sábado, 21 de mayo de 2022

Texto, puntos y azotes




Desde niño mis años no han ido de Diciembre a Diciembre, siempre han ido más o menos asociados al curso escolar, es decir de Septiembre a vacaciones de verano. De adulto exactamente igual que de niño, la época de primavera por distintas circunstancias es la más dura, con más carga de trabajo y al llegar el mes de Julio, todo se aletarga hasta las vacaciones, y en Septiembre empieza otro eterno curso.

Esta año no estaba siendo diferente y al terminar la pausa de Semana Santa, empecé el carrusel, de largas, densas y estresantes jornadas laborales, es cómo si todo el mundo se pusiera de acuerdo y les entraran a la vez las prisas para dejar todo cuadrado antes del verano.

Llegué a casa, tras una de esas jornadas agotadoras y tarde, me apetecía ponerme cómodo, sentarme en la sofá y tomarme una o dos cervecitas frescas, a la brisa del atardecer que entraba por el balcón.  Al entrar, la encontré en la cocina fumando.

- Holaaa!!!!

Me dio un beso muy efusiva.

- Vaya cara traes...

- Si, menudo día me han dado, pero con este recibimiento se me pasa enseguida.

- Yo llegó ahora también, venga va me doy una ducha y si quieres te hago un masajito después.

- Mmmmm no suena nada mal. 

Se metió en el baño, yo me puse ropa cómoda, me cogí mi lata de cerveza helada y me senté en el sofá, que paz, pensaba mientras saboreaba el primer y largo trago. 

En la mesita de café tenía el portátil abierto, vi la luz encendida de hibernación de la pantalla y moví el cursor, quería consultar si había algo interesante en la tele, al iluminarse la pantalla, vi el buscador de Google con una pregunta: ¿ Cuantos puntos te quitan por conducir y escribir con el móvil?. Y ya me cambió el humor, no podía ser, otra vez no. Pero estaba tan cansado que me hice el tonto. 

Un rato después salió de la ducha, aún secándose el pelo con la toalla y vestida sólo con una camiseta se acercó y me susurró  

- ¿Dónde quieres el masaje, aquí o en la cama?

- En la cama 

Me levanté y nos fuimos a la habitación, me desnudé y me tumbé boca abajo, ella se sentó encima y empezó a darme un masaje a su manera, pero que me supo a gloria y más aún cuando me pidió que me diera la vuelta y me regaló un orgasmo con sus manos y su boca...que me dejó ko el resto del día e hizo que me olvidará de lo que había visto en el ordenador

La mañana siguiente desayunando, descansado y con la mente despejada me acordé y le solté.

- ¿Te ha pasado algo con el coche?

- Anda ¿Y eso? 

- Ayer mientras te duchabas cómo tenías el pc abierto, quise ver si daban algún partido en la tele y vi que tenías una duda sobre tráfico, son 6 puntos ahora.

- Seis!!!!! ¿Que dices? 

- Si, seis desde Enero 

- Pffffff 

- No me has respondido.

- Es que fue un momento, te lo prometo, pero me cazó un coche camuflado que iba al lado...

- ¿Que?!!!!!

- Si es que van a recaudar...

Cogí aire profundamente.

- Nena no, por ahí no, no es la primera vez, creo que esto ya lo hemos hablado, y no puede ser. 

Me levanté, me fui al baño y antes de salir le dije.

- No vayas a ningún sitio está tarde, que tenemos que hablar muy en serio. 

Y me fui. Tenerla a la espera todo el día de un castigo seguro, puede parecer cruel, pero tiene su punto "educativo". 

Llegué a casa algo más pronto, estaba en la cocina.

- Hola

- Hola 

- ¿Estás enfadado?

- No 

- Pues no lo parece, deja que te explique al menos.

- ¿Explicarme qué?

- Es que no hay nada que explicar. Conduciendo no manipules el puñetero teléfono, que no es la primera vez y punto. Me voy a dar una ducha. Cuando salga, te quiero sentadita en la mesa y copiando "no manipularé el teléfono conduciendo". ¿Está claro? 

No contestó, se cruzó de brazos mirando al suelo cómo una quinceañera enfurruñada. 

Me fui a la ducha y al salir directamente al salón, mi sorpresa fue encontrarla sentada en el sofá, con los pies encima de la mesita y en la misma actitud de brazos cruzados.

- ¿ Qué te he dicho antes de meterme en la ducha?

- No voy a ponerme a copiar es ridículo, pagaré la multa y ya.

- Ridícula es tu actitud y te prometo que vas a copiar hasta que te duela la mano.

Me fui para ella, la levanté usando la fuerza, en el forcejeo ya le bajé el pantalón corto de pijama que llevaba y a la fuerza a mis rodillas. Sin calentamientos ni progresividad empecé a darle manotazos en el culo bien fuertes y desordenados, aún me forcejeo un rato, pataleando, quejándose e intentado poner las manos, pero eso sólo conseguía que le diera con más ganas, hasta que se calmó. 

- Más te vale que está sea tu actitud de aquí en adelante. 

Ya quieta, empecé a azotarle directamente el culo desnudo, no seguí la típica cadencia de alternar nalga, le daba unos cuantos en la misma hasta una docena seguidos antes de cambiar a la otra y con ganas, el objetivo era claro, enviarla a copiar con el culo cómo un tomate y ardiendo. No tardó mucho en empezar a picarme la mano, así que imagino cómo podía sentir el culo. Me detuve un momento agitando la mano.

- Ahora te vas a levantar, vas a por el cuaderno te sientas y empiezas a copiar hasta que te diga.

- Pffff paso.

- ¿Cómo? Si en la que cuento a diez no estás copiando, te prometo que está semana, no te cambias con tus compañeras de cómo te dejo el culo. 

Y es que se cambiaba en el trabajo, tal vez eso la hizo reaccionar y aunque a mala gana se levantó y se sentó a copiar con el pantalón en los tobillos. 

Ahí la tuve media hora. 

- Ven aquí con el cuaderno.

Se levantó y se acercó hasta ponerse frente a mis rodillas, le pedí el cuaderno. Conté las líneas. Arranqué las hojas, las hice pedacitos y le dije.

- Ve a tirar esto a la basura y cuando vuelvas me traes el cepillo.

- Pffffff.

Me levanté, le di los pedazos de papel, la cogí del brazo la encaré al pasillo y le di un par de azotes bien fuertes. 

- Nena, se te ha acabado el crédito. 

Empezó a andar dando un saltito, de vuelta venía con el cepillo cuadrado en la mano. Sel pedí, me lo dio, lo dejé en el brazo del sofá y la hice ponerse de nuevo en mis rodillas. Metí mi mano izquierda bajo su vientre empujando hacia arriba para que levantase el culo y poder meter un cojín entre mis piernas y su vientre. Entonces cogí el cepillo y empecé ahora sí con regularidad alternando nalga y nalga y apuntando bien a la parte baja del culo, con el cepillo no hace falta usar mucha fuerza para conseguir cocinar bien un culo travieso, que va a recordar durante días la lección, es más para terminar le di una ráfaga estirando la piel de las nalgas con la mano izquierda, lo que hace que aún pique más. 

Cuando decidí parar, estaba claro que al menos durante tres o cuatro días no iba a poder cambiarse delante de sus compañeras. 

Pero aquel castigo era de verdad y por un motivo justificado, así que no hubo caricias ni mimos. De mis rodillas al rincón de pensar mostrando el culo, sin poder aliviar el escozor de ninguna manera. Hasta que la fui a buscar. La cogí del brazo y la llevé hasta la habitación, allí la puse frente al espejo de cuerpo entero.

- Mira bien como te ha quedado, y si vuelve a pasar te prometo que aún te lo pondré más oscuro. 

Se quedó un rato mirando, cómo entre fascinada y dolorida...yo la había soltado ya y la esperaba sentado en la cama con la crema hidratante, sin decir nada se puso en mis rodillas, un suspiro al sentir le crema fría en contraste con su piel caliente.

En un primer momento no comprobé su excitación, no había sido un castigo erótico, pero un rato después de refrescarle y aliviarle el culo, si fui a investigar y no me hizo falta ni llegar a su coño, ya la cara interna de los muslos estaba chorreando, pero mis dedos terminaron en su fuente y por darle un orgasmo en mis rodillas, con el culo marcado. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>