jueves, 17 de diciembre de 2020

Esa palabra maldita: Infantilización.

 



Voy a ligar un poco esta entrada, con la anterior de la disciplina de T. Pero la idea de escribir de este tema, me surge de un muy interesante debate que apareció en un foro francés hace una semanas, bajo el título: azotes e infantilización.

En el título hablo de palabra maldita, porque es una palabra que genera mucho rechazo, controversia, polémica e incluso contradicciones. Pero también creo que un blog que pretende tocar todos los temas asociados a los juegos no puede andar con tabús..

Creo que lo primero que hay que dejar claro, es que infantilización, no es lo mismo que infantilismo. Yo considero a la infantilización como algo temporal, circunstancial y delimitado a diferencia del infantilismo que sería para mi un gusto sobre un comportamiento infantil permanente. 

Pero dejando esta polémica a parte, quiero irme un poco por las ramas para entrar en una distinción, que creo más acorde y que nos va a ayudar a entenderlo mejor sin la losa pesada de la palabra: juego vs práctica.

Para una inmensa mayoría de nosotros el spanking es un juego, en el cual no sólo los azotes son una parte del juego, un juego más o menos elaborado, pero un juego que si coge prestadas muchas cosas que tienen que ver con la crianza tradicional, por lo tanto si incluyen una carga de infantilización subterránea. Desde el momento que se establece una relación de autoridad, la más conocida por todos, la más presente, es la que todos vivimos en la infancia, dónde estábamos sujetos a unas jerarquías, pero ojo también a unas libertades que después perdemos. Así que esa idea de adulta traviesa que rinde cuentas, está muy presente en la mayoría de nuestros juegos. En algunos casos, prácticamente recreando situaciones infantiles con total fidelidad, en otros simplemente aprovechado la cotidianidad adulta para jugar. En ambas se dan una serie de rasgos invariables: regaños, advertencias, rendición de cuentas a la autoridad, que incluyen castigos que podemos considerar infantiles, aunque también en muchos casos mezclados con situaciones de humillación de marcado carácter sexual adulto.

Que esto sea mayoritario, no nos puede hacer olvidar, que hay también gente que ve el spanking como una práctica, más bien como la práctica y no necesita de todo esta puesta en escena para colmar su fantasía. Por eso hablo de práctica y no de juego. Que existen.

Personalmente creo que lo que los diferencia es una mera cuestión de interpretación de las sensaciones. En todas las formas está claro que se pretende una sensación de abandono y rendición, la desconexión temporal de la realidad. La diferencia es que mientras en un caso se consigue a través de la sensación física exclusivamente, en otro caso es una conjunción de sensación mental y física.

Podría alargarme mucho más con el tema, entrando por ejemplo, a ver como el sexo convencional pasa a segundo o tercer plano o incluso desaparece pero sin embargo, nadie negará vivir la experiencia como erótica, pero que mejor para terminar que compartir un testimonio, que me pareció buenísimo y que para mi zanja la polémica de raíz


De hecho, incluso si no tengo el mismo universo que tú, la elección de ciertos detalles nos puede bloquear por completo o por el contrario permitirnos abandonarnos. Es el cerebro el que te permite despegar o no. Entiendo perfectamente otros punto de vista y el aspecto negativo al que puede referirse. Por mi parte, estos términos me remiten a la infancia, no a una realidad sino a una imaginación  fértil. Es más, ciertas prácticas como enviar al rincón a un niño con el trasero desnudo me parecen totalmente delirantes  (deberías un psiquiatra si de verdad tienes esa idea como adulto responsable), pero curiosamente cuando lo entiendes, la referencia enfatizar la infantilización y en el proceso de reconstrucción a medida que erotizamos esta práctica se impone en nuestra mente como una conclusión lógica. . De  repente todo se trata sobre todo de una referencia a una infancia “fantaseada” de una realidad paralela. Y el fondo de la vergüenza está sobre todo lo que pude sentir frente a la confusión que ciertas acciones me provocan


En cuanto a ser mujer adulta, sí claro, es precisamente este estatus el que te permite apreciar la situación y que no impide la noción de placer, las ganas de ofrecerte como mujer ... Pero en un contexto punitivo, el hecho de ser rechazado, de ser castigado de manera infantil, de rendir cuentas ... te saca del marco de la mujer libre que eres. Si bien luego nos sentimos rebajados al rango de niño dependiente o simplemente al de sumiso, sí depende de nuestra representación mental, las palabras que nos gusta escuchar, la relación que tenemos con el hombre ... Y entonces no hay una conclusión universal, cada caso es particular. En cualquier caso, la referencia punitiva ni siquiera es obligatoria para apreciar esta práctica.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>