jueves, 20 de enero de 2022

Vaqueros.

 



Vaqueros, jeans, tejanos, blue jeans...cantidad de nombres para una prenda que sin embargo, todos tenemos en mente y en nuestro armario.

Concebida originalmente como prenda de trabajo en las minas del Oeste de Estados Unidos, se convirtieron en un icono global, su imagen, se asocia a la rebeldía, el inconformismo, la juventud con ansias de libertad, etc. Y también tiene mucho que ver con la liberación de la mujer y los estrictos códigos sociales de vestimenta asociados a la feminidad. 

Un 76% de algodón, un 23% de poliéster y un 1% de elastano, en su composición original, han hecho de esta tela la más universal. Y su evolución la ha hecho pasar de ser una prenda propia de las clases obreras a ser ya algo propio de la cultura popular, presente en la mayoría de armarios del mundo.

Para mí el spanking es un fetiche central rodeado de pequeños fetiches, que nutren al principal. Y por supuesto entre esos fetiches secundarios hay prendas de ropa o vestuario. En mi imaginario de juegos, hay uno de esos apartados dedicado a los vaqueros. 

Para empezar creo que es una prenda que visualmente resalta el culo y el culo es el sol sobre el que orbita la galaxia de nuestras fantasías. A diferencia de otras prendas su tacto es inconfundible, esa tela dura y cierto punto áspera, que todos reconocemos sólo tocándola. Pero una de las cosas que hacen especiales los vaqueros y los juegos, es que tienen su propio ritual.

Un ritual que puede empezar por comprobar que los bolsillos traseros estén vacíos  (parece una tontería pero es importante), luego podemos seguir por empezar con los vaqueros en su sitio y si lo hacemos a mano, enseguida descubriremos que esta se desgasta más rápido que con otras prendas, pero en contra de lo que pueda parecer, tampoco amortiguan tanto al culo envuelto en ellos. Pero lo mejor de los vaqueros viene en el momento de bajarlos, ahí sí tienen personalidad propia, desabrochar botones, si es que antes no ha sido necesario desabrochar un cinturón, para luego empezar una lucha titánica para hacerlos descender. Y al final el resultado suele ser un caos morboso, de unos vaqueros vueltos sobre si mismos a partir de cierto punto de las piernas y en ese descender seguramente también habrán dejado la ropa interior descolocada cómo en la foto de la entrada. Otra ventaja es que suelen mantener su posición dónde los dejes y esa imagen con los vaqueros a medio bajar, es al menos para mí terriblemente morbosa. 

Hoy en día hay multitud de variantes hechas con esa tela (faldas, shorts..) pero unos vaqueros ajustados y las perspectiva de un juego tiene algo especial, al menos para mí.

Y vosotros cómo lo veis? 

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