martes, 1 de diciembre de 2020

Después de una zurra (Por Cloe)

 




Hoy os comparta una colaboración de Cloe, blogger del blog "el rincón de una spankee" que nos  habla de las sensaciones de después de un juego.


El mundo del spanking conlleva disfrutar y sentir un sinfín de sensaciones diferentes. Las emociones vuelan y lo mismo ríes que lloras, o por lo menos eso me pasa a mí.


Quiero hablaros y centrarme más en la parte del ''supuesto final''. Cuando estás con el culo rojo en sus rodillas, o apoyada en una mesa, o en el brazo del sofá, o tumbada en la cama, o bien mirando la pared…  A veces siento que no sé muy bien lo que acaba de pasar, sólo sé que mi culo desprende calor, aparte de estar expuesto, y a pesar de mi edad…


Puede que después de zurrarte te acaricie el culo y esa es una de las mejores sensaciones que puede haber, ooohhh síiiii cuando te arde y escuece y te pasa la mano para darte mimos. ¡Cosquillas no! Jajaaa no lo soporto, cuidados y cariñitos sí. ¡¡¡Todos, y cuántos más mejor!!!


Normalmente cuando es una azotaina intensita la sensación del final es de haber traspasado alguna barrera. Cuando hay lágrimas, la percepción se acentúa al sentir que he soltado algo que ya no me sirve, si se da así, acabo muy blandita y con muchas ganas de mimos y abrazos durante un buen rato., Cuando ocurre tanto de una forma como de la otra, termino muy relajada, con sensación de relax total y tremendamente a gustito. Las sensaciones son maravillosas, la mente ya no está y sólo estoy en mi cuerpo, respirando… Y en otras ocasiones estoy muy cachonda y lo que quiero es que me folle mientras me hace el amor…


Por suceder una u otra cosa no implica que los finales sean tal y como los he contado, pasará lo que tenga que pasar, no soy un robot. Dependerá de cómo nos sintamos ambos y de cómo se de ese momento.


No existe una mejor sensación que otra, todas son igual de buenas, aparecen sin más, se dan sin querer y las acepto todas. Tampoco necesito llorar, si me viene la necesidad bien y sino también bien.


Lo que sí coincido siempre es que el sentir y ver mi trasero colorado, sea como haya sucedido, eso da igual, me hace sentir vulnerable y me vuelvo pequeñita de repente, como campanilla, Jajaaa.


En el comienzo de la entrada os decía que era un supuesto final, eso es, porque se supone que después de la tunda termina el juego y realmente no es así. El placer del spanking continua por largo rato en el cuerpo, y en la mente cuando te recreas mientras te come la boca, o miras la pared y le sientes detrás de ti sin saber si ha terminado realmente o no…  


Y lo más, más, más importante para mí es la sensación de sentirme querida en ese momento. Compartir tiempo es el mejor regalo que podemos hacer al otro y si encima le sumamos nuestros gustos y necesidades ya ni os cuento. Así que sí, saber que en ese preciso instante está conmigo ahí, compartiendo el mismo espacio y zurrándome el culo o acabar de haberlo hecho, para mí es uno de los actos  más sublimes de Amor que puedo recibir.


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