Realidad vs imaginación.
Decía el gran Antonio Escohotado que la realidad es infinitamente más imaginativa que la más delirante de las fantasías.
Y para mí la característica, que mejor define un juego tipo Disciplina Doméstica, es que se juega con la realidad, o más concretamente se fantasea con ella.
Hace un tiempo leía en una página francesa muy interesante que había, un intenso debate a través de una pregunta que lanzaba una lectora.
" ¿Ser castigado por una “falta” real te impacta más o tiene más sentido para ti emocionalmente, físicamente?"
A partir de está pregunta empezaron a surgir respuestas, detractores y partidarios. Entre los detractores el argumento, muchas veces era peyorativo: "yo no necesito de tener que hacer algo mal" "yo no quiero que nadie dirija mi vida"....y cosas así.
La alternativa a la realidad y sus vaivenes, es algo tan carente de emoción, cómo la planificación. Si está todo previsto y planificado previamente, la realidad no puede alterar el plan. Pero la realidad es muy tozuda y tiende a colarse por el más pequeño poro que haya en la planificación y además la planificación es lo contrario a la imaginación, en la planificado todo es previsible.
Jugar con la realidad para mí y según mi experiencia no sólo no le resta ni un ápice de estímulo, sino todo lo contrario, la realidad es muchísimo más imprevisible y da más pie a la imaginación y trabajar con ella que la planificación.
También tiene sus riesgos, por supuesto, el riesgo a equivocarte es mayor, pero también es mayor la posibilidad de improvisar sobre la marcha, variar y o interpretar que es y que no una provocación o un cebo para picar y entrar. En cambio en un juego planificado y pactado, se puede caer en la comodidad de ceñirse al pacto y no saber ver o distinguir.
La realidad, lo cotidiano, el día a día es mucho más flexible en todos los aspectos, y por supuesto también más misterioso y estimulante. En cualquier momento se puede gestar un juego y en cualquier momento se puede cortar, sólo hay que saber interpretar la realidad y también tener conciencia que esto es cosa de dos y que no siempre va a ser cómo, cuándo y dónde has previsto.
Personalmente y por pura experiencia me quedo con la realidad, por eso creo que el más divertido de los juegos es aquel en el que interpretas sin saber que estás interpretando y por supuesto que para la mayoría de nosotros, tiene un mayor impacto el juego con la realidad a todos los niveles.
En nuestra vida social, estamos continuamente fingiendo, por una razón de adaptación al medio, por evitar conflictos, por conseguir rédito y una de las ventajas que le encuentro a los juegos, es que precisamente una parte de nosotros que escondemos la podemos dejar salir libremente sin miedo al prejuicio.
Volviendo a Antonio Escohotado también decía: " la diferencia entre sencillo y complicado, es que sencillo pertenece al mundo de la imaginación y complicado al de la realidad"
Y si tal vez jugar con la realidad sea algo más complicado, pero infinitamente más divertido.
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