No había pasado buena noche, no me encontraba bien, tenía frío y me notaba cansado, así que a media mañana me fuí para casa, quería meterme en la cama y echarme un rato a ver si asi se me pasaba.
Al llegar a casa fuí directo al botiquin, en busca de un parecetamol, el baño estaba hecho un desastre, se habia duchado y estaba todo por el medio, en la habitación igual la cama sin hacer, cajones abiertos. En el momento me enfadé bastante, era algo que habíamos hablado ya y pensé que estaba claro. Enseguida, entendí que no, que todo ese tiempo, me había estado dándo gato por liebre, que cómo ella llegaba antes, le daba tiempo a recoger deprisa.
Cuaándo terminé de recoger, cogí una manta y me estiré un rato en el sofá, me quedé un rato dormido, había dormido mal por la noche, me despertó el móvil, era ella.
- Hola ¿qué tal te encuentras?
- Hola, un poco mejor, pero me volveré antes a casa.
- Vale, yo también volveré pronto y te cuido.
Seguimos charlando un rato, sin decirle nada, que estaba en casa, se iba a llevar un buena sorpresa cuando volviera. Y así fue, más o menos a la hora que llega ella, me fui y esperé un rato. Sería toda un sorpresa encontrar la casa recogida.
Pasado un tiempo prudencial me fui para casa y allí estaba con ropa de calle aún.
- ¿Hola qué tal?
- Hola ¿Has estado en casa?
- Si, me vine antes no me encontraba bien
- ¿Y ahora de dónde vienes?
- Me he ido a dar un paseo ¿Cómo sabes que había estado?
- Porque alguien ha tenido que recoger...
- He sido yo, si. Y no sabes la gracia que me ha hecho, llegar y tener que ponerme a recoger.
- Si, sé que vuelves hubiera recogido.
- Eso debería serte indiferente. El acuerdo que tenemos, es el que es.
- Pffff ¿Y que más te da?
- Creo que no entiendes nada, pero no te preocupes que te lo voy a explicar. Ve a ponerte el pijama, ya.
- Pero es que es una tontería y además por la mañana , voy justa de tiempo.
- Yo no tengo que darte explicaciones señorita, tú a mí sí . Ponte el pijama, ahora.
Se dio media vuelta enfadada, pero fue a cambiarse. Yo me fui a esperarla en el sofá.
Cuándo volvió al salón, allí estaba yo serio esperándola.
- ¿Y bien me lo explicas?
- Ya te lo he dicho!!! Iba justa de tiempo, y no pensaba que fueras a volver.
- Respuesta equivocada. Que yo vuelva o no, no tiene nada que ver con la explicación. Aquí hay unas normas y se cumplen, si quieres cambiarlas, me lo explicas y lo vemos, pero mientras se cumplen y punto, así que espero una explicación.
Se quedó callada y roja.
- No la hay ¿Verdad? De hecho dudo mucho que recojas ningún día.
- Si, recojo.
- No me mientas.
Al decir eso bajó la mirada.
- Te comportas cómo una cría. Tráeme la libreta y bolígrafo.
Suspiró y fue a buscar lo que la había pedido.
- Ahora te voy a dictar una frase y la copias tal cual en la libreta: "cuando me salto las normas, me zurran el culo cómo a una niña"
Se puso roja, pero no escribió.
- ¿No has escuchado?
- Es humillante...no voy a escribirlo.
Me levanté la cogí del brazo y empecé a darle palmadas bien fuertes en el culo, Como una veintena. Y al terminar la llevé hasta la pared.
- Aquí quieta, y de aquí no te mueves hasta que copies.
Me di la vuelta y me fui hasta el sofá. Cuando me fui a sentar, vi que se estaba frotando el culo, así que no me llegué a sentar. Me fui para ella otra vez. La cogí del brazo y la llevé hasta el sofá.
- Veo que hoy tienes las normas olvidadas, habrá que hacerte memoria. Y si no sabes estar cara a la pared, estarás aquí para que pueda vigilarte de cerca. Las manos en la cabeza.
Las puso, y le bajé el pantalón del pijama hasta los tobillos y después muy despacito las braguitas hasta las rodillas.
- Ahora quieta, callada y procura que no se te caigan las braguitas, hasta que te diga.
Cogí el mando de la tele y me puse a ver una serie. A los diez minutos más o menos de estar allí plantada, me dijo:
- Ya....
La miré y le pregunté
- ¿Ya qué?
- Que vale, que copio.
- Eso lo tengo muy claro. Pero has tenido la oportunidad antes, ahora ya es tarde.
La tuve unos 20 minutos más allí plantada, hasta que me levanté y salí un momento del salón, fui a buscar su cepillo. Lo dejé sobre el brazo del sofá, la cogí del brazo me senté y la puse sobre mi pierna izquierda, la derecha la pasé sobre las suyas. En cuanto la tuve en posición, cogí el cepillo y sin más empecé a calentarle el culo, sin miramientos. A los cinco minutos de azotes sin pausa empezó a quejarse e intentar moverse y paré. Dejé el cepillo y empecé a pasarle la mano por el culo, lo tenía caliente y muy rojo.
- Ahora sí vas a copiar, con el culo calentito. Te vas a levantar, te vas a sentar y vas empezar a copiar, hasta que te diga.
Se levantó, cogió la libreta se sentó suspirando y empezó a copiar. Yo me puse la tele otra vez y vigilaba cómo pasaba hojas rellenas. Porque estuvo un buen rato copiando. La llamé un buen rato después, se levantó y me trajo la libreta, habían cinco hojas de líneas. La dejé sobre la mesita.
- Dame el pantalón del pijama, las braguitas las dejas donde están.
Se agachó y se quitó el pantalón del pijama dejando las braguitas en los tobillos. Le dije que doblara el pantalón y lo dejara sobre la mesita. Entonces me levanté, le pasé la mano por el cachete del culo.
- Parece que se ha enfriado un poco...Habrá que darle un golpe de calor. Ponte sobre el brazo del sofá.
Al escucharlo soltó y soplido y tal y como salió de su boca, le solté un cachete. Esperé a que se colocara. Cuando estuvo, la cogí de la cintura, echándola hacia delante.
- Así, el culito bien presentado. Y ahora separa las piernas, que queden las braguitas bien estiradas.
Mientras me quitaba el cinturón. Lo doblé y lo dejé sobre su culo.
- Quiero que estés así en todo momento, las braguitas bien estiradas en los tobillos y el culo bien levantado ¿Tienes que pasar mucho rato sentada en el trabajo?
En ese momento cogí el cinturón, el sonido del cinturón tiene algo especial y lo hice sonar un ratito. Cuando terminé le hice hincar los codos en el sofá, poner las palmas de la manos hacia arriba y sostenerlo. Me fui a la habitación, cogí el plug y el lubricante. Me fui para el salón. Le puse bastante lubricante al plug, le separé los cachetes y se lo puse despacito, hasta que entró todo.
- Perfecto, la piedra tiene el mismo color rojo que tú culo.
Y me senté. Cinco minutos más tarde le dije que se levantara y se sentase en mi regazo, lo hizo y se escondió en mi hombro. Así estuvimos un rato en silencio. Hasta que empecé a acarciarle la cara interna de los muslos y poco a poco subiendo, empecé a pasarle un dedo por la rajita, moviendo suave a abajo a arriba.
- Estás bien empapadita...
Entonces cerró las piernas...
- ¿Que haces?
- Me haces cosquillas...
- Abre...
Separó un poco las piernas.
- Más
Las abrió un poco más.
- Nena... más.
Y empecé a mover el dedo más rápido. Ella a moverse y suspirar, entonces paré.
- Abre un poquito más.
Lo hizo...y empecé a darle palmaditas en el sexo...y después ya no paré hasta hacer que se corriera.
Exquisito 🤤
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