengibre le ponía muy caliente así que como quien no quiere la cosa pasé mis dedos por su sexo.

-Vaya, vaya, asi que este es el efecto del castigo? no es precisamente lo que esperaba, traviesilla. Pero se me ha ocurrido una cosa, ya que eres tan descarada, vas a serlo del todo, tócate.

Se puso de todos los colores.

-Ahora tienes vergüenza, vamos tócate y quiero que llegues hasta el final sin que se caiga el jengibre o tendré que ir a por cepillo.

Tras unos momentos de dudas llevó su mano a su sexo, en la misma posición de castigo y empezó a tocarse tímidamente, yo me apoyé medio sentada en la mesa y mientras lo hacia pasaba mis dedos suavemente por sus nalgas castigadas y de vez en cuando comprobaba que el plug no se saliera volviendo a la meter si se había salido algo, costó un rato, pero al final se dejó ir hasta que se corrió....entonces aún con las contracciones del orgasmo en su cuerpo, le acaricié el pelo y le dije.

-Asi me gusta que seas obediente, que seas un niña obediente 

Le ayudé a levantarse, le di un largo abrazo y le dije que se tumbara boca abajo en el sofá,  fui a buscar una toalla húmeda y fresquita y se la puse en el culo, al sentirla suspiró aliviada, la tuve un rato mientras seguía acariciándola. Después con la crema le dí un largo masaje en el culo, tras el cual le subí las braguitas, como a una niña traviesa.

- Cómo imaginarás hoy no va a haber piscina o toda la comunidad va a saber que has sido una niña mala, pero más tarde podemos darnos una ducha, juntos....






1 comentario:

  1. Qué historia más buena, en una travesura momentánea se ha creado un ambiente de lo mejor, creo que no va a importar perder la piscina, por lo menos a mí no

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