El atractivo de los spankers (por KatieJane)

 

Os comparto una traducción de un texto que firma KatieJane, con el título: The appeal of spankers). 

"Mis amigos vainilla se sorprenderían y confundirían con muchas de las personas con las que interactúo en redes o en persona. Algunos tienen sentido , pero la mayoría los sorprendería. Mis amigos y mi familia no podrían entender por qué me siento atraída  y me llevo tan bien con personas que me parecen completamente diferentes. Sobre todo se sorprenderían por la diferencia de edad, ya que muchos son bastante mayores que yo, con todo lo que conlleva, en cuanto a diferencias en formas de pensar, entender y priorizar en la vida. Pero hay una razón poderosa cómo para vencer todo eso: son spankers y saben cómo hacerme cosquillas en el cerebro.

Jamás me hubiera fijado en ellos en un bar o en la calle, así que voy a explicar brevemente el atractivo de los spankers y por qué los encuentro tan sexys.

Un spanker es alguien que adora el culo de una mujer (en mi caso), pero no tiene miedo de tenerlo desnudo y doblado sobre sus rodillas para azotarlo hasta que esté ardiendo y rojo como un tomate. Alguien que se deleita en ver y sentir mi culo desnudo pero que no dudará ni un segundo en dejármelo marcado si es necesario. Un spanker no permitirá que mi carita de niña buena y mis morritos rostro joven le impidan aplicar el tratamiento adecuado a mis provocaciones.

Es capaz de convertir a la mujer que pisa fuerte haciendo sonar sus tacones, en una dulce colegiala tímida y vulnerable

No me dejas manipularte y jugar contigo como lo hago con la mayoría de hombres que conozco. Me permites empujarte hasta que pasó la linea, para devolverme dentro de manera fulminante. Me permites sacar esa parte de mi que oculto, por miedo a que puedan usarla para hacerme daño, ya que siempre me devuelves intacta

Nunca retrocedes ante una amenaza y me recuerdas quién está al mando porque yo he querido que así sea. Esas manos tan sexys, esas palmas a veces de acero, a veces de terciopelo, que me hacen suplicar piedad y gemir de placer. Esa mirada que me lanzas cuando he pasado los límites, esa voz firme y tranquila, que ordena y consigue que me moje y cómo te recreas en mi vergüenza, esa ironía y sarcasmo que usas cuando rendida, agotada, dolorida y avergonzada estoy inmóvil en la esquina. Te odio en ese momento, pero más fuerte es el deseo. Esa seguridad y serenidad me abruman y me hacen pequeña hasta que mi ego, mis represiones y luchas internas desaparecen para entregarme cómo cuerpo sintiente.

Y luego cuando con ese cuidadoso masaje calmas poco a poco el escozor de mis nalgas y me devuelves a la realidad dónde el respeto y el cariño nunca faltan.

Si me hicieran elegir entre Brad Pitt ( mi amor platónico) y un spanker con tripita cervecera, salvo que Brad fuera spanker, mi elección no sería él.