- ¿Te gusta?
- Muy guapa.
- Gracias!!!! Pues bueno me voy a ir.
- Muy bien, no vengas muy tarde que mañana, ya sabes...
- No, me lo recuerdes.
- Pues eso pórtate bien.
Me dió un beso, cogió el bolso y se fue. Tenía cena y salida con amigas, pero al día siguiente también una comida familiar, así que pensé que no volvería muy tarde. Yo cené algo, un poco de lectura y a la cama, ni me enteré cuándo llegó, cuando desperté estaba en la cama a medio vestir y eso ya era una pista. Me levanté y preparé el desayuno, que me tomé sólo. Me di una ducha y me extrañó que aún estuviera en la cama, así que fui a despertarla, se nos hacía tarde.
Lo hice con suavidad, hasta con mimo, pero su reacción fueron gruñidos y media vuelta, hasta que le dije la hora que era.
- Nena son las 12 ya...vamos llegar tarde.
- Joder!!!! Tú eres idiota, a esta hora me levantas!!!!
Y de repente se la pasó la pereza, cogió algo de ropa y se metió en el baño cerrando de un portazo. Noche intensa - pensé yo-
Mientras se duchaba, yo me vestí a esperar, la escuchaba toda apresurada de la habitación al baño. Hasta que entró al salón y me dijo.
- Nos vamos ¿ O qué?
- ¿No piensas desayunar nada?
- ¿A esta hora? Si alguien me hubiera despertado antes...pero no hay más veo...
No entré al trapo, porque bastante castigo era de momento, mantener la compostura en el compromiso familiar.
Y nos fuimos para allí, ni tan siquiera me había dado los buenos días. Durante el camino ni me dirigió la palabra, pero al llegar con la familia, su actitud dio un giro de 180 grados, de repente se le pasó el malhumor y la resaca. Aunque yo que la vigilaba discretamente, veía que lo estaba pasando mal. El tema se alargó hasta casi la hora de cenar, la excusa para liberarnos, es que al día siguiente era lunes. De camino de vuelta, le pregunté.
- ¿Cómo te encuentras?
- Pfffff que mal rato...
- Ya me he dado cuenta, ya. Noche intensa ¿No?
- No salgo, ni vuelvo a beber nunca.
-Jajajajajaja, hasta la próxima...
- Y menos si tengo comida familiar al día siguiente.
Llegamos a casa nos pusimos cómodos y le pregunté si quería cenar algo, me dijo que no. Fui a prepararme algo para mí y de vuelta estaba dormida en el sofá. Cené, recogí y la desperté para que se fuera a la cama.
Por la mañana no coincidimos, ella entraba antes que yo y cuando me levanté, ya se había ido. A mediodía la llamé.
- ¿Cómo estás?
- Mejor, pero cansada, en cuánto llegué a casa me hecho una siesta.
- ¿No vas a ir a ningún sitio está tarde?
- Ni hablar, sólo pienso en el sofá.
- Muy bien, pues no vemos en un rato y ánimo.
- Gracias!!!
Al llegar a casa por la tarde, estaba estirada en el sofá aún con ropa de calle y cara de sueño.
- Pffff me acabo de despertar al escuchar la cerradura. Que bien me ha sentado.
- Me alegro mucho ¿Entonces vuelves a ser persona?
- Siiii!!!
- Genial, así ahora cuando me ponga cómodo, vamos a poder hablar de ciertas cosas, de las que tenemos que hablar.
La frase era fácil de entender, en nuestro "código" un "tenemos que hablar" significa "señorita estás en un serio problema". Cuando volví de cambiarme, ya se había incorporado, pero seguía sentada en el sofá.
- Levántate.
Lo hizo y me senté yo. La miré, su cara se había enrojecido ligeramente.
- Ahora cuéntame qué pasó el sábado.
- Pfffff ¿Que quieres que te cuente? Pues que nos animamos y se nos hizo tarde.
- Ya tan tarde, que te metiste en la cama con medias...
- Es que no quería hacer ruido y despertarte.
- ¿A qué hora llegaste? la verdad!!!
Cogió aire antes de contestar.
-No sé, las cinco o así debían ser....
- No parece muy sensato llegar a esa hora, sabiendo que al otro día tienes un compromiso.
- Ya sabes cómo van estas cosas, te vas animando y no piensas, aunque luego te arrepientes.
- Si claro, pero si pasa, lo que no puedes pretender, es que haga de niñera, te tenga que levantar yo y encima comerme tu malhumor e impertinencias, que milagrosamente desaparecieron, para mantener la compostura de niña que no ha roto un plato delante de los demás.
Su cara estaba más roja aún y balbuceo un "lo siento" bajando la mirada.
- Sé que lo sientes, pero eso no me sirve. Pon las manos sobre la cabeza.
- Pfffff, Santi...
- A (azote) HO (azote) RA (azote)!!!
Suficientes argumentos, para que lo hiciera y nada más hacerlo, metí las manos por debajo de la camisa de cuadros, buscando el botón de los vaqueros, me lo encontré ya desabrochado, imagino que para echarse se lo había desabrochado, así que la bajé la cremallera, cogí con firmeza con las dos manos la cintura de los vaqueros y los deslicé para abajo, hasta que al pasar por las rodillas se dieron la vuelta en sí mismos. Luego con la misma firmeza hice lo mismo con la ropa interior. Al terminar le desabroché un par de botones de la parte baja de la camisa e hice un nudo justo por debajo del ombligo, entonces la miré.
- Ahora vas a estar un rato aquí, sin moverte cómo si fueras una escultura. Mientras pienso cómo solucionamos esto.
El castigo posicional previo, tiene mucho de anticipación y de vergüenza, pero cuando es cara a la pared, al menos una parte del pudor queda a resguardo, en cambio ahí entre el sofá y la mesilla de piez con los vaqueros y el tanga enrollado en los tobillos, haciendo la estátua, ninguna zona de pudor queda a resguardo de la vista. Yo simplemente me fui a hacerme un café y de vuelta me senté a tomármelo tranquilamente.
Una de las cosas más morbosas, es para mí ese momento, en el que vuelves el dueño del tiempo, pensar cómo en su cabeza se anticipa lo que está por venir, la vergüenza y a la vez notar que se moja irremediablemente, es un momento especial, en el que me recreé aquel día. Hasta que decidí poner fin a aquella agonía. Fui a llevar la taza a la cocina y de vuelta me fui directamente hacia ella, la cogí de la cintura y le di un cuarto de vuelta para ponerla mirando hacia el balcón, puse mi pierna delante de las suyas e hice que se inclinase un poco, ambos de pie, ella bajo mi brazo que la sujetaba, con la otra mano le acariciaba la piel sedosa y fría de sus nalgas que llevaban un buen rato expuestas.
- La próxima vez, piensa en el día siguiente y más cuando tienes un compromiso.
En ese momento mi mano izquierda agarró con fuerza su cadera y la derecha empezó a palmera su culo con ritmo, nalga y nalga, poco a poco y a medida que iba cogiendo color, fui aumentando el ritmo, y su piel se fue enrojeciendo. Hasta ese color uniforme y brillante, que sólo da la mano. Entonces hice un pausa y sin soltarla pasé a las caricias, es la dulce dualidad de la misma mano que castiga, consuela, alivia y da placer. Así estuve un rato, hasta que le dije.
- Ve a buscar el cepillo para bebés.
De su boca salió un resoplido de queja. Un par de azotes extra y resignada se dió media vuelta, caminó torpemente hasta el baño y de vuelta llevaba en su mano un pequeño cepillo, no más grande que mi mano, incluyendo el mango, con apariencia inofensiva, pero terriblemente preciso y engañoso. Cuando me lo entregó, me levanté, la volví a rodear por el bajo vientre con mi brazo izquierdo, manos de nuevo sobre la cabeza y ambos de pie, cómo dispuestos para un picante baile. Y empezó el sonido monótono del castigo, más sordo, los golpes no eran horizontales, eran de abajo a arriba para ir a impactar justo donde empieza el ascenso de la curva de sus nalgas, insistiendo en esa zona sin compasión. Pequeño, manejable y ligero, pero punzante cómo un aguijón, un par de minutos después ya empezaba a suspirar y moverse, entonces paraba, la volvía a situar correctamente y dejaba que el aire refrescará un poco sus nalgas antes de seguir, así varias veces hasta dibujarle dos círculos o más bien elipses, de un color entre el granate y el púrpura, ahí en el nacimiento de la curva de sus nalgas.
Hasta que paré y le di la vuelta al cepillo, para acariciar la piel castigada y palpitante, con las suaves cerdas del cepillo.
- Vete a la habitación, desnúdate del todo y espérame mirando la esquina.
Se dio media vuelta, la seguí con la mirada mientras caminaba sin tropezar, con sus propios pantalones y el culo rojo.
Fui a dejar el cepillo, me fui a la cocina, a por jengibre fresco, preparé un tallo y me fui para la habitación, allí estaba totalmente desnuda, en el rincón de pensar. Saqué las almohadas, las puse en el centro de la cama.
- Túmbate, boca abajo.
Lo hizo, sin mirarme. Un suspiro al notar el fresco de aceite de coco, resbalar por sus nalgas, aceite que extendí por toda la piel castigada, con dedicación y cuidado.
- Ya sabes, que nunca me meto, en que salgas y demás, eso sí, siempre y cuando te apliques la máxima, de que si vales para salir y pasarlo bien, vales para aguantar al día siguiente, sin malhumor, ni impertinencias, porque de lo contrario, lo único que vas a conseguir, es terminar con el culo ardiendo cómo hoy, por fuera y por dentro. Así que al igual que cuando te interesó fuiste capaz de mantener la compostura, ahora espero lo mismo y tener tu colaboración.
Cogí el tallo de jengibre del tamaño de mi dedo, pelado y esculpido en forma de bala y esperé hasta ver sus propias manos agarrar sus nalgas calientes y doloridas y separarlas para exponerme todo lo más íntimo.
Nada más hacerlo, empecé a jugar con el jengibre pelado alrededor de su anillo rugoso, cómo si fuera un extraño lápiz de labios, hasta que empecé a presionarlo contra su agujero, en el primer intento se contrajo, esperé que se relajara y no le di tiempo a defenderse, entró dentro de su culo, una vez dentro empecé a girarlo varias veces, hasta que escuché sus soplidos, entonces llevé mi mano directamente a su coño, estaba tan mojada, que me empapó la palma de la mano. La cogí con el otro brazo de la cintura haciendo que levantase más el culo y le di una docena de palmaditas suaves en el coño desde atrás...
- Ya veo que hay cosas que no cambian nunca, siempre que acabas con el culo como un tomate, acabas también empapada.
Y empecé a masturbarla, con el culo ardiendo por fuera y por dentro y ya no paré hasta hacer que se corriera, con tanta intensidad, que expulsó el jengibre.
Cuando recuperó un poco, se lo volví a poner y la envíe un rato más al rincón. Cuando la dejé salir, sin decirle nada, se arrodilló entre mis piernas y me regaló un orgasmo con su boca.
Oh ah 😳, pero a veces también tienes que divertirte!😋😊
ResponderEliminarMe encantó!
ResponderEliminarGracias!!!
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