martes, 20 de julio de 2021

Colapsar.

 



1. Paralización o disminución importante del ritmo de una actividad.

2. Destrucción o ruina de  un sistema, institución o estructura.


Estas son dos de la definiciones que da la RAE, para el verbo colapsar. 

Recuerdo una conversación con alguien sobre un asunto banal a priori, como es el hecho de "obligar" a ir al baño a hacer pis, antes de un juego. Esa persona me decía, que esa orden podría provocar en ella dos tipos opuesto de reacción. Una defensiva, rebelde, de resistencia y negación y la segunda reacción sería sentir un rubor en sus mejillas, una confusión inexplicable y rendirse sin pensar, en modo autómata.

Ella me preguntaba inocentemente, que imagina que prefería la primera "porque da más juego" y yo en un principio contesté que sí, pero después me desdije y le dije que ambas opciones me parecían muy interesantes y que incluso depende cómo la segunda opción, la rendición, confusión vergonzosa y obediencia me podían resultar más excitantes, ya que el resultado final se iba a ver poco alterado, por una u otra opción. De hecho ya había una decisión tomada, cuando se anuncia.

He puesto este ejemplo porque lo tengo reciente en la memória, podía haber expuesto muchos más. Alguno tienen la posibilidad de esas dos opciones citadas y otros en cambio no, tan sólo provocan la segunda, que es un especie de colapso. Pueden ser mil cosas, un gesto (desaborcharse el cinturón recuerdo un caso, que era definitivo  para hacer colapsar), una palabra, un tono de voz....Todo está basado en el juego mental, no hay estímulo físico, pero hay algo que hace click y provoca ese colapso y de repente esa persona que tienes enfrente, que se ha estado resistiendo o retando, se diluye, se rinde y se deja llevar.

El juego de resistencia es divertido y muchas veces da pie a un juego más intenso o mejor dicho con más presencia de la vertiente física, pero aún así toda resistencia y rebeldía, al final lo que persigue es colapsar, vamos en el fondo lo mismo. Así que un poco jugamos a eso, a colapsar y provocar esa rendición, dentro de la cual no hay lugar para la resistencia, sólo para la sensación. 

Enviar a una persona adulta al rincón, hacer que colabore en el castigo, que adopte  una posición determinada, no forzada y sin ningún mecanismo de contención mecánico, que vaya a buscar el instrumento que va a "sufrir" en su piel, que desnude y exponga parte de su cuerpo más íntimo o incluso que haga ciertas cosas complementarias a los azotes, sólo es factible a través de llevar a esa persona a un estado de colapso mental, que conduzca a la rendición. Y eso incluye pequeñas dosis de muchas emociones mezcladas. Un toque de infantilización, una dosis de autoridad inflexible, un grado adecuado de excitación, mucha confusión y la absoluta convicción que nada de lo que haga o diga va conseguir variar su destino final,  que no puede huir de el y que la mejor opción es aceptarlo y disfrutarlo y lo mejor, cada persona tiene sus propios resortes que la hacen colapsar, jugar a descubrirlos es también muy divertido, aunque los puedan haber comunes a mucha gente, siempre habrán muy personales y si sabes tocarlos, en el momento adecuado, los resultados son un gran control de la situación, lo cual refuerza no sólo la autoridad, sino también la seguridad de la otra persona sobre ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>