sábado, 29 de mayo de 2021

La gatita.

 



En estos tiempos de restricciones y confinamientos que nos ha tocado vivir,  creo que una de las pocas cosas que han hecho negocio, ha sido la industria de las compras online. Mucho tiempo encerrados en casa sin mucho que hacer. Un día descubrí una página de juguetes sexuales que me flipó: etsy.com. es muy diferente a todo lo más conocido  y trabajan mucho con un material poco habitual para este tipo de artículos: la madera. Realmente aunque algo caro tienen cosas preciosas, así que un día me dio por comprar varios juguetes de dicha firma, que mantuve en secreto, hasta que tuviera la oportunidad de usar alguno. Lo que nunca imaginé es cómo.

Pues resultó que con el avance de la primavera se relajaron mucho las medias restrictivas y una de las primeras fue una mayor libertad de movimientos, aun con ciertas limitaciones horarias y de zona, pero ya no el estricto confinamiento en tu lugar de residencia, vamos que se podían hacer pequeños viajes. Un domingo al levantarnos decidimos ir a pasar el día a un conocido lago de mi zona, a  unos 60 o 70 kilómetros de casa. Es un lugar precioso y con el sol de primavera más, se puede dar un largo paseo bordeando el lago, parte de el en zona urbana, pero otra en zona de naturaleza total y aunque aquel día estaba muy concurrido siempre hay zonas mas ocultas y secretas. Nos fuimos temprano, con la idea de darnos el paseo y cuando el sol empezara a apretar refugiarnos en una terraza a tomar algo y comer. 

Hay un lugar en el lago que es realmente encantador, si sigues el paseo que lo bordea hay un punto que se separa de la orilla del lago y se adentra en un bosque, pero si cruzas un puente de madera, vas a parar a una especie de merendero entre los arboles y al final hay una pasarela como una especie de embarcadero también de madera, que se adentra en el agua y te proporciona una vista privilegiada a todo el paisaje y allá que nos fuimos, es un paseo tranquilo y llano que no hace falta, llevar topa especial de deporte ni nada parecido. Hacía un día maravilloso, el entorno también lo es y las vistas, llegamos al lugar y nos quedamos allí disfrutando de la vista un rato y haciendo unas fotos, hasta que el sol empezó a calentar y decidimos que lo mejor era volver y buscar sombra y algo que llevarnos al paladar, para la sed y el hambre.

Al salir del embarcadero y entrar en el claro del bosque escuchamos algo de entre la maleza, era un maullido de gato y nos acercamos, para descubrir un cachorro de gato de negro, debía tener como mucho un par de meses, era el típico gato pardo, pero con unos ojos azules preciosos, ella lo cogió y se dejó coger mansamente, parecía mal alimentado.

-Ohhhhhh, que cosita.....

-Si, es precioso

-Parece que tiene hambre

Lo toqué y efecto, se le notaban las costillas.

-No lo vamos a dejar aquí 

-No claro, ahora vamos a llevarlo a la policía y que se hagan cargo, seguro tienen convenio con alguna protectora.

-¿Y por qué no, nos lo llevamos a casa?

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Si, claro

-Nunca has querido animales en casa

-Ya, pero nunca me había encontrado  una cosa así

-Nena, vamos a pensar con la cabeza, tu y yo estamos todo el día fuera, es un cachorro, no podemos

-Pero si los gatos no necesitan cuidados.

-Si los necesitan, es un gasto más, veterinario...además crecerá y hará cosas de gato adulto, como marcarlo todo, a mi también me encanta, pero no podemos

-Te prometo que me encargo yo de todo....

-Nena...la cabeza, usa la cabeza, vamos a llevarlo a la policía va.

Me puso cara de pena, pero al llegar al coche nos montamos, busqué en el navegador dónde estaba la comisaría y me dirigí allí, no estaba muy lejos, aparqué y bajé, ella seguía con el gato entre sus brazos.

-Venga vamos va.

-Quiero quedármelo

-No montes un drama y piensa, es lo mejor

Así pasamos unos diez minutos en un tira y afloja, hasta que la convencí , entramos y entregamos el cachorro, nos aseguraron que estaría bien atendido y nos fuimos, pero ahí ya me dí cuenta que el resto del día no sería según lo planeado, se hizo el silencio repentinamente. Nos fuimos a una terraza con vistas al lago a tomar algo, intenté conversar, pero estaba distante, fría y sólo respondía con monosílabos, hasta que le pregunté

-¿Estás enfadada?

-Si

-¿Por el gato?

-Si, quería quedármelo, pero al final siempre hacemos lo que quieres tú.

-Nena...te conozco lo suficiente como para saber que unas semanas estarías harta del gato

-Si, ya sé que lo sabes todo, sabes más de mi que yo misma

-Ahórrate el sarcasmo, ahora lo que te puede es el orgullo y no reconocer que tengo razón

-Lo dicho, tu sabes más

-Si vas a estar así y me vas a dar el día nos vamos

-Pues nos vamos

-Muy bien.

Me levanté fui a pagar y a la vuelta sin sentarme le dije.

-Vámonos

-Aún no he terminado...

La cogí del brazo delante de la gente y la levanté, no dijo nada, pero se puso roja.

-He dicho que nos vamos -le susurré al oido- y prepárate al llegar a casa, no voy a tolerar este comportamiento infantil y menos en público.

Como una niña atrapada en una travesura, la tomé de la mano y tiré de ella, hasta el coche, le di a la llave y antes de soltarla miré a lado y lado, para asegurarme que no había alrededor miradas indiscretas y antes de soltarla, le di un par de azotes fuertes con la mano en el culo.

-Ahora sube y calladita todo el viaje ¿está claro?

No dijo nada, se subió ruborizada y frotándose el culo. Nada más arrancar puse música y camino a casa, en silencio y serios los dos.

Una hora más tarde metía el coche en el parking del edificio, paraba el motor y me bajé, ella se quedó dentro, así que abrí su puerta y le dije.

-Haz el favor de bajar

Se bajó y empezó a andar digna hacía el ascensor, nos montamos y todo el trayecto de subir al piso me dio la espalda, se abrió la puerta y salimos, directos a la puerta del piso, abrió ella y nada más entrar me dijo.

-Me voy a cambiar

La cogí del brazo otra vez y la llevé a la habitación dándole en el culo por todo el pasillo y sólo paré cuando llegamos al rincón de la  habitación, allí la puse y le dije.

-Me has dado el día tu y tu orgullo, pero te prometo que te lo voy a bajar de golpe, aquí quieta y pobre de ti que te muevas.

Sin decir nada más pasé mis manos por su cintura, busqué el botón de los vaqueros desde atrás,  lo desabroché y la cremallera y a tirones lo hice bajar con tanta energia, que medio bajé también sus bragas, así que puestos, también de un tirón se las bajé y nada más bajárselas le di allí de pie en el rincón un azote en cada nalga bien fuerte, de esos que dejan los dedos marcados en la piel y le dije.

-Pon las manos en la cabeza y ni se te ocurra moverte, que ahora vendré a tener una conversación muy seria con tu culo, que es lo único que a veces entiendes.

Me fui de la habitación y cerré la puerta. De allí a la habitación despacho, sabía muy bien que iba a buscar. Una de las cosas era una de aquellas compras online del confinamiento y que venía muy al caso, la otra algo que me había enviado un amigo argentino; un rebenque de gaucho. No es más que una especie de correa de cuero, con la diferencia que tiene un mango de madera largo, lo cual hace que tenga la fuerza del mango se transmita a la correa. Cogí ambas cosas y me fui a la habitación, las metí en el armario y me fui a buscarla al rincón, allí me esperaba inmóvil.

Del brazo la saqué del rincón me senté en la cama y la puse con firmeza en mis rodillas, la cogí de la cintura, para levantarla más y ponerla bien a tiro y empecé a azotarla con la mano sobre la piel desnuda.

-Tu orgullo me ha dado el día, pero a tu culo le va a dar la noche, te lo aseguro e igual mañana también

Aunque empecé progresivo los primeros enseguida aumenté el ritmo, a un ritmo sostenido y continuo sin variaciones y largo sin pausas, de hecho aquella vez fue una única tanda de unos cinco o seis minutos constante, el tiempo suficiente para dejarle el culo bien rojo. Cuando terminé no hubo caricias, ni estímulos la hice levantarse de mis rodillas, mientras esperaba de pie, puse las almohadas en el centro de la cama y le indiqué que se tumbara boca abajo sobre ellas, con el culo rojo bien elevado. Cuando lo hizo, terminé de quitarle los zapatos, los pantalones y las braguitas, dejándola completamente desnuda de cintura para abajo. Entonces abrí el armario y cogí el rebenque, lo puse suavemente sobre su culo rojo y le dije.

-Hoy vas a estrenar un regalo que me hizo Ariel, creo que va a ser interesante.

Cogí la correa especial, llegada del hemisferio sur, la tanteé un poco y "zassssss" la solté con fuerza sobre su culo levantado por las almohadas, el sonido del impacto me gustó, sonó como un restallido parecido al del cinturón normal de cuero, pero como más lleno y compacto, debió picar, porqué suspiró ya en el primero y se tensó, agarrándose con fuerza a las sábanas. Enseguida entendí como usarlo, golpe seco y rápido, pero sin levantar mucho, una docena de azotes después, tenía el culo a franjas de puntitos rojos, me sorprendió la efectividad de aquel artefacto y decidí que su comportamiento merecía media docena más, hasta conseguir que alguna zona de la piel de su culo, tuviera un color más tirando al azulado, ahí lo dejé esta vez sobre su espalda y me senté en la cama, mientras le pasaba la yema de los dedos por la piel marcada, ardiente y palpitante le dije.

-No sé para que querías un gato, si ya tenemos en casa una gatita traviesa....creo que tu culito necesita algo de alivio

Me levanté y fui a por el aceite de masajes, eché un chorro en cada nalga y empecé a extenderlo con toda la mano muy suavemente...

-Lo ves, si hasta ronroneas, pero te falta algo para serlo del todo espera.

Me levanté y fui al armario de allí saqué lo que había comprado en etsy.com...una preciosa colita plug....solo que muy especial, ya que la parte plug era de madera, usé el mismo aceite para lubricar el plug, de curioso tacto, con dos dedos le separé las nalgas, le eché un poquito de aceite directamente en el anillo de piel rugosa del ano, la extendí bien y jugué a presionar con el dedo varias veces hasta que relajara, entonces cogí el plug, al notarlo se tensó, acostumbrada el frío del acero, notó que aquello era diferente, pero empezó a entrar despacio, hasta el punto de máximo grosos, un pequeño empujoncito y dentro

-Ahora ya si eres una gatita del todo

Empecé a jugar con la colita suave por los muslos y las nalgas ya secas....

-Lo ves, vuelves a ronronear.....¿se te ha pasado ya la tontería?

No contestó mis dedos jugaban entre sus piernas....La hice levantarse, cambiamos de posición yo me  tumbé boca arriba en la cama y ella de pie tocando el lateral de la cama, con la cola puesta y empecé a masturbarla allí de pie, con mis dedos, primero muy suave y despacio, hasta que me incorporé, le agarré la cola, y empecé a masturbarla frenéticamente  usando toda la mano, apoyó las  rodillas en la cama, empezó a jadear se corrió ahí en mi mano, aun tenía las contracciones del orgasmo, cuando levanté la cola hacía arriba para darle media docena más de azotes con la mano, que la hicieron gritar....la dejé recuperar un poco y le dije:

-Y ahora gatita, deberías hacer algo para compensarme el día...

No hizo falta decir nada más se subió a la cama, se quitó la camiseta y el sujetador, me desabrochó los pantalones, usando su boca me bajó los boxer lo justo para liberar mi polla, la cogió con una mano y empezó a lamerla con toda la lengua desde la nacimiento a la punta varias veces, mojándola bien con su saliva, con la otra mano me cogió  los huevos y empezó a masajearlos a la vez que se tragaba la punta de  mi polla y movia la  lengua alrededor, cogió aire y se la tragó entera un par de veces, hasta el fondo con alguna arcada incluida, ahora era ella quien dominaba la situación y lo sabia, estuvo jugando un rato con su boca por toda mi polla, me succionó los testículos y volvió a lamerla entera, cuando se cansó de jugar, empezó a usar su boca subiendo y bajando cada vez más rápido hasta hacerme correr, justo cuando me corría agarré la cola y tiré suave pero firme, hasta que salió....

Continuará....



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