sábado, 17 de abril de 2021

Restricción de pantallas.

 





Viernes noche, yo estaba agotado de la semana, había sido una semana dura. Nos tiramos un rato en el sofá a ver la tele, una serie que ella seguía de  una de estas plataformas modernas (realmente mi interés en la tv es tirando a cero) así que no tardé en caer rendido, me despertó ella y me dijo.

-Venga Santi, que llevas un rato dormido, vete a la cama, que ya veo que hoy no me sirves jajajaaj.

Confundido reaccioné....

-¿Que hora es?

-Las 23.30....

-Pues vamos los dos ¿no?

-Noooo me quedo a ver el final del episodio

-Pero si puedes verlo mañana

-Bueno, pero ahora ya estoy con la intriga.

-Vale, pero no tardes 

-Que no "papá" te prometo voy a ser buena

Me levanté le di un beso y me fui a la cama.

Generalmente se va a dormir pronto y tenía una buena rutina de sueño, pero de un tiempo hacia aquí, había tenido problemas con eso, se desvelaba, cogía el móvil, se ponía a jugar con el y llevaba un tiempo durmiendo mal. Con lo que eso significa, al día siguiente mal humor, impertinencias y demás, así que decidí ponerle freno y pactamos un horario de pantallas, a determinada hora, las pantallas se apagaban y hasta el otro día. Pero como toda norma tenía sus excepciones y los fines de semana era más flexible en la norma.

Fue meterme en al cama y dormirme, no se cuanto tiempo pasó, pero al moverme encontré su lado de la cama frío y vacío, abrí un ojo y miré el radio despertador, la cifras rojas marcaban las 03:17...Blanco y en botella, si me levantaba sabía dónde encontrarla en el sofá dormida y con la tv puesta. Me levanté y en efecto en la oscuridad los destellos de la tele, confirmaron mi teoría. Entré en el salón y allí estaba dormida en el sofá con la tele puesta y el móvil aun en las manos. Me encendí un cigarillo, sentado en el brazo del sofá, mirando a la bella durmiente. Cuando me terminé el cigarrillo le agarré un pie desnudo y se despertó de golpe....

-Joder que susto.....uffff me he quedado ko ¿que hora es?

-Más de las 3...-le dije en tono serio-

-Puffff es que me enganché a otro episodio

Se movió adormilada e hizo un gesto de dolor o incomodidad.

-¿Que es cómodo el sofá?

-Puffffff no empieces

-Espero que el episodio haya sido entretenido por lo menos.

-Si mucho cada vez me gusta más esta serie.

-Ya debe ser por eso que tienes el móvil en la mano.

-Bueno joder!!!! es que estuve con María comentando un rato al terminar.

-Dame el móvil

-¿Para qué?

No respondí a la pregunta, se lo quité directamente, aprovechando que estaba medio dormida. 

-¿Se puede saber que haces dame mi teléfono?

-Tu teléfono está confiscado y así va a estar toda la santa semana que viene cada día a partir de las 9.

Se levantó e intentó forcejear conmigo, en el forcejeo le dimos un golpe a la mesilla y ahí la bloquée mano en la espalda y presión en al muñeca.

-Son más de las tres de la mañana, no es cuestión de andar haciendo ruido y molestando a los vecinos, el móvil lo tendrás mañana, después de desayunar y después de una conversación muy seria que voy a tener con tu culo ¿está claro?.

Ella estaba jadeante e impotente, la cogí de la barbilla y la hice mirarme.

-¿Está claro?

Suspiró, pero le pudo el orgullo y no contestó, la solté y le dije. 

-Ahora a la cama. Ya!!!!

Se fue rechistando. Cuando entré a la  habitación estaba ya metida dentro y girada dándome la espalda, dejé su teléfono en el cajón de mi mesilla, me metí en la cama, le quise dar un beso, pero no se dejó, pues a dormir me dije.

Cuando desperté al día siguiente aún dormía, me levanté sin hacer ruido, cogí su teléfono y me fui a la cocina a preparar el desayuno. No tardó mucho en aparecer.

-Buenos días

-Buenos días y  mi teléfono.

-Confiscado ya lo sabes

-Pffffffffff, necesito ver una cosa.

-Siéntate a desayunar, que a su tiempo ya lo tendrás, lo que haya no se va a ir.

Se sentó de malos modos, con una pataleta de niña pequeña.

-Tu sigue por ese camino, que vas bien.

No dijo nada, empezó a remover el café con leche enfadada. Ya no me dirigió la palabra en todo el desayuno. Cuando terminamos le dije.

-Mientras yo recojo, te vas a ir a salón y vas a esperar en el rincón a que vaya a la cita que tengo con tu culo y piensa, piensa si tu comportamiento de las últimas doce horas es el de una mujer adulta o el de una niña caprichosa. No te lo voy a repetir y ya sabes, que no estoy bromeando y que lo único que puede pasarte es que empeores las cosas.

Se fue sin decir nada, visiblemente enfadada y mi paciencia se empezaba a agotar. Recogí la cocina, me serví un café y con el me fui hasta el salón, al llegar, ella estaba sentada en su rincón del sofá, con los pies encima, dejé el café en la mesilla y decidí dar un golpe de autoridad, sin decir nada me fui hacía ella la cogí de la oreja, haciendo que se levantara, con la otra mano le levanté la barbilla haciendo caso omiso de sus quejas.

-¿Dónde te he dicho que querías que estuvieras?

-No.....quiero mi télefono

-Ya veo que sólo entiendes un idioma, cuando te pones así.

La llevé de la oreja hasta el rincón de pensar, junto a la tele y una vez allí le dije.

-Lo único que has conseguido es empeorarlo todo, pero bueno, si es lo que quieres enhorabuena. Pon las manos sobre la cabeza y no quiero escuchar ninguna tontería más ¿está claro?

Ahi la dejé y me fui al sofá a tomarme el café tranquilamente. Cuando me lo terminé, fui a llevar la taza a la cocina y de camino pasé por el despacho, fui directamente al cajón, dónde guardaba alguno de los instrumentos de corrección y vi aquel martinet que me había regalado una amiga francesa. El martinet es una especie de flogger, aunque más corto, el mango suele de ser madera y con una forma muy concreta y especial y las tiras de cuero 11 en concreto tenía este, son cortas no más de 40 centímetros, la forma de las cuerdas rectangulares y el cuero con el que están hechas (generalmente cuero de cabra) hace que sea un instrumento de corrección muy eficaz con una picadura muy efectiva y que en Francia sea especialmente conocido por haber sido históricamente usado para la disciplina tradicional familiar. Lo cogí y me fui al salón allí estaba en el rincón quieta, me senté me encendí un cigarrillo y le dije.

-Quiero que presentes tu culo para la cita, así que quiero ver ese pantalón del pijama en los tobillos, cuando esté vuelve a poner las manos en la cabeza, hasta que te avise.

Yo sabía perfectamente que odiaba eso, ser ella la que desnudase su culo y estar así expuesta a la espera, además también sabia que cuando le ordenaba hacerlo así, iba a ser un tormento sentarse las próximas horas o incluso días. Pero lo hizo, aunque no le podía ver la cara seguramente ruborizada. Me fumé el cigarro tranquilo, cuando lo apagué, la llamé. Suspiró bajó los brazos se dio la vuelta, caminó con el pantalón en los tobillos hacía mi, su cara estaba roja y miraba al suelo. La hice detenerse frente a mi.

-Antes de nada ¿Por qué voy a tener ahora una conversación con tu culo?

Al escuchar la pregunta aún se puso más roja.

-Por quedarme dormida en el sofá y no haber cumplido el acuerdo sobre las pantallas.

-Bien esa es sólo una parte ¿ por qué motivo más?

-No lo sé.

-¿Cómo que no lo sabes?

-....por haberte contestado mal???

-También, pero lo más grave es la actitud general, no sólo incumples una norma pactada, además intentas engañarme y no contenta con eso, tu comportamiento tanto el de esta noche, como hasta hace un rato, es el de una niña caprichosa a la que han quitado el juguete y para mi eso es más grave que todo lo anterior, así que ahora quiero verte tumbada en mi regazo, que yo y tu culo tenemos cuentas pendientes, ya verás cómo cuando termine lo ves todo mucho más claro.

Se quedó quieta....

-¿A que esperas señorita?

Ahí si reaccionó, se puso a mi derecha y despacio se colocó sobre mi regazo. Nada mas ponerse, le agarré con fuerza de la cara interna del muslo y le dije estirando el brazo izquierdo.

-Dame las manos

Lo hizo se agarró con sus dos manos a la mia y nada más hacerlo empecé a azotarla con la mano progresivamente y repartiendo bien las palmadas por todo el culo a los 30 segundos más o menos ya empezaba a sonrosarse y aumenté el ritmo, un poco más rápido y más fuerte, cuando tras un rato de zurra continuada paré ya tenía todo el culo bien rojo, pero ni una queja, ni un movimiento. Le dí un pequeño respiro con caricias  incluidas y al volver a comenzar a azotarla, me centré en la parte inferior del culo insistiendo un largo rato ahí, incluso cogiendo un poco de los muslos, cuando volví a parar, tenía esa parte aún más roja y su piel desprendía calor.....le separé un poco las piernas y comprobé si el calor se había extendido más allá, pasando un par de dedos por sus labios rosados y en efecto no solo calientes sino que además mojados. Pero sólo fue eso, un momento y hacerle tomar conciencia que aun teniendo del culo ardiendo y castigada estaba cachonda y excitada. La hice levantarse.

Yo tras ella me levanté también, cogí el martinet, puse un cojín sobre el brazo del sofá y le dije.

-Una parte de la conversación está acabada, pero ahora falta la parte de la actitud general y esa necesita de algo más "picante", ponte.

Resopló me miró con cara de pena.

-No cuela, haberlo pensado antes, ponte.

Resignada a su suerte lo hizo, coloqué el martinet sobre su culo caliente y rojo. Y ahí la dejé  a la espera. mientras fui al baño a por aceite corporal de coco. Nada más llegar, le quité el martinet del culo, me eché aceite en las manos y "engrasé" bien sus nalgas rojas, hasta dejarlas brillantes y aceitosas, entonces cogí el martinet y le dije.

-Cuando te seque, veré si ha sido suficiente castigo y has aprendido la lección.

El culo rojo y mas brillante aun por el aceite, la posición que ya de por si me gusta, pero con el cojín entre el brazo del sofá y su vientre que aún levantaba más el culo...alcé el martinet y las tiras de cuero impactaron con fuerza en su piel desnuda, desprotegida y encima húmeda, que hacía que el sonido fuera especial, no tenía prisa, así que los azotes fueron espaciados, dejando pasar varios segundos entre uno y otro, eso sí dejaba caer mi brazo con alegría. Rara vez se quejaba ostensiblemente durante los castigos, aún en los más duros, pero aquel día, en los 5 o 6 últimos si agarró con fuerza el sofá, suspiró y se movió, hasta el punto de tener que decirle un par de veces.

-Pon el culo bien, que aun no he terminado.

Y suspirando se volvía a colocar, apretando los puños. Hasta que decidí dar por terminado el castigo, pasé un rato suavemente rozando sólo, las cuerdas de cuero por su piel, tenía las típicas marcas del instrumento, sobre un fondo rojo uniforme, toda una serie de puntitos cómo más rojos, que debían escocer especialmente, la caricia del cuero la relajó, destensó músculos, las manos se abrieron relajadas, dejé el instrumento en la mesa, cogí el aceite y le hice un masajito en las nalgas, con mucha suavidad, al terminar cogí el martinet, pero esta vez  para usar el mango como juguete y pasarlo por todo su sexo, mojado y brillante también, pero de otro aceite; el suyo...y me recordó aquella frase que leí una vez:

"Cuanto más duro, más me mojo".

Podría haberle metido el mango del martinet sin problema, es más me gusta que haya cierta asociación entre objeto que castiga y da placer a la vez, que enciende y apaga, como la propia mano, pero no lo hice. Me fui a guardarlo, al volver simplemente, la ayudé a levantarse, me senté puse un cojín en mi regazo y la hice sentarse en el, lo hizo con cuidado, suave, entonces me llevé la mano al bolsillo, saqué su móvil y lo dejé sobre la mesa. La cogí de la barbilla y le dije:

- A las 9 de la noche me lo das y así toda la semana, si lo quieres cógelo.

Pero no lo hizo puso su cabeza en mi hombro y mi mano empezó a jugar entre sus piernas, dos minutos después se corría con mis dedos sentada en mi regazo, con el culo en llamas.

Continuará...



3 comentarios:

  1. Te iba a decir que gran relato... pero, optaré por otra entradilla, si bien no deja de ser un gran relato, y diré: "me alegra que toques un tema de tan candente actualidad". ( No van a ser siempre nuestros traseros lo único candente).
    Reconozco que con lo del tabaco no me pillan, pero con lo del móvil...
    Y ya por último, el martinet éste... Me da la impresión de ser muy brutal. No sé...
    ¿No es muy lesivo? (Sabes que siempre te pregunto cosas para irme culturizando).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno es que lo juegos con la vida real son para mi los más interesantes, además tienen su punto de involucración en las metas. Si yo me paso el día pegado a una pantalla, no puedo o no creo ético pedir a alguien que controle lo que no cumple. Y el martinet no es tan lesivo, piensa que era el instrumento típico de corrección a los niños en Francia...pero tiene una mordida muy especial. Un saludo

      Eliminar
  2. Cielos...
    Eso sí, la foto que ilustra la entrada es portentosa.

    ResponderEliminar

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>