sábado, 23 de abril de 2022

Primavera

 





Cuando sonó el despertador, fue como un jarro de agua fría, no había o mas no habíamos pasado buena noche, ella no había dejado de moverse en toda la noche y quejarse, había tenido fiebre seguro así que nada mas levantarme le di un beso.


- ¿Cómo estás? ¿cómo te encuentras?

-Pfffff me duele todo y menuda nochecita.

-Ya lo sé, ya

-¿Vas a ir a trabajar?

-Pues claro que remedio

-A ver también podrías quedarte, sí te encuentras mal, te encuentras mal, que no vas a heredar nada

-Pfffff hoy no puedo es importante

-Vale, vale no voy a insistir

-Si mejor porqué tampoco te iba a servir de mucho.

-Si, ya lo yse ya, te conozco, pero abrígate y en cuanto puedas te vienes y descansas

-Si papá


Me fui a trabajar con pocas ganas, entre la noche y el saber que ella estaba así, pero que remedio. Antes de llegar al trabajo ya le había puesto un mensaje.


-Abrígate y llévate paraguas que en la radio han dicho que iba a llover está tarde

-Si hace sol y además voy en coche cansino, que sólo tengo un poco de anginas, nada grave

-Valeeeeee, un beso

- Un beso.


Durante el resto de la mañana estuve mandándole un mensaje cada hora para ver como estaba, cosa que aunque sabía que por una parte le daba mucha rabia por otra, le gustaba aunque no me lo reconociera.


Después de comer le envié uno más de esos.


-¿ Cómo estás nena?

-Muy cansada, pero no voy a a tardar mucho en irme

-Genial, yo también saldré antes

-Siiiiii, pero antes hago una cosa con una compañera en menos de una hora estoy.

-Ok, que vas a hacer

-Nada preparar un cosa 

-Vale, nos vemos en un rato, pués.

-Genial

-Un beso

-Un beso


Me puse las pilas para quitarme todo el trabajo de encima y asi salir antes, cosa qué pude hacer  y unas dos horas antes del horario habitual salía de la oficina para casa, al salir me sorprendió una tormenta llovía a mares y pensé que menos mal que ella ya estaba en casa. Cuando llegué y abrí la puerta, la llamé y no me contestó, al acercarme al comedor escuché el sonido del agua de la ducha, era el motivo de falta de respuesta. Entre en el baño y vi su silueta desnuda a través de la mampara


-Hola nena ¿qué tal?

-Hola que pronto

-Si he salido pronto

-Como te encuentras

-Bueno sobrevivo necesitaba una ducha caliente

- Ya te creo, bueno voy a ponerme cómodo

-Muy bien


Me fui a la habitación a cambiarme y ponerme algo para estar por casa, fuera seguía lloviendo, asi que seria una tarde tranquila de sofá y tele. Al salir de la habitación vi unas marcas de pisadas mojadas por el suelo del pasillo y pensé que raro, mías no podían era imposible desde que había salido de la oficina, había ido en el coche de parking a parking sin apenas pisar la calle. No le di mas importancia, cogí mi ropa y la lleve al canasto de la ropa sucia y allí si me llamo algo la atención estaba su ropa empapada, la saqué y cogí los pantalones, no solo estaban mojados si que no estaban llenos de barro, entonces me fui hasta la terraza y allí estaban las deportivas tambien llenas de barro, en ese momento salia ella del baño secándose el pelo con la toalla.


-¿Que haces con la terraza abierta? Tengo frío y hace corriente

-Perdona ya cierro


Ella entro en la habitación un momento y al salir se apalancó en el sofá, conmigo, estaba temblando


-Brrrr que frío tengo ahora joder

-Eso es que te va subir la fiebre, ya te dije que no era buena idea ir hoy

-No seas pesado, no podía y punto

-¿Y que era tan importante que no podías faltar?

-Cosas que había que hacer hoy

-¿Que cosas?

-Cosas

-Ok, imagino


Me levante y me fui hasta la cocina, donde esta la lavadora y le canasto de la ropa sucia y volví con su ropa mojada y sucia de barro, dejándola caer en el suelo a sus pies. Me miró con cara de sorpresa y poniéndose un poco roja.


-Pues ya me dirás que cosas, porque parece que vengas de la guerra...

-Pfffffff, si te lo explico no te enfadas?

-Yo nunca me enfado deberías saberlo ya..

-Jajajjaajajaj pues verás, me iba a venir después de comer, pero María me dijo lo de las espigas y las amapolas

- ¿Espigas y amapolas?

- De camino hay un campo precioso de trigo o cebada, verde y repleto de amapolas entre medio

-Ya, es primavera

-Pues eso que nos fuimos al campo a hacernos unas fotos y al llegar se nos puso a llover, pero ya que estábamos allí..., pues eso que nos hicimos las fotos, pero había una valla pequeña y tuvimos que saltar con tan mala suerte, que al volver a saltar para salir, estaba ya todo mojado y me caí, menos mal que no me vio nadie jajajjajajaaja


La miré muy serio


-Joder chico que cara, ni que hubiera matado a alguien

-Has visto la tiritona que tienes

-Si ya lo sé, pero no entraba en el plan mojarme ni caerme

-Nena no lo entiendo, te juro que no lo entiendo o sea,  eres super responsable para el resto del mundo y para ti eres igual que una niña pequeña a veces..

-Pffff no me eches la bronca que me duele todo y estoy malita

-Eso es que tienes fiebre voy a por el termómetro


Me fui a buscar el termómetro al baño, me acerqué con el en la mano me senté a su lado le toque la frente estaba caliente y había dejado de temblar, me sonrió.


-Dame

-No, no te lo pongo yo

-Ni hablar que me muero de cosquillas

-Es que no te lo voy a poner ahí


Al decir eso se puso roja como un tomate..


-Veo que me has entendido perfectamente

-No, no ni hablar

-Te digo yo que si, si te portas como una niña, que estando con anginas se pone a saltar vallas en medio de una tormenta así que voy a tratar, por las buenas o las malas, ya sabes...


Todavia se ruborizó mas aun, sin saber que decir, yo me separe de ella y me senté en el sofá


-Venga ya sabes

- ¿Lo dices en serio?

- ¿Me ves cara de broma?

-No, pero....

-Ni peros ni nada, y te aviso que por las malas sera mucho peor, va que es para hoy


Hubo un momento de duda, pero una mirada bastó para que aunque roja como un tomate se levantara y se tumbara en mis rodillas.


-Lo ves como cuando quieres me entiendes a la primera.


Me subí las mangas de la sudadera y dejé el termómetro un momento encima del brazo del sofá, entonces muy despacio le acaricié el culo por encima del pantalón del pijama y después muy despacio se lo bajé lo justo, acto seguido cogí el termómetro y lo preparé, con la mano izquierda separé un poco su nalgas y con la derecha sujeté el termómetro agitándolo varias veces, llevé la punta entres sus nalgas y despacito le metí más o menos la mitad del frío termómetro de cristal y a esperar un par de eternos minutos a que registrará la temperatura , me la imaginaba muy avergonzada de la situación, aunque también la intuía perturbada y excitada. Pasaron los dos minutos y lo saqué


-38....lo ves, lo que tienen tus aventuras


El silencio fue la respuesta


-Ya veo que se te ha comido la lengua el gato. Bueno a ver si consigo que otra vez te lo pienses


Sin decir nada mas empecé a azotarla con la mano en el culo desnudo, progresivamente y despacio fui aumentando el ritmo de la azotaina, ella enterró su cabeza en el sofá  y seguí la azotaina no demasiado larga unos 5 minutos porque al tener fiebre me ablande, lo suficiente para ponerle el culo rojo por un rato, al parar la acaricie un rato hasta que le dije.


-Ahora te vas a ir al rincón a pensar, en saltar vallas, asi que  venga tira ( le di una palmada mas para que se levantara)


Se levanto y sin mirarme y frontándose el culo por el camino se fue hasta el rincón. Yo me fui al botiquín del baño y cogí la caja de febrectal adultos . Al llegar ella seguía allí en el rincón, me senté en el sofá, la llamé.


Se acercó a mí, al ver la caja en el brazo del sofá...

- No, no, ni hablar...

- No te estoy dando a elegir y no lo voy repetir. Cuento hasta tres...uno, dos...tres.

Me levanté la cogí del brazo y así de pie le cayeron unos cuantos azotes que trataba de evitar, sin demasiado éxit, paré y sin soltarla me senté y a mis rodillas.

- No soporto repetir la cosas, has vuelto a elegir por las malas.

La sujeté de la cintura y empezó otra vez el baile, cómo la había puesto a la fuerza tenía todo el cuerpo fuera del sofá, la punta de los pies en el suelo y las manos también en el suelo, le terminé de bajar el pantalón del pijama hasta los tobillos y de inmediato empezó a caerle un chaparrón de palmadas en el culo desnudo, ya sonrosado y caliente, durante un par de minutos sin tregua, hasta dejárselo bien rojo. Me detuve jadeante.

- ¿Tengo que seguir o vas a colaborar?

La callada por respuesta, así que para asegurarme seguí con la azotaina otro par de minutos de cocción a fuego lento, sin pausa y constante y el rojo que cubría toda la piel de sus nalgas, subió un tono. 

- Me empieza a doler la mano, igual tengo que darle descanso ¿Cómo lo ves?

No respondió, suspiró y despacio llevó sus manos a sus nalgas cómo amapolas de la azotaina, las separó resoplando. Cogí la caja saqué un supositorio del blíster (que importantes son los sonidos, cuando no hay posibilidad de ver) lo pasé un poco alrededor y despacio se lo fui metiendo acompañado de mi dedo, al terminar la operación le quité las manos y empecé a acariciarle muy lentamente la piel caliente y sensible


-A veces eres como una niña...


Suspiró profundamente  y más cuando notó mis dedos bajando por su entre sus piernas investigando el surco entre sus labios, caliente y mojado, no precisamente de la lluvia.

- ¿Así te pone, que te zurre el culo? ¿O ha sido lo demás? 

Volvió a resoplar, y yo sonreí.

- Para esta clase de fiebre también tengo un remedio...




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